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La aplicación de medidas adecuadas de alumbrado público en una ciudad puede permitir un ahorro energético del 30% y llegar incluso al 40 en casos en los que se hagan mejoras importantes respecto a las instalaciones actuales.

Así lo ha explicado el presidente del Comité Español de Iluminación, Fernando Ibáñez, quien ha revelado que el alumbrado público consume entre el 50 o el 60% del consumo energético de una ciudad.

Existe una “alta demanda energética” en cuanto a iluminación de calle, que “para nada está acorde con las necesidades”, ha incidido este experto, quien ha añadido que “en el momento en que se llega a un cierto nivel de luminosidad, el ojo es incapaz de percibir más, por lo que lo único que estamos haciendo con estos aumentos es caer en la contaminación lumínica”.

Es bastante común que entre las peticiones de los vecinos para su barrio, se encuentre el aumentar el alumbrado público. El caso es que en Canarias, salvo en los municipios en los que es de aplicación la Ley sobre Protección de la Calidad Astronómica de los Observatorios del IAC, pasa como en el resto de España: se ilumina de más. Perdemos energía , dinero, la belleza de un cielo estrellado, calidad del sueño por la intrusión luminosa. Razones hay más que suficientes para discutirle al que nos diga que hace falta más iluminación.
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