Imágenes que nos descubren – Jameos Digital nº8

Nicolás Manuel Dorta Martín
IES Haría

El IES Haría imparte por tercer año consecutivo el proyecto Estrategias de Pensamiento Visual promovido por el CAAM entre colegios e institutos públicos de Canarias. Este método abre ante el alumnado y el profesorado la posibilidad de facilitar el diálogo sobre arte a través del descubrimiento y la observación.

El arte, como la ciencia, es una luz que ilumina la comprensión del mundo. Desde la prehistoria, el ser humano ha representado sobre la piedra, en la oscuridad de una cueva o en la ladera de una montaña, escenas de caza o sus propias ensoñaciones. Ha adornado los cuerpos con cerámica; inmortalizado colores en la piel con diferentes formas y figuras; bailado alrededor del fuego para celebrar que la lluvia regresó e hizo florecer los campos. Todo arte es una búsqueda por entender la vida y una necesidad de entenderse a sí mismo. Vivir sin él es alimentar la ignorancia. No atreverse a salir de la minoría de edad, como diría Immanuel Kant. Permanecer en la caverna, como describiría Platón. Hoy en día, poco ha cambiado el arte en su cometido. Nos preocupan los mismos asuntos. Se plasman en los libros, la fotografía, el cine, en una escultura o cualquier otro vehículo que utilice la mirada, la memoria y la propia imaginación para hallar sentido al misterio de nuestra existencia. Al enigma de la naturaleza.

En una traducción de Emilio Lledó sobre el anuncio de unas clases que debía dar Kant en 1765, se puede leer que el profesorado «no debe enseñar pensamientos, sino a pensar». Es decir, «al alumno no hay que transportarle, sino dirigirle, si es que tenemos la intención de que en el futuro sea capaz de caminar por sí mismo», decía el filósofo. Esta intención es precisamente uno de los objetivos del método VTS, iniciales de las Estrategias de Pensamiento Visual: enseñar a pensar desde el descubrimiento de la propia mirada. Que el alumno tenga la libertad para comunicarse, compartir y razonar lo que ve a través de la interpretación de obras de arte. Encontrar las palabras adecuadas a nuestros pensamientos es definir el mundo. Y eso no es tarea fácil.

Tercer año con VTS

El IES Haría utiliza por tercer año consecutivo el VTS en diferentes cursos de la ESO y Bachillerato. Por los datos que tenemos, actualmente es el único instituto de Lanzarote impartiendo esta formación, que ha sido posible gracias al trabajo del Departamento de Educación y Acción Cultural del Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de Las Palmas de Gran Canaria, en coordinación con el Área Sociedad, Cultura y Conocimiento del Servicio de Innovación Educativa de la Consejería de Educación. Este museo de arte contemporáneo ha promovido el VTS por colegios e institutos públicos y las asesorías de los Centros del Profesorado (CEP) del archipiélago. Desde el primer año, varios profesores y profesoras del IES Haría supimos que nos encontrábamos ante una nueva manera de despertar la creatividad y el pensamiento crítico entre el alumnado, además de ofrecer una forma metodológica diferente. El VTS ha supuesto una estupenda iniciativa que abre las puertas a una apasionante experiencia didáctica para el profesorado, pero sobre todo para el estudiante, verdadero protagonista, y quien aborda otra manera de “acercarse” al arte, eso que tanta extrañeza o escepticismo genera, cuando paradójicamente es inherente a nuestra naturaleza.


Esta intención es precisamente uno de los objetivos del método VTS, iniciales de las Estrategias de Pensamiento Visual: enseñar a pensar desde el descubrimiento de la propia mirada.

