8. Los sobrinos (hijos de Carmen Pérez Galdós y Ambrosio Hurtado de Mendoza)

Don Benito y «Don Pepino» en el huerto de San Quintín.

Ambrosio, nacido en diciembre de 1852, estudió Derecho y fue el más vinculado a su Gran Canaria natal, donde fue decano del Ilustre Colegio de Las Palmas y un gran alcalde entre 1904 y 1907, por lo que la ciudad le ha dedicado una plaza y un monumento. Puso mucho empeño en el embellecimiento de lo viejos barrios y luchó activamente en pro de la división provincial. En el desempeño de este cargo tuvo el honor de recibir al rey Alfonso XIII en su visita de 1906, la primera de un monarca español a la isla.

José María, «Don Pepino» como lo llamaba cariñosamente Don Benito, estudió ingeniería agrícola, de cuya escuela fue profesor en Madrid. José fue estrechando cada vez más la relación con su tío, convirtiéndose en su secretario y su más estrecho colaborador en sus asuntos y hasta en sus secretos. Tras la muerte de su madre, le tomó el relevo a esta en el cuidado de su tío hasta el mismo momento de su muerte, que tuvo lugar en su casa de la calle Hilarión Eslava de Madrid.

Magdalena, la única hija de Carmen, no llegó a realizar estudios ni destacó por ningún motivo salvo por su temprana muerte. Su esposo, Juan Antúnez Monzón, era hermano del fundador de las escuelas que llevan este nombre en Las Palmas y de la iglesia de Nuestra Señora del Pino, en la ciudad, donde tiene sepultura esta familia.

José Hermenegildo, el pequeño de la familia, comenzó también los estudios de agronomía, pero como era un poco calamidad y no los llegó a terminar, su tío le dio empleo en la editorial cuando se decidió a editar sus propios libros.