LOS HERMANOS POBRES DE TINDAYA

                                              


Volcán de La Laguna
                                                                 
                  Desde hace millones de años en la isla de  Fuerteventura se ha configurado un peculiar paisaje que hoy la identifica en todo el planeta. Amplias  zonas de complejo basal, sistemas dunares, macizos antiguos, conos volcánicos, etc. La naturaleza la ha dotado de forma extraordinaria y nadie puede  tener  el derecho de destruirla. El paisaje le pertenece a todos los canarios y en realidad a toda la Humanidad. Y no deja de ser una incongruencia que en una isla que está declarada Reserva de la Biosfera todos los días  se extraiga picón de los conos volcánicos destruyéndose impunemente sus estructuras.
                  Esto sucede espectacularmente en los volcanes del  sureste de la isla. Los conos volcánicos de Gayría, La Laguna , Liria, Arrabales y Jacomar y las coladas volcánicas que de ellos manaron,  han conformado un extraordinario  paisaje hoy protegido por la legislación medioambiental canaria. Claro, protegido, según y cómo, porque la extracción de picón que se hace  en los terrenos comunales de los volcanes de Liria y La Laguna,  es totalmente legal, ya que al parecer se cuenta con las pertinentes autorizaciones del Cabildo de Fuerteventura y del Gobierno de Canarias. 
                  Así pues, con esta legal protección, ya el cono volcánico de Liria ha desaparecido totalmente  y el volcán de La Laguna   ha perdido una cuarta parte de su estructura. Mientras  en Tindaya,  partidarios y detractores  del proyecto de Chillida se enzarzan en acalorados debates sobre la conveniencia o no de abrir un agujero en la montaña,  en el sur los hermanos pobres de Tindaya , los volcanes de Liria y La Laguna , sufren  ignotos y abandonados las consecuencias  de su total destrucción. Y no pasa nada.
                  Pero, ¿Si nuestros abuelos los conocieron por qué no han de hacerlo sus nietos?

Volcanes de La Laguna y Liria, hace 20 años.


                  En la actualidad el primero ya está muy deteriorado y el segundo ha desaparecido totalmente.



LA LECHE MECIDA EN FUERTEVENTURA
                       
Los antiguos habitantes de la Islas Canarias, fueron poblaciones bereberes originarias del norte de África que llegaron a la islas  siglos antes de los inicios de nuestra era. Entre las costumbres de estos bereberes estaba  la de fabricar la leche mecida o manteca de leche como se recoge en los textos de la época que hablando de Gran Canaria decían : “Hacían manteca y guardaban la eñeja en vasijas grandes qe tenían pa. ello. Esta manteca tenían  por cosa muy sana y cierto lo es” (Sedeño 67). También entre los majos  de Lanzarote y Fuerteventura se recogía la misma costumbre “se untaban con manteca de ganado la cual hacían las mujeres, que era su mejor mantenimiento y la enterraban en gánigos, y hoy se hallan algunos llenos de manteca, la cual sirve para medicina (Abreu Galindo 1977 p. 57).
                  La fabricación de esta manteca de leche que en lengua aborigen se denominaba amolán , se ha mantenido en las Iilas durante siglos, siendo tradicionalmente usada por muchos de nuestros mayores que aún la recuerdan en distintos puntos del Archipiélago. Siempre se colocaba la leche en un gran odre de animal  que se colgaba del techo o de palos y se mecía continuamente hasta que el suero se separaba de la manteca .  En Fuerteventura nos encontramos que el amolán debía de fabricarse el 24 de junio (solsticio de verano), resguardándose el resto del año para usarlo generalmente como alimento y remedio medicinal, muy usado  especialmente   en la curación de los problemas de irritación de piel de los genitales de los niños.
          En Tetir en el año 1990 D. Pedro Cabrera nos relató  algunas de las costumbres majoreras vinculadas con la fabricación del amolán.



