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EL JUEGO COMO INSTRUMENTO PEDAGÓGICO SOCIAL

Posted by on Abr 15, 2002 in Proyectos PIIE (Revista 5) | 0 comments

Acordamos recopilar juegos antiguos y actuales preguntando a las familias, consultando bibliografía…

Empezamos a trabajar, gracias a la interesante aportación de Pepe Moya (Profesor de la ULPGC), que le dio forma y lo convirtió en un proyecto de investigación, y se obtuvo una visión global de todo lo que hacer en el proceso de investigación.

En la necesidad de recoger  datos de todo lo que estábamos haciendo, elaboramos una hoja para recoger las conductas que se producían en el patio. La lista de conductas se elabora por el claustro y se iba completando con la observación de la actividad del patio. Había que registrar la frecuencia y la gravedad con que se producían las conductas.

El profesorado no sólo observaba, también participaba. En infantil  de tres años partieron trabajando la socialización, ya que esa edad los niños y niñas son egocéntricas;  jugaron al “corito”  y al zapato de cristal  (esperar turnos y compartir los juguetes). En infantil de  4 y 5 años, hicieron juegos de corro, trompo, pero, sobre todo, jugaron a la soga, individual y colectivamente. Mantuvieron también los juegos habituales en el patio (el tobogán, la casita,….) porque a los niños y a las niñas les llamaban la atención y respondían  a su necesidad de movimiento.

En el  primer ciclo, todos y todas querían participar en el mismo juego. El alumnado del aula enclave a veces dificultaba la realización de los juegos, por ejemplo  cuando  jugaban al pañuelito, se metía delante de los que corrían. El papel del profesorado cambió: “antes corría detrás  del alumnado para vigilarlos y que no se hicieran daño, ahora los niños y las niñas corrían detrás del  profesor o profesora  para mostrarle cómo jugaban. El juego del  trompo fue “la estrella”.

En el segundo y tercer ciclo, hubo un periodo inicial en el que se requería la presencia del profesorado; posteriormente, el alumnado se organizaba autónomamente: repartía y recogían el material utilizando, elegían el juego,  respetaban las normas, se agrupaban, discutían pero no peleaban,…..  Incluso ponían sus propias normas.

Después  de un periodo de puesta en práctica de los juegos en el patio,  se vuelven a observar las conductas, con la hoja de registro. Estos nuevos datos se valoraron por ciclo. Muchas conductas observadas inicialmente habían desaparecido al poco tiempo de empezar a aplicarse los juegos. En  el primer ciclo se valoró positivamente que el juego facilitara el desarrollo de algunas capacidades del alumnado del aula enclave. Los niños y niñas que se aburrían durante el recreo, ahora salían con entusiasmo al patio y no querían que acabara el recreo. Se consiguió orden en la recogida del material para sus juegos. El profesorado descubrió la implicación de las familias: por un lado algunos alumnos y alumnas mejoraron su técnica de juego, y por otro aportaron de casa su propio material. Los comentarios del alumnado  en los pasillos eran como éste: “esto sí que es un recreo”. El alumnado también valoró individualmente la experiencia a través de una encuesta elaborada por el profesorado.

La fase que seguimos fueron las siguientes:

  • Observar conductas
  • Tomar conciencia de que había que hacer algo, para que el clima del recreo fuese más sosegado
  • Necesitábamos un instrumento para recoger las conductas (esta idea fue una aportación de las asesorías del CEP)
  • Se elaboró un listado de las conductas previamente observadas, luego se ampliaron con la observación continuada. Los listados  variaron según los ciclos porque hacen los recreos  en patios distintos y, además las conductas  varían según edad.
  • Observación del patio y registro de conductas durante una quincena.
  • Vaciado de las conductas observadas.
  • Elaboración de un listado de juegos, clasificados en distintos tipos: coros y canciones, percusión, pelota, soga, y elástico, de mesa y de interior para los días  de lluvia, con objetos, otros. El listado se le pasó a todos  los niños y niñas para que valoraran cada juego de 1 a 10, también podían añadir a la lista.
  • Se analizaron los resultados de las encuestas por ciclos, se sacaron los juegos más votados para empezar seleccionamos de estos, aquellos que no necesitaban material porque aún no les habían ingresado la dotación económica para realizar el proyecto.
  • Valoración de material de los juegos: por un lado la limitación económica condicionó su elección, y, por otro, en ocasiones, la puesta en práctica del juego descubrió que el material elegido no era adecuado.
  • Se seleccionaron 10 juegos por ciclo. Elaboramos una ficha para cada juego, que recogía los siguientes aspectos: Lugar para jugar, material, situación de los niños y niñas, agrupamiento, edad recomendada,  capacidades que se trabajan, normas del juego y variantes.
  • Calendario para jugar. El coordinador/ a del ciclo lo hace llegar a todo el profesorado. Los tutores y las tutoras explican los juegos al alumnado antes de salir al patio. Comenzamos con tres juegos semanales que luego repetían.

Se gestionó la participación en el proyecto de D. Antonio Santana,  experto en el juego  del trompo, uno de  los juegos seleccionados por el alumnado de infantil  y primaria, distintos tipos de trompo, hizo una exhibición de distintos lanzamientos; mientras, les contaba  su vida, además le enseñó el juego del aro, el palo y la soga, haciéndoles más demostraciones; en definitiva, consiguió motivar a todos los  niños y niñas y que el trompo se convirtiera en el juego preferido a partir de su intervención. No solo entusiasmó al  alumnado, que con respeto, jalearon y aplaudieron, sino  también al profesorado, que participó activamente  en los juegos. Al final de la jornada, se le hizo una entrevista a D. Antonio, que está expuesta en la entrada del colegio, además fue un invitado de la fiesta del Día de Canarias, donde demostró sus cualidades ante el alumnado, profesorado y familias. La moda del trompo se ha extendido a otros colegios de la zona.

Con este proyecto hemos aprendido a recordar y revivir juegos antiguos, a trabajar en él todos los compañeros, agradeciendo la participación del CEP de Arucas por el asesoramiento que ayudó  a enfocar el proyecto. No hay tanta diferencia entre los niños y niñas de épocas anteriores y los de ahora, se ilusionan con las mismas cosas, “algo tan simple como un trompo pude suplantar a las maquinitas de videojuegos o al ordenado”. El alumnado ha participado con entusiasmo e ilusión al ver a sus profesores aprender y disfrutar jugando con ellos, para éstos el recreo dejó de ser “una tortura” a  ser “un recreo terapéutico anti estrés”. Se ha mejorado la convivencia del alumnado, las “relaciones  humanas” entre el profesorado al hablar no  sólo  los juegos que van a realizar en el patio sino también al recordar y compartir los juegos de su niñez. Hemos aprendido a trabajar en un proyecto de investigación  (“aprendizaje sencillo  pero valioso”).

En general, todos hemos aprendido, alumnado y profesorado, descubriendo la capacidad de emocionarse en la escuela. Y es que “cuando se cree en algo y la  ilusión es compartida, a pesar de contar con poco tiempo y escasos recursos, los proyectos, salen para delante”.

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