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INTERVENCIÓN SOCIAL EN EL IES FRANCHY ROCA. MEJORA DE LA CONVIVENCIA ESCOLAR A TRAVÉS DE LA COLABORACIÓN DE EDUCADORES SOCIALES

Posted by on Abr 15, 2004 in Convivencia (Revista 7) | 0 comments

Centro por la detección de algunos problemas de disciplina entre el alumnado. A la hora de aplicar la medida correctora, algunos de los asistentes comentaron la posibilidad de contactar con el CEP Las Palmas 1 para conocer otras medidas alternativas a las que teníamos establecidas. Esta cuestión, en apariencia insignificante, ha supuesto para el Instituto el inicio de una experiencia educativa que, como una bola de nieve, ha ido creciendo y desarrollándose impregnando nuestra práctica educativa.

Nuestro Instituto se ubica en el barrio de La Isleta, en Las Palmas de Gran Canaria, y aunque no se trata de un centro especialmente conflictivo, era evidente que la resolución de los conflictos y el trabajo con determinado alumnado favorecería la mejora del ambiente escolar e incluso un aumento del rendimiento del alumnado, así como una mayor satisfacción del profesorado en el desempeño de su labor.

A través del CEP 1, nos pusimos en contacto con el Proyecto El Patio de la Fundación IDEO (Dirección General de la Juventud) y éstos, dando muestras de una gran sensibilidad, nos plantearon la posibilidad de iniciar un programa específico para nuestro Instituto. Este proyecto consistía, básicamente, en la colaboración de alumnado de Educación Social en prácticas, con la finalidad de abordar la convivencia escolar desde supuestos basados en dinámicas sociales y en el trabajo comunitario.

El trabajo de los alumnos en prácticas tuvo diferentes líneas de actuación. La primera consistía en la intervención directa con aquellos chicos y chicas con los que las medidas correctoras tradicionales no estaban siendo efectivas. La segunda se orientaba hacia la prevención de conflictos, realizando actividades directamente con los grupos del centro. Por último, la difusión de la experiencia en diferentes jornadas y debates, ha sido otra actividad que hemos potenciado, explicando las ventajas de esta manera de trabajar con el alumnado de nuestro centro. Durante el presente curso escolar, pretendemos iniciar una nueva línea de actuación que consiste en formar al profesorado del Instituto en dinámicas que ayuden a mejorar la convivencia escolar en el centro y en el aula.

Respecto a las actividades llevadas a cabo por el alumnado de educación social en prácticas dentro de las dos primeras líneas de intervención, podemos destacar las siguientes:

– Seguimiento y actuaciones con el alumnado conflictivo e inadaptado, a través de entrevistas personales y contactos con las familias.

• Dinamización de los recreos con actividades lúdicas y deportivas y campeonatos.

• Colaboración en la organización de eventos como, por ejemplo, la Semana de la Paz, los talleres para el Carnaval, etc.

• Intervención en el aula para abordar temas como la educación sexual, la drogodependencia, la no-violencia.

• Colaboración en las jornadas “La escuela y la comunidad: contexto social y convivencia escolar”, celebradas en el centro.

• Impartición del Taller de Habilidades Sociales al alumnado de 3º de ESO.

En las jornadas celebradas en nuestro centro participaron los distintos agentes sociales, y se debatió sobre las posibilidades y la necesidad de hacer un frente común a favor de la convivencia escolar y el desarrollo social.

Nuestra intención es continuar durante el presente curso escolar con esta labor iniciada hace dos años. La valoración que hemos realizado hasta el momento ha sido positiva, ya que se ha observado cierta mejora en la convivencia escolar. Este trabajo se ha sustentado, sin lugar a dudas, en la gran implicación del alumnado de Educación Social en prácticas, que se ha integrado y se ha impregnado de la vida escolar de nuestro centro. Además, por un lado, los alumnos del centro han visto en ellos a consejeros, amigos, confidentes… y, por otro, el profesorado se ha apoyado en los educadores sociales como un recurso válido y novedoso para resolver los problemas conductuales desde otra perspectiva diferente a la docente.

La conclusión final y el significado último del trabajo que hemos venido desarrollando es clara: aun cuando sea un recurso comunitario de primer orden, la escuela por sí sola no puede atender todos los problemas que tiene planteados desde al ámbito social, uno de los cuales, y no precisamente de menor entidad, es el de la convivencia. Así pues, la escuela puede y debe ser un recurso para la intervención comunitaria, pero, al mismo tiempo, tiene unas necesidades que sólo se pueden resolver desde un marco más amplio: el de la acción social. Parece urgente una reflexión y una actuación en este sentido. Aunque no será posible sin los recursos necesarios.

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