Holanda M. Negrín González. CEIP Ajei
María Mercedes Hernández. CEO Argana
En este artículo hemos pretendido esbozar de manera escueta la relación existente entre la estimulación temprana y el currículo propio de la Educación Infantil, experiencia que está siendo llevada a cabo en diversos centros educativos de Lanzarote.
Dejamos patente también la importancia de la implicación de las familias a lo largo de toda la vida de sus hijos e hijas, y por supuesto también en el plano educativo, colaborando dentro de sus posibilidades y siempre con la orientación del profesorado.
La estimulación temprana pretende favorecer el desarrollo integral del niño y la niña entre los 0 y los 6 años. Se pretende el máximo desarrollo de sus capacidades psicomotrices, cognitivas, emocionales y sociales a través de diferentes técnicas, actividades y medios. Aunque lo nombremos por separado, todo esto es un conjunto a través del cual se busca siempre lo más adecuado para cada uno de ellos y de ellas procurando evitar lo no deseado en su desarrollo.
Los docentes tenemos muy presente que nuestro alumnado nace con un gran potencial y nuestro papel es el de acompañarlos en el camino de su desarrollo, proporcionándoles las herramientas y las experiencias necesarias para que alcancen su máximo potencial.
La familia, sin duda alguna, tiene un papel fundamental en dicho proceso, por ello debe formar un tándem con la escuela.
Incluir la estimulación temprana en las escuelas es una forma de atender a la diversidad que nos encontramos en cada aula.
Es imperativo que el profesorado conozca en profundidad las diferentes etapas del desarrollo, de manera que ofrezca a cada niño y niña variedad de estímulos a través de los cuales puedan adquirir las destrezas necesarias para explorar, comprender e interactuar en el medioambiente que los rodea, atendiendo así a la diversidad y la individualidad. Con ello tendremos en cuenta el Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) que está dentro de la Agenda 2030, exactamente, en el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4: “Educación de calidad: garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. Siempre hay que atender a la diversidad desde un punto de vista más abierto, no solamente pensando en el alumnado NEAE.

Vemos que los ritmos de aprendizaje son diferentes, ya que su desarrollo individual depende de la maduración del sistema nervioso. Es por ello que cada vez tenemos más presente lo que nos indica la neuroeducación: “la nueva interdisciplina o transdisciplina que promueve una mayor integración de las ciencias de la educación con aquellas que se ocupan del desarrollo neurocognitivo de la persona humana” (Antonio Battro 2005).
“La estimulación temprana pretende favorecer el desarrollo integral del niño y la niña entre los 0 y los 6 años. Se pretende el máximo desarrollo de sus capacidades psicomotrices, cognitivas, emocionales y sociales a través de diferentes técnicas, actividades y medios”
La gran plasticidad del cerebro a esas edades tan tempranas, moldearlo a través de las actividades, hace que cambie el cerebro porque aprende. El aprendizaje organiza y reorganiza el cerebro. Gracias a la neurociencia los maestros vamos entendiendo todos estos procesos. Es por ello que la neuroeducación busca transformar el aula en un lugar donde la investigación práctica contribuye a dar datos sobre el éxito y las dificultades en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Toda actividad educativa debe fomentar también el vínculo emocional, ya que desde la neurociencia nos hablan de su importancia. Simplemente una sonrisa de un o una docente dando afirmación a lo que ese alumno o alumna nos está explicando, hace que ellos y ellas se abran y no nos vean con recelo. Y ¿por qué pasa esto? porque su sistema límbico se activa y manda la señal placentera, por lo que ven que el aprendizaje está libre de amenazas.
Al barajar todas estas cuestiones hemos tratado de llevar a la práctica en el aula la unión de la estimulación temprana asociada al currículo de la etapa de Educación Infantil.
Se partió de dicho currículo y de la Guía Portage, la cual es una prueba que valora a nivel cualitativo y ofrece ejercicios, para desarrollar las áreas cognitiva, desarrollo motriz, lenguaje, autoayuda y socialización, adecuados a las habilidades o capacidades que deberían tener adquiridas la mayoría de los niños y niñas a esas edades. Los ejercicios vienen divididos por cada área y tramo de edad (0-1, 1-2, 2-3, 3-4, 4-5 y 5-6 años). Nos sirve para llevar a cabo ciertas actividades tanto en el aula como para guiar a las familias de manera individualizada, a las cuales ayudamos ofreciéndoles por escrito ejercicios lúdicos que trabajar con sus hijos o hijas, a través de los cuales profundizamos en el trabajo de objetivos quincenales para potenciar el desarrollo de las capacidades del alumnado en dichas áreas.
Se explica a cada familia que dichos ejercicios o juegos son orientativos y que se pueden modificar siempre que se mantenga el objetivo de trabajo planteado para esa quincena.
Perseguimos la implicación de la familia y que se involucren en el proceso de aprendizaje de su hijo o hija sintiéndose parte importante del mismo. Intentando que el alumnado vaya superando todas aquellas dificultades en los diversos aspectos del aprendizaje, que nosotras o nosotros como docentes detectamos y trabajamos en el aula, de manera que ese doble esfuerzo, se vea reflejado en el aprendizaje y desarrollo de cada alumno y alumna que lo precise.
“Toda actividad educativa debe fomentar también el vínculo emocional, ya que desde la neurociencia nos hablan de su importancia. Simplemente una sonrisa de un o una docente dando afirmación a lo que ese alumno o alumna nos está explicando, hace que ellos y ellas se abran y no nos vean con recelo”
Como muestra de lo que hemos venido hablando les dejamos un ejemplo de entre las muchas actividades llevadas a la práctica; después de interrelacionar la estimulación temprana con los contenidos del currículo de la EI.
- Trabajo de la espera, la escucha y la atención mientras se explica el proceso que vamos a seguir para la realización de las maracas.
- Toma de decisiones. Después de experimentar si suena más o menos, según la llenemos con arroz o con lentejas, el alumnado decide con que rellenará la suya.
- Psicomotricidad fina en el rellenado de los botes y en el decorado con pegatinas.
- Experimentar si suena mejor cuando se llena del todo o si se deja a medias.
- Conceptos matemáticos en cuanto a la forma, tamaño y color de las pegatinas, conteo de las mismas, más que/menos que. Una vez terminadas las maracas dar tantos golpes con ellas como se indique. Estimación y comparación del peso de las maracas de aquellos alumnos y alumnas que las han llenado más o menos. Repartos, una maraca para cada alumno y alumna, tantas como…
- Reconocimiento y diferenciación de la grafía de su nombre una vez escrito en la base de la maraca por el o la docente.
- Reproducción y experimentación de diferentes ritmos.
- Metacognición: verbalización del proceso seguido para la elaboración de la maraca por parte del alumnado.
- En una sesión posterior ordenar imágenes que reflejen la secuencia seguida en la elaboración de la maraca.
- En relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la reutilización de materias u objetos.
Bibliografía
BATTRO, ANTONIO M., “Tema libre: mapas de la Tierra y el Cerebro”, Revista La Nación, Buenos Aires, 20 de marzo de 2005.
BLUMA, S., SHEARER, M., FROHMAN, A. Y HILLIARD, J. (1978). Manual: Guía Portage de Educación Preescolar. Proyecto Portage. CESA, Wisconsin. E. U.
GUILLÉN, J.C. (2015). Neuroeducación en el aula: De la teoría a la práctica. España: Amazon.
IBARROLA, B. (2013). Aprendizaje emocionante: neurociencia para el aula. Madrid: SM.