Características de la música pop

 Los musicólogos suelen identificar una serie de características como típicas del género de música pop: un enfoque en canciones individuales o sencillos (singles), en lugar de en obras extensas o álbumes; el objetivo de atraer a un público general, en lugar de dirigirse a una sub-cultura o ideología; una preferencia por la artesanía por encima de cualidades formales artísticas; cierto énfasis en la grabación, producción y tecnología, antes que la actuación en vivo; y una tendencia a reflejar las tendencias existentes en lugar de a los desarrollos progresivos.

El principal elemento de la música pop es la canción, a menudo entre dos y medio y tres minutos y medio de duración, en general, marcada por un elemento rítmico constante y notable, un estilo culturalmente establecido y una estructura tradicional y simple. Las variantes más comunes son el verso-coro y la forma de treinta y dos compases, con una especial atención a las melodías pegadizas y un coro que contrasta melódica, rítmica y armónicamente con el verso. El ritmo y las melodías tienden a ser sencillos, con un acompañamiento armónico limitado. Las letras de las canciones pop modernas se centran típicamente en temas simples – a menudo el amor y las relaciones románticas – aunque hay también notables excepciones.

Según la opinión del crítico de rock y sociólogo británico Simon Frith, la música pop se produce «como una cuestión de empresa, no de arte… está diseñado para atraer a todo el mundo» y «no proviene de ningún lugar en particular o marca ningún gusto particular». No está «conducida por ninguna ambición significativa, excepto el lucro y la recompensa comercial… y, en términos musicales, es esencialmente conservadora.» Es «proveída siempre desde lo alto (por las compañías discográficas, programadores de radio y promotores de conciertos) en lugar de estar hecha desde abajo… El pop no es una música «hecha por uno mismo», sino que es profesionalmente producida y envasada».

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