Las tres preguntas

En el VTS el docente modera. Interviene solo para realizar tres preguntas a lo largo una sesión, que puede durar entre 45 y 50 minutos. La clase se prepara con un simple proyector de imágenes y una luz adecuada. Cada alumno permanecerá en su sitio siempre que pueda ver. Las tres preguntas y tres imágenes en cada sesión son irrenunciables. En total son diez sesiones a lo largo del curso, con grupos de imágenes diversas que irán aumentando en dificultad. La última sesión es una visita a un museo o centro de arte. Las tres preguntas caminan paralelas y no se pueden omitir. La primera es: ¿qué es lo que está ocurriendo en la imagen?; la segunda: ¿qué has visto para pensar eso? y la última: ¿qué más puedes o podemos añadir?. Si nos fijamos, hay un intento de comprender un escenario, nuestra condición humana (reflejada en un cuadro o en una foto), interrogar a la razón y comprobar cuáles son sus límites, como hizo Kant en plena Ilustración también con tres cuestiones: ¿qué puedo conocer?; ¿qué debo hacer? y ¿qué me cabe esperar?. A partir de la primera pregunta se abre una puerta cargada de opciones. Durante algunos segundos toda la clase observa la imagen y alguien no tardará en dar una primera “versión” de una fotografía, o un cuadro, bajo los ojos que compartimos. Comienzan a alzarse las primeras manos, seguras algunas de lo que pasa, otras más dubitativas pero sin miedo a aventurarse. Y el docente, en poder de estas tres preguntas, siempre en medio, velará porque se respete al turno de palabra, ayudará a generar conocimiento compartido, debate, estará contribuyendo casi sin saberlo a un aprendizaje por descubrimiento.

Todo está conectado

La experiencia en el IES Haría en este curso 2019-2020 con alumnado de primero de Bachillerato en la asignatura de Filosofía, da pie a poder ampliar el número de preguntas. El VTS, en un segundo nivel, permite introducir nuevas problemáticas, como escribir lo que se observa, pues sin las palabras, las ideas no existen. O seguir preguntando: ¿qué podemos decir del lugar donde estaba situado el artista cuando hizo esto?; ¿qué objetos parecen estar más cerca y cuáles más lejos?; ¿qué crees que hizo el artista para que vieras esto?. Ampliar el conocimiento sin perderse, con una intención de crecimiento de la mirada. Si queremos, es algo similar al concepto de rizoma que propone Deleuze, una especie de salir permaneciendo. «Hacer rizoma y no raíz», decía el filósofo. El VTS, en estos términos, se debe entender como rizoma y no como árbol. Lo que se mueve de manera horizontal frente a lo que crece estático y vertical, pero está quieto. En el rizoma todo puede estar conectado. No se sabe su límite.


El IES Haría utiliza por tercer año consecutivo el VTS en diferentes cursos de la ESO y Bachillerato.

Parafrasear para reforzar al alumno

Resulta conveniente utilizar las respuestas del alumnado, parafrasearlas, para asegurarse de que ha escuchado lo que cada voz afirma que ve. Se trata de una atención positiva donde ellos y ellas se creerán capaces de seguir indagando. Debemos igualmente mantenernos abiertos y receptivos a las diferentes interpretaciones, en la configuración de un relato que se irá construyendo entre y en la clase. Nunca deberemos intervenir para facilitar el autor de la obra. A pesar de que más de un alumno insistirá o afirmará que se trata de alguien determinado. ¿Qué has pensado para decir que se trata de ese alguien?. Así saldremos de esta situación. Sin entrar en detalles, competencias como la lingüística, la social y cultural, claves en el desarrollo educativo, están muy presentes en esta experiencia. Desde nuestra perspectiva, los resultados están siendo positivos tanto para el alumnado como para una decena de docentes del IES Haría que se han formado en el VTS a lo largo de estos años. Seguiremos explorando posibilidades, pues el pensamiento visual se puede ampliar a cualquier asignatura, aunque conviene recordar que aprender a mirar es un proceso a largo plazo, por ambas partes. Requiere paciencia y constancia. Poco a poco se va integrando en las situaciones de aprendizaje, contribuyendo a los objetivos de cada asignatura y, como hemos dicho, a la mejora de las competencias de los estudiantes. Tiene pues un carácter claramente transversal, pero sin perder su esencia: trabajar la mirada como instrumento de pensamiento. No es lo mismo mirar que observar. El ojo retiene lo que quiere ver. Lo demás lo olvida o lo omite. Si estamos delante de un cuadro y nos preguntan qué está pasando, lo último que haríamos sería darnos la vuelta. Una fotografía, una pintura o un tapiz pueden sacudir lo que creíamos ser y darnos pistas sobre lo que ahora somos. Descubrirnos.

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