LA DESTRUCCIÓN DE BETANCURIA EN 1593
   
El año de 1593 fue malo en Fuerteventura, llovió muy poco y a la penuria del hambre se sumo la invasión de la isla de los piratas berberiscos. Fue el día 1 de julio de 1593 cuando siete galeras y varios bergantines al mando del pirata Xabán Arráez se asomaron a las costas de la isla con la intención de desembarcar en ella. Entre sus fines estaba el castigar al señor feudal de la isla que continuamente organizaba  desde Lanzarote y Fuerteventura numerosas expediciones de captura de esclavos moriscos a lo largo de las costas del noroeste africano. Por ello, los piratas berberiscos, con una tropa de 230 hombres fuertemente armados, desembarcaron  en Fuerteventura con la finalidad de  destruir las ciudades y capturar a la población para venderla en el mercado esclavista de Argel.         
Tras el desembarco, aprovechándose de que la mayor parte de los varones se encontraban de “sementeras” en Lanzarote, se dirigieron hacia el Valle de Santa Inés, saqueando las casas y asaltando la iglesia de donde se llevaron varios objetos y una imagen de la Virgen.
La capital de la Isla, Santa María de Betancuria inmediatamente fue desalojada y los berberiscos penetraron en ella haciendo alardes con sus banderas y atabales. La población que había huido despavorida se escondió en los lugares más recónditos de la isla y en algunas cuevas como la propia hija del señor  feudal María Arias de Saavedra y su tío Gonzalo de Saavedra, quienes acompañados de algunas autoridades se pudieron esconder en una cueva de Maninubre  en las mismas faldas del macizo de Betancuria.

                 Conocida la noticia de la invasión de Fuerteventura,  el Capitán General  Luis de la Cueva, rápidamente  organizó una expedición militar para liberar la isla con los soldados del Presidio (acuartelamiento militar) estantes en las Palmas. Mientras tanto, en Fuerteventura,  el capitán Ortiz de Zambrana  los hostigaba como podía con táctica de guerrillas.
       Tras una dura travesía, las tropas de refuerzo  desembarcaron en Jandía  con  240 soldados  profesionales fuertemente  armados con la misión de liberar la isla de esa “ruin gente”. Y poco duró la incertidumbre porque en la misma montaña de Siete Fuentes, muy cerca del actual Jorós, se encontraron con un grupo de unos cuarenta piratas a los que persiguieron  sin percatarse  de que el resto de los berberiscos los esperaban agazapados por las inmediaciones del lugar. 
         La derrota de inmediato fue total. Los soldados castellanos huyeron despavoridos hacia las  embarcaciones,  abandonando  las armas de forma precipitada.
             


                        



El Sr. Francés López reseñando la localización actual de las fuentes de la montaña de Siete Fuentes. 





Xabán Arráez cuando lo consideró oportuno  incendió la iglesia, los edificios más importantes y los pajeros donde se almacenaba el trigo y se volvió a su país llevándose cautivos a unos 60 majoreros que había podido capturar. Obviamente  la guarnición militar encargada de la defensa de las Islas denominada  Presidio se disolvió de inmediato.
De  la suerte que corrieron los apresados solamente sabemos que algunos, sorprendentemente, mantenían correspondencia con sus familiares hasta ocho  años después de producida la invasión, puesto que en un documento de 1602 una vecina de la Isla Simona Sánchez pedía licencia para vender sus propiedades porque  decía: “hace 8 años , con la venida de Jaban Arráez, que asaltó la isla, cautivó a su marido Juan Perdomo, escudero, el cual de ordinario le escribía cada año, y ella tiene sus cartas, pero de dos años a esta parte no ha tenido noticias suyas y sabe por las cartas de otros cautivos que es fallecido”.
En otro protocolo notarial de 1606, se documenta que Xabán también capturó a mujeres y niños puesto que un vecino llamado  Pablo Mateos reclama los bienes que quedaron de sus padres diciendo: “que su padre murió en Indias y su madre en Berbería cautiva con los demás hijos que llevó”  

         En esta año negro de 1593, Betancuria  fue destruida y la isla quedó prácticamente despoblada. Todavía  un siglo después en las actas de Cabildo se decía “para que no ocurra como en 1593 en que se despobló la isla y la invadieron los moros”, y en otro documento «en 1593, en que por la poca gente que había vinieron los moros, la saquearon y pegaron fuego a sus templos».


