El Perfil de salida es un documento que establece el grado desarrollo y adquisición de cada uno de los descriptores operativos que se espera que haya alcanzado el alumnado al finalizar  la enseñanza básica Además, se ha establecido una concreción del Perfil de salida para el final de la etapa de Educación Primaria y una progresión del mismo para la finalización del Bachillerato. 

De esta manera, disponemos de un referente común a alcanzar por el alumnado de todo el Estado en lo que se refiere al grado de desarrollo y adquisición de las competencias. 

Sí, todos estos documentos son prescriptivos ya que suponen un marco de referencia común para todo el Estado español. Establecen el grado de desarrollo y adquisición de las competencias clave esperado al finalizar cada una de las etapas.

No se evaluarán y calificarán cada una de las sesiones de evaluación como sucede en el resto de etapas educativas 

La normativa específica de evaluación para la etapa concretará la forma y el momento en el que se dará información sobre dicho grado de desarrollo y adquisición, que, en todo caso, será finalista, esto es, al finalizar la etapa o el ciclo.

A través de los criterios de evaluación. En nuestro modelo de currículo, los criterios de evaluación son el referente fundamental para la evaluación de las áreas, las materias y los ámbitos, así como para valorar el grado de desarrollo y adquisición de las competencias clave. 

Con la LOMLOE, los criterios de evaluación se vinculan con descriptores operativos de las competencias clave, de manera que evaluando y calificando los aprendizajes establecidos en los criterios de evaluación estamos evaluando y calificando los descriptores operativos con los que los criterios se vinculan.  

Al finalizar cada evaluación, el profesorado dispondrá de un número determinado de registros para cada uno de los criterios de evaluación y descriptores operativos vinculados, que tratará de la manera que estime más adecuada para finalmente valorar el desempeño del alumnado en el área, la materia o el ámbito, y el grado de desarrollo y adquisición de las competencias clave asociadas a los descriptores operativos trabajados hasta el momento. 

El profesorado llevará a la sesión de evaluación la valoración particular de las competencias clave trabajadas en el seno de su área, materia o ámbito, pudiendo utilizar la aplicación Proideac para realizar el volcado de esta valoración. De esta manera se generará una panorámica global de la valoración de las competencias clave en cada asignatura que mostrará visualmente (“Documento semáforo”) las coincidencias y desajustes en esta valoración, lo que facilitará la evaluación colegiada de las competencias en la sesión de evaluación.

No. Solo podemos calificar aquellas competencias clave que se desarrollan a través de los aprendizajes de los criterios del currículo del área, la materia o el ámbito.

Las competencias clave se adquieren a través de la contribución de todas las asignaturas del nivel, de ahí que sea una calificación colegiada  ya que no todos los currículos contribuyen a todas las competencias, ni en igual medida. 

Teniendo en consideración que la evaluación de las competencias es colegiada, el profesorado, en el momento en el que se vaya a calificar una competencia que no aparece en el currículo de su área, materia o ámbito, se abstendrá de emitir una valoración de la misma.

Sí, tal y como establecen los decretos o los proyectos de decreto correspondientes, se establecerán rúbricas de calificación para los currículos LOMLOE. 

Estas rúbricas se elaborarán a partir de los criterios de evaluación de cada una de las áreas, las materias o los ámbitos, ya que las competencias específicas son finalistas y son los criterios de evaluación los que las gradúan a cada ciclo o curso. 

Estos documentos estarán a disposición del profesorado para el próximo curso escolar, cuando la LOMLOE se haya implantado en su totalidad, aunque si fuera posible, se adelantarán los borradores de las mismas.

Sí, se está desarrollando una aplicación oficial de la CEUCD que facilite al profesorado la evaluación y la calificación conjunta de las áreas, las materias y los ámbitos, y del grado de desarrollo y adquisición de las competencias.

Mientras finaliza su desarrollo, el uso de la aplicación Proideac puede facilitar la calificación colegiada de las competencias, al generarse una panorámica (Documento semáforo) que permitirá ver si existen coincidencias o desavenencias en las calificaciones otorgadas por el equipo docente a una determinada competencia.

Todos los criterios de evaluación tienen el mismo peso e importancia a lo hora de evaluar y calificar al alumnado. 

En el modelo LOMLOE, los criterios de evaluación son los referentes, en cada curso o ciclo, tanto para la evaluación de cada área, materia o ámbito como para la evaluación y comprobación conjunta, a través de ellos, del grado de desarrollo y adquisición de las competencias clave con las que se vinculan. 

Las competencias específicas, como los objetivos de etapa, establecen el horizonte a alcanzar por el alumnado al finalizar la etapa, pero nuestro referente en el quehacer diario del aula, tanto para el diseño como para la evaluación, son los criterios de evaluación. 

El modelo de evaluación y calificación, por tanto, no ha cambiado: todos los criterios de evaluación tienen la misma importancia y el mismo peso a la hora de emitir la calificación final del alumnado, independientemente de que se trabajen más o menos a lo largo del curso, o del número de criterios que presente un determinado bloque competencial.

Sí. Las competencias específicas establecen los aprendizajes del área, la materia o el ámbito que el alumnado ha de alcanzar al finalizar cada una de las etapas educativas. Estos aprendizajes, además, conectan directamente con los de las competencias clave (descriptores operativos del Perfil de Salida) y deben ser  alcanzados por el alumnado independientemente de su  carácter más o menos disciplinar. 

Para la evaluación y la calificación de estos aprendizajes en cada curso o ciclo, hay que acudir a los criterios de evaluación, que son los que gradúan cada una de las competencias específicas a cada curso o ciclo.

No es necesario. Evaluando los aprendizajes establecidos en los criterios de evaluación evaluaremos los descriptores operativos de las competencias clave asociados a los mismos. El profesorado deberá, por tanto, diseñar instrumentos para los aprendizajes establecidos en los criterios de evaluación que siguen siendo el elemento central para el diseño de las SA y para la evaluación y calificación del alumnado.

Sí, se publicarán órdenes de evaluación para cada una de las etapas educativas. En lo que se tramitan y publican estas órdenes, se emitirán instrucciones a los centros educativos. 

No obstante, en la Orden de 24 de mayo de 2022, por la que se regulan la evaluación y la promoción del alumnado que cursa la Educación Primaria, así como la evaluación, la promoción y la titulación en Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, hasta la implantación de las modificaciones introducidas por la Ley Orgánica 3/2020, de 29 diciembre, en la Comunidad Autónoma de Canarias, ya se adelantan muchas de las modificaciones que la LOMLOE establece en el ámbito de la evaluación. 

Las rúbricas actuales responden a los criterios de evaluación LOE (Educación Infantil) o LOMCE (resto de las etapas). Por lo tanto, las únicas que siguen siendo válidas durante el presente curso escolar son las rúbricas LOMCE para los cursos pares en la Educación Primaria, en la ESO y en el Bachillerato.

La unidad temporal de secuenciación en la Educación Infantil, a la hora de elaborar la programación didáctica, es el ciclo. Teniendo esto en cuenta, se debe garantizar que todos los criterios de evaluación y todos los saberes básicos establecidos se han desarrollado al finalizar cada uno de los ciclos y la etapa. 

La selección o secuenciación de los aprendizajes establecidos en los criterios de evaluación para cada ciclo se realizará teniendo en cuenta los siguientes aspectos: 

• Los criterios de evaluación establecidos en el currículo presentan carácter longitudinal y transversal. Requerirán, por tanto, ser tratados a lo largo de los tres cursos de cada ciclo, de manera que se vaya profundizando en los aprendizajes comprendidos en ellos y estos se vayan tratando de manera progresivamente más compleja. 
• Para ello, se seleccionarán también los saberes básicos más adecuados en función del nivel en el que nos encontremos. El aprendizaje a alcanzar por el alumnado seguirá siendo el mismo, pero podremos activar diferentes saberes básicos para alcanzarlos o los mismos pero con diferente grado de complejidad. 
• Se evitará el tratamiento de los criterios de evaluación en un único nivel del ciclo. El alumnado necesita tiempo para desarrollar y alcanzar los aprendizajes establecidos en los mismos. 

La secuenciación de los aprendizajes establecidos en los criterios de evaluación y la selección de los saberes básicos a trabajar con el alumnado para que sean alcanzados, debe ser realizada, de forma consensuada, por el equipo docente de ciclo y debe quedar establecida en la concreción curricular, documento que forma parte de la propuesta pedagógica. Al finalizar cada curso se realizará una evaluación de la secuenciación propuesta con el objeto de realizar los ajustes o las modificaciones que los equipos estimen oportunos.

Sí, los criterios de evaluación siguen siendo el elemento central del currículo y deben ser los referentes para guiar tanto la intervención educativa y el diseño de las situaciones de aprendizaje, como el propio proceso de evaluación de las áreas, las materias y los ámbitos, y del grado de desarrollo y adquisición de las competencias. 

Las competencias específicas son finalistas y las ha establecido el Ministerio de Educación y Formación Profesional para todo el Estado. No están, por tanto, secuenciadas ni recogen los aspectos propios del contexto canario. 

Los criterios de evaluación, sin embargo, secuencian los aprendizajes establecidos en la competencia específica por ciclos o por cursos, en función de la etapa educativa, y contextualizan los aprendizajes establecidos en la misma a Canarias.