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El trabajo que queda por hacer. Condiciones ineludibles

Índice de la publicación

Presentación: Mirar al presente con visión de futuro
Créditos
El reto que tenemos por delante
Escenario de partida en nuestra comunidad autónoma
El informe PISA para Canarias y su repercusión inmediata
La necesidad de herramientas de concreción curricular
El proceso de elaboración de las rúbricas. Constructivismo social y enfoque comunitario
Los elementos de la rúbrica y su funcionamiento
El proceso seguido para llegar a la rúbrica
Atención inclusiva de la diversidad, diagnósticos, toma de decisiones y comunicación transparente
Pilotaje en los centros: estamos en el proceso
Conclusiones. Equidad y calidad con inclusividad: hacia una escuela de éxito para todos y todas
El trabajo que queda por hacer. Condiciones ineludibles
Bibliografía
Normativa de Interés
Rúbricas de Educación Primaria
Rúbricas de Educación Secundaria

El trabajo con las rúbricas y con los supuestos que se derivan de ellas no ha hecho más que empezar. Llevamos un curso caminando en esta dirección, formándonos, profundizando sobre estas herramientas a través de la reflexión y de una práctica de aula enfocada en las competencias básicas que empieza a extenderse cada vez más, según las voces más optimistas. Gran parte de este trabajo se beneficia del hecho de que las rúbricas han puesto de manifiesto algunas de nuestras carencias, y ahora que las tenemos identificadas con más claridad, podemos concretar más y mejor las acciones para superarlas.

Y es que las rúbricas —además de describir los desempeños del alumnado y el grado aproximado en que estos los adquieren— incitan a que no pasemos por alto una serie de desempeños. Ello supone una actualización en el dominio de metodologías que atiendan a la diversidad, el conocimiento de dinámicas y agrupamientos que activen la motivación así como otros procesos cognitivos e inteligencias, sin olvidar la necesidad de dominar el trabajo cooperativo entre enseñantes y entre aprendices, o que la generación de aprendizajes se haga desde una verdadera inclusión social. Otra exigencia es que el profesorado experimente con variados instrumentos de evaluación, contextos y recursos que conecten con «prácticas sociales» que vayan más allá de las habituales «prácticas escolares». En definitiva, que la metodología, los agrupamientos, los recursos, los contextos y los instrumentos de evaluación se ajusten a las nuevas formas de aprender de nuestro alumnado y a los nuevos aprendizajes que el currículo y la sociedad les exigen. Lo planteado no es una tarea fácil, implica un trabajo a largo plazo, pero el primer paso hacia su consecución entraña la aceptación de este reto.

Las rúbricas y la formación que las enmarca y da sentido, suponen situarnos en ese camino, ya que fomentan la reflexión colegiada, nos sitúan ante una visión compartida de la escuela hacia la que debemos tender, para ofrecer a nuestros jóvenes la posibilidad de generar los nuevos conocimientos que les permitan afrontar el constante cambio y la incertidumbre que impregna nuestro tiempo.

Una formación y actualización permanente del profesorado que derive en la investigación y la innovación en el aula (podríamos estar hablando de la «competencia investigadora») es la clave para asumir este desafío con ciertas garantías de éxito. Cada reforma educativa parece que nos pone ante un currículo que refleja los nuevos conocimientos y competencias que demanda una sociedad cada vez más compleja y cambiante. Nuestro papel como docentes es conseguir que el alumnado transforme las propuestas del currículo en cocimientos y competencias que les sirvan para afrontar sus vidas con relativo éxito. Esto implica entonces que también nuestras competencias profesionales han de evolucionar para adecuar la escuela a esa creciente espiral de complejidad, garantizando la equidad y la calidad con inclusividad.

Este proceso de mejora constante afecta también a la herramienta que les hemos presentado. La práctica a pie de aula con las rúbricas nos guiará en el perfeccionamiento de su formulación, incrementará la precisión en su conexión con el currículo e introducirá avances en el dominio y la integración de este, favoreciendo la participación de diversas áreas o materias de una forma más flexible y fluida.

Son, pues, los docentes y las docentes las que toman ahora el testigo para continuar la senda esbozada con este trabajo. Para ello, hemos previsto un procedimiento que, parte del trabajo colaborativo y del apoyo mutuo entre la escuela y los servicio de apoyo, como ya se ha insistido.

Aunque consideramos que las rúbricas son actualmente funcionales y operativas, entendamos estas herramientas como un documento vivo, que se beneficiará de la corrección que supone su implementación en el aula. Seguiremos puliéndolo, escuchando sus sugerencias y propuestas de mejora para posteriormente elaborar una segunda edición que incorpore esta evaluación del proceso.

Estamos convencidos de la utilidad de este documento para los objetivos que nos hemos propuesto y de su repercusión positiva en el quehacer de los equipos educativos. Ustedes tienen ahora la palabra.

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La evaluación colegiada de las competencias básicas en la Comunidad Autónoma de Canarias
Hacia un modelo de escuela inclusiva y sostenible.
Consejería de Educación, Universidades y Sostenibilidad del Gobierno de Canarias   |   Serie Ediciones Educativas Canarias, 2013
Depósito Legal TF 578-2013   |   Todos los Derechos Reservados