La historia de este concurso arrancó en el Instituto hace dos años a raíz del Año Internacional de las Matemáticas. Los componentes en aquel entonces del departamento de Matemáticas, de los que sólo quedamos dos (Manuel Ojeda-Deurván Hernández y la que suscribe), aprovechando el año Internacional y viendo como [alumnos/as incluso de los/las más capacitados/as] no sentían atracción por las matemáticas, decidimos reflexionar sobre nuestra área, puesto que las mayores dificultades que encontrábamos para su enseñanza era el carácter formal que como ciencia tiene, cuya validez viene dada por razones internas. Así mismo vimos que el lenguaje característico de las matemáticas, donde las reglas establecidas dan lugar a resultados que en sí mismos son arbitrarios, era y sigue siendo un impedimento para que los/las alumnos/as lo usen correctamente comprendiendo su utilidad. Convencidos además de que la enseñanza que practicamos en la escuela, en general, atiende más a la transmisión simple de contenidos (que también es importante, pero no lo ÚNICO), en lugar de hacer que el/la alumno/a sienta la necesidad de SABER porque ve la funcionalidad de nuestra asignatura.
Intentamos entonces desarrollar actividades de carácter lúdico, que no desmerecen para nada la importancia de la asignatura, pero que iban a desarrollar nuestra capacidad de aprendizaje en una nueva forma de enfocar los aprendizajes de la misma, reflexionando así sobre la práctica para nuestra mejora profesional, que se adaptara en lo posible a la evolución social y personal de nuestros/as alumnos/as. Queriendo explorar en nuestra realidad para mejorar la práctica educativa, nos lanzamos a la aventura del concurso.
Es un concurso humilde, su objetivo era enganchar de una manera sencilla a los/las alumnos/as de nuestro Instituto y crear una inquietud hacia nuestra asignatura. El concurso versa sobre problemas y cuestiones de lógica. En ese primer año analizamos muchas cosas y en vista del éxito que se obtuvo con el mismo, en el curso pasado se repitió la experiencia.
Por ello y por si esta pequeña experiencia pueda servir a otros/as alumnos/as de otros centros, queremos extenderla a todos los centros de secundaria del distrito, por si quisieran participar en su organización y ampliación.
Es un concurso que en nada quiere competir con los que existen y que ya tienen carácter formal, es simplemente un concurso que lo que pretende, sin quitarle el carácter formal a la asignatura, es darle un carácter lúdico para de esa manera inculcarle al alumnado el amor y cariño por la misma.
El concurso tiene el siguiente desarrollo que es sencillo y sin complicaciones:
Pueden y deben participar cualquier alumno/a del centro de primero a cuarto de la ESO, a nivel individual o en grupo (es preferible en grupo para así fomentar el trabajo en grupo y la colaboración en la búsqueda de resultados). El grupo no debe ser superior a cinco personas.
Cada grupo nombra a un/una coordinador/a de contacto entre sus miembros y le ponen un nombre identificativo al equipo.
El concurso dura ocho semanas seguidas durante los meses de marzo y abril.
Los miércoles el profesor de matemáticas le entrega una hoja con las cuestiones a cada equipo de sus cursos que recogerá al siguiente miércoles (no se les dará prórroga).
Los ejercicios se corrigen en la hora de reunión del departamento, puntuando sobre 15 puntos (5 puntos por cuestión).
Cada viernes se publica en el tablón de anuncios la clasificación semanal.
Al final del concurso se entregan premios a los/las tres primeros clasificados/as.
