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Casi todos hemos observado alguna vez nuestra tendencia a sacar la punta de la lengua hacia fuera cuando estamos totalmente inmersos en una tarea.

Hay varias hipótesis que tratan de explicar este gesto inconsciente. Desmond Morris, prestigioso zoólogo y etólogo inglés, defiende que se trata de un gesto hereditario y universal que informa a los demás de que alguien está concentrado. Según esta idea, asomar la punta de la lengua significaría: “Aléjate. No me molestes. Estoy ocupado”.

Otros expertos sugieren que sacando la lengua de la boca y dejándola quieta entre los labios conseguimos eliminar el número de estímulos que llegan al cerebro, dejando más neuronas disponibles para otras ejecutar correctamente otras actividades que requieren toda nuestra atención.

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