         Y transcurridos 418 años de la destrucción de la iglesia del convento  de San Buenaventura, cabría preguntarse : ¿no podrían los empresarios turísticos financiar su reconstrucción?

EL DESARROLLO  DE FUERTEVENTURA
La postguerra española fue especialmente cruel en la isla de Fuerteventura. Cartillas de racionamiento, gofio de cosco, hambre generalizada y consiguientemente emigración. Sobre todo hacia las islas mayores, incluso con toda la familia a cuestas, y poco a poco hacia el Sáhara donde se abrió la puerta de la esperanza en los fosfatos y la construcción.
        Pero ya en los años 60 se empezó a consolidar el turismo en Fuerteventura construyéndose los primeros hoteles en Corralejo y Jandía  y todo empezó a cambiar. La luz del progreso se encendió en la isla y los terrenos se revalorizaron apareciendo, trabajo, dinero y grandes posibilidades de futuro. En este video, grabado por alemanes  en Jandía en 1972 y rescatado por el profesor José Tacoronte  del Toro se nos muestra este inicial despegue turístico en Morro Jable, donde los primeros complejos hoteleros conviven con las viejas casas de pescadores y niños hambrientos de fútbol.

FAUSTINITA Y LOS AIRES DE LIMA
Entrañable mujer esta Faustinita Sánchez Castro de Fayagua. En 1989, con 85 años nos recibió en su casa de Pájara y nos deleitó con sus recuerdos y cantares. Nos habló de sus enfermedades y de la curación del médico de los corderos  y de D. Carlos el médico ciego  y entre sus coplas favoritas escogimos algunos de sus  aires de Lima, cantares muy populares en la época en toda la isla que se entonaban generalmente  en los velorios de paridas.
            Estos aires de Lima, se caracterizan por ser coplas de cuatro versos, normalmente octosílabos y de texto pícaro o insultante, aunque también tenían cabida las coplas de corte amoroso o se improvisaban continuamente, llegándoseles a reconocer incluso como cantares de mierda. Musicalmente recuerdan a los cantos de relaciones de la isla de La Palma, y llama poderosamente la atención el que estos cantos tan populares en Fuerteventura no hayan sido recogidos aún por las agrupaciones folklóricas de la isla.

LA ESCLAVITUD EN FUERTEVENTURA
                                Desde que se conquista la isla en el siglo XV por Juan de Betencourt y Gadifer de la Salle  y hasta el siglo  XIX se conocerá en la isla el  fenómeno de la esclavitud, en principio de manos de  los propios  insulares muchos de los cuales  fueron capturados y vendidos como esclavos. Posteriormente  serían numerosos  los   moriscos  que desde la vecinas  costas  marroquíes y saharauis del norte del Atlántico africano fueron secuestrados en numerosas cabalgadas y deportados  al Archipiélago Canario y especialmente a la isla de Fuerteventura.
                Fueron tantos los problemas planteados por las expediciones de captura de esclavos que estas cabalgadas tuvieron que ser prohibidas por Felipe II en 1572 ante las   continuas represalias que se suscitaban  desde el continente. Por ello, se frenará el aporte de población morisca siendo sustituida la mano de obra  por esclavos  negros traídos desde el sur del continente  africano donde los portugueses, a partir del Tratado de Alcaçobas, monopolizaban el control del tráfico esclavista.
                Miles de  esclavos negros transitaron por las islas, comprándose y vendiéndose muchos de ellos en Fuerteventura donde detectamos  su presencia en todos los sectores de la producción y hasta bien entrado el siglo XIX. En toda la isla y  en pueblos tan dispersos como La Florida, Tesejerague o EL Time , existían numerosos esclavos que paulatinamente fueron adquiriendo su libertad e integrándose en la sociedad majorera.
Así pues en la isla se conoció de lleno el fenómeno esclavista, aunque la primera  partida de matrimonio de un esclavo que conocemos  data de 1599, puesto que con anterioridad los documentos parroquiales se quemaron tras la invasión a la Isla del pirata Xabán Arráez en  1593.
Esta primera partida que se conoce dice los siguiente:
 “En quinze dias del mes de Agosto del  año ut supra (1594) desposé a Joan Mateos de color moreno y a María Alonso morisca, esclavos de Joan Mateos Cabrera  fueron sus padrinos Francisco Martín y Catalina Rodríguez  su muger. Testigos Gerónimo de Sossa y Pedro de Mesa; Recibieron las bendiciones  nupciales.”
                                               Ginés Cabrera Betancor.
Otro ejemplo se aprecia en este otro documento de 1676 donde se recoge el nacimiento de la esclava Magdalena:

