La insociable sociabilidad en Kant

La paz entre hombres que viven juntos no es un estado de naturaleza –status naturalis-; el estado de naturaleza es más bien la guerra, es decir, un estado en donde, aunque las hostilidades no se han declarado, si existe una constante amenaza de que se declaren. Por tanto, la paz es algo que debe ser «instaurado»; pues la omisión de hostilidades no es todavía garantía de paz y si un vecino no da seguridad a otro (lo que sólo puede suceder en un estado legal), cada uno puede considerar como enemigo a quien le haya exigido esa seguridad”. (Kant, Hacia la paz perpetua)

La convivencia requiere por definición de cierta pacificación. Vivir en sociedad y vivir en paz constituyen hechos que se implican. La situación de guerra hace imposible la convivencia, la vida social. Por eso se hace necesario concebir esta situación de guerra como perteneciente a un estado de naturaleza. El estado de naturaleza implica una situación de guerra de todos contra todos (Hobbes) pero, lo más grave reside en el permanente estado de inseguridad producido por la amenaza de la declaración de hostilidades. No podemos evitar la hostilidad, pero al mismo tiempo, la propia tendencia a la hostilidad lleva implícita la tendencia a la sociabilidad. La situación de paz adquiere sentido con la instauración del Estado civil: la legalidad garantiza el cese de las hostilidades, y por tanto, la ausencia de legalidad es la responsable de una situación de perpetua enemistad. Los seres humanos vivimos atravesados por esa doble condición paradójica de amistad-enemistad, sociabilidad-insociabilidad.

Esta entrada fue publicada en Historia de la Filosofía (2º bachillerato). Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.