LAS NTIC Y LAS CC.BB. CIRCUNSCRITAS EN UN ETORNO SIGNIFICATIVO Y UN CURRÍCULO RELEVANTE Y NORMALIZADO PARA CON LOS/AS ALUMNOS/AS CON NEAE. Un Proyecto de Mejora en nueve breves reflexiones.
Daniel Santana Sosa
dani.profesor@gmail.com
IES ISLAS CANARIAS
1. De la importancia que tuvo la ubicación del Centro.
Desarrollamos este proyecto en el IES Islas Canarias, sito el barrio capitalino de San Cristóbal. Sin duda alguna, la ubicación del instituto nos brindó la gran oportunidad de desarrollar y evaluar las CCBB, los contenidos, los objetivos y los criterios de evaluación de las ACs de nuestros educandos en diferentes entornos, sumamente significativos para éstos, sin tener que recurrir a los difíciles malabarismos.
2. El porqué de este Proyecto
Desde inicios del curso pasado, después de realizar una evaluación educativa basada en la propia reflexión, nos vimos en la necesidad de “reculturizarnos” y renovar nuestra práctica a efectos de adaptarnos a los diferentes estilos de aprendizaje del alumnado con NEAE con la vista puesta en adoptar un proceso de enseñanza diferente a los impartidos hasