¡Preparamos el ambiente de aprendizaje!

En la anterior entrada, gracias al tercer maestro, ya tuvimos oportunidad de comprobar cómo los espacios pueden favorecer o dificultar la motivación, interacción y participación del alumnado en el aprendizaje. Basta entrar en un aula con disposición circular o en U para reconocer en nuestro comportamiento cambios respecto a las expectativas de tener una espalda delante todo el tiempo. Desde el momento en que colocamos las mesas y las sillas, o decoramos el aula, ya estamos enviando a las personas que van a habitar ese espacio un mensaje codificado en forma de sensaciones físicas que constituyen el nivel más  inmediato en la percepción del ambiente de aprendizaje.