                   
                “En Fuerte Ventura en veinte y ocho días del mes de junio de mil seiscientos setenta y seis años yo Frai  Luis Bais teniente de  beneficiado bautice a Madalena hija de María Madalena esclava de Melchor de los Reyes Cabrera y de Luisa de Armas Negrín, fueron padrinos  Juan  Antonio esclavo del Doctor  Pedro Pérez Manso beneficiado de esta isla y Presilia esclava de Baltasar de Cabrera besino de esta isla…”
                La esclavitud desaparecería en la isla hace muy poco tiempo, casi en  la época de nuestros tatarabuelos puesto que las últimas partidas que se conocen son de principios del siglo  XIX  y pertenecen a esclavos  negros vinculados a los Coroneles de La Oliva. Que duda cae que la sociedad majorera es ya en su origen  multiétnica y multicultural.

LA MEMORIA SILENCIADA DE FUERTEVENTURA.

         
               Fuerteventura, isla alejada, recóndita, desértica  ha sido históricamente un lugar en el que se han recluido  a los intelectuales molestos contrarios al sistema. En 1924 Unamuno y Soriano no compartían los ideales antidemocráticos de Primo de Rivera y aquí fueron confinados.  Durruti, líder de la CNT, fue  muy incómodo para la II República española y acabó desterrado en Puerto de Cabras,  y  los arrabales saháricos de Majada Marcial del  viejo Puerto Cabras, se convirtieron en 1957 en campo de concentración  para los saharauis aprisionados  en la guerra de Sidi Ifni. Más recientemente, en 1962 , Franco envió a Fuerteventura a sus adversarios políticos  Fernando Álvarez de Miranda, Jaime Millares, Jesús Barros de Lis y a Joaquín Satrústegui.  Pero sin lugar a dudas, uno de los capítulos más negros de la historia de la isla lo supuso, tras la guerra civil española, la creación  del campo de concentración de Tefía donde durante años se retuvieron  a los presos republicanos,  a quienes en trabajos forzosos, se les obligó a realizar determinadas obras de acondicionamientos de carreteras e incluso a taladrar los túneles del Barranco del Ciervo para facilitar el acceso  a Cofete. Posteriormente el campo  sería usado para encerrar y castigar a  los homosexuales, quienes  simplemente por manifestar su opción sexual eran penalizados en Tefía.
              Con nuestro anhelo de que situaciones como estas no se repitan nunca jamás en la historia de nuestro pueblo canario, nos quedamos con los textos de unos de los represaliados, maravillándonos el hecho de que D. Miguel de Unamuno, en sólo tres meses de confinamiento en la isla, pudiera escribir estos textos que han inmortalizado el paisaje y la cultura majorera.

LA DANZA DE LAS ESPADAS
En Fuerteventura históricamente se han fundido numerosas  influencias culturales que con el paulatino discurrir del tiempo  han conformado la identidad majorera. Los franceses conquistaron la isla y dejaron su huella más clara en numerosos apellidos que han llegado hasta la actualidad como Betancor, Melián, Berriel, Perdomo, Umpiérrez,etc. De Andalucía nos llegaron   múltiples influencias y una de ellas, la danza de las espadas,  fue usual en Fuerteventura hasta principios del siglo XX.
                La primera referencia a ella la encontramos en las actas del Cabildo del año 1641 cuando preparándose las fiestas de San Buenaventura  del 14 de julio, se acordó nombrar  a un representante  “quien hará que haya la danza de las espadas que se acostumbra en esta isla y que la iglesia y las calles se enramen”. Esta danza se ejecutaba en las  fiestas de San Buenaventura que  históricamente  han conmemorado la conquista de la isla, realizándose en ese día una procesión alrededor de la ermita de San Diego. Con el paso del tiempo las actas hacen mención a la escasa aceptación popular de la festividad alegándose “que no concurre a la gente” o “que es escasa la gente que acude a la función”.
                Pero la danza de las espadas no se practicaba exclusivamente en estos festejos, puesto que cuando se produjo  la visita a la isla del obispo Tavira en 1792 lo recibieron en Antigua  “con regocijo de vecinos y comparsa de danzas”, mostrándose el baile de las espadas en la que participaban “doce hombres vestidos de danzantes con espadas antiguas en las manos y enlazados con ellas al son de un tiplillo”.
                Y todavía  a principios del siglo XX  la danza se debía de seguir practicando puesto  que en el año 1989  en una  entrevista que pudimos realizar en Antigua a D. Simeón Alberto, él recordaba el nombre de la danza y aseguraba haber visto el baile en su infancia en las que un grupo de danzarines ataviados y portando palos (no espadas) realizaban  determinados   giros y ágiles movimientos danzarines.
En la actualidad se ha conservado la danza de las espadas en distintos  puntos de la península y especialmente en Puebla de Guzmán (Huelva), donde  desde el siglo XVII se ha celebrado la romería de la Virgen de la Peña. Allí, en el mes de abril los romeros marchan hacia el Cerro de los Águilas entonando coplas como la de “Virgen de la Peña, Madre soberana, ¿Qué será de Puebla si la desamparas?  Y como acto fundamental de la romería se baila  la danza de las espadas como se aprecia en el siguiente video:

MEDICINA TRADICIONAL EN FUERTEVENTURA



                  Muchos han sido históricamente los problemas sanitarios en la isla. La penuria de medios ha sido crónica en Fuerteventura y la población de siempre ha sufrido las consecuencias de la insularidad, la lejanía y el abandono. Así, por ejemplo, en el siglo XVIII, cuando el navegante  inglés George Glas describió las costumbres de la isla,  contaba que   algunos pescadores cogieron  una gran tortuga, y  tras cortarle la cabeza, todos bebieron su sangre con sus manos alegando “que era un remedio excelente contra el prurito”, puesto que tenían  “sus manos llenas de costras y úlceras”.

                También en el siglo XIX el investigador francés René Verneau se refería a las condiciones sanitarias de la época relatando  que en las inmediaciones de La Oliva vio como “seis mujeres tendidas a la sombra de una roca se buscaban mutuamente los parásitos de los que su cabeza estaba llena”
                A principios del siglo XX existió en la isla el médico de los corderos, sanador popular que recorría la isla en burro administrando  hierbas y preparados naturales a quienes demandaran de sus servicios. Y  la llegada de los primeros médicos profesionales no impidió que determinados sanadores o esteleros, muy populares en la Isla,  continuaran efectuando determinadas curaciones.
                En 1989 tuvimos la oportunidad de entrevistar  en La Oliva a José González Pérez, estelero ciego y manco cuyos problemas físicos no le impedían  desarrollar una continuada  labor sanitaria.

EL TIMPLE EN FUERTEVENTURA Y DOMINGO LUIS RODRÍGUEZ ORAMAS “EL COLORAO”
El timple es el instrumento musical  tradicional del Archipiélago Canario especialmente  codiciado en todo encuentro festivo entre los canarios.  Su altiva y encantadora sonoridad lo hace insustituible en cualquier parranda  canaria.
                En Fuerteventura  Domingo “El Colorao” nacido en Tetir en 1964 (perdón) es todo un referente dentro  de la música folklórica canaria, destacando en esta nueva generación de músicos canarios que encandila por su calidad técnica, su apego a las tradiciones musicales del Archipiélago y a la vez por su capacidad innovadora dentro de los nuevos derroteros de la música canaria.
                En estas dos grabaciones “El Colorao” nos aporta una magnífica lección sobre los orígenes, características e historia del timple y nos deleita con alguno de sus temas. No se lo pierdan.