Decía Jim Rohn que Las palabras hacen dos cosas principales: proporcionan alimento a la mente y crean luz para la comprensión y la conciencia. Jerome, el protagonista de la historia, entendió ese poder de las palabras y por eso su afición era coleccionarlas. A Jerome, cuantas más palabras sabía, más fácil le era compartir con los demás lo que pensaba, sentía y soñaba.
El cuento termina con un importante mensaje: “Busca tus propias palabras. Dile al mundo quién eres y qué vas a hacer para mejorarlo”. Un cuento de Peter H. Reynolds, ofrecido por El País de los Audiocuentos.
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