8. Comunicaciones: correos, telégrafos y teléfonos

Compañía de Vapores y Correos.

Compañía de Vapores y Correos Interinsulares en Santa Catalina hacia 1920.

El servicio público de correos empezó a funcionar en España en el siglo XVII, durante el reinado de Felipe V, y los primeros sellos de correos se pusieron a la venta en España el día 1 de enero de 1850 (un año antes lo habían hecho en Francia). Llevaban la imagen de la reina Isabel II, que tuvo alguna relación personal con Galdós, que la convirtió, además, en personaje literario de sus episodios nacionales, llegando a visitarla en su exilio de París en el otoño de 1902, junto con su amigo Fernando León y Castillo, embajador de España en Francia. De la enorme correspondencia postal que conservó Galdós en forma de cartas y postales, la mayoría está actualmente en la Casa-Museo y constituye la fuente documental más importante para conocer la vida y el pensamiento íntimo de Galdós.

La invención del telégrafo por Morse, en 1838, supuso un gran avance en las comunicaciones entre los pueblos y los continentes. También este tema generó disputas entre Las Palmas y Tenerife, resueltas a favor de esta última en 1880, cuando el Congreso votó una ley disponiendo que la línea telegráfica que debía unir el Archipiélago con la Península partiera de Cádiz hasta Tenerife y de aquí a Gran Canaria, La Palma y Lanzarote. Tres años más tarde se acometieron los trabajos del tendido del cable submarino.

Tuvieron que pasar casi cuarenta años para que en 1877 se instalaran las primeras líneas telefónicas en Barcelona y, un año más tarde, en Madrid con una línea telefónica que enlazaba el antiguo Ministerio de la Guerra con los palacios reales de Madrid y Aranjuez.­­ En 1881 se abrió al público la primera central telefónica en el edificio de Telégrafos en Madrid. En Las Palmas, la casa de los Miller ya había instalado el teléfono en 1890 y la primera compañía telefónica canaria fue la Sociedad de Teléfonos de Tenerife, creada en Santa Cruz de Tenerife en 1894. En 1921 ya el teléfono formaba parte de los hogares principales de Canarias, que contaba con 1.837 abonados en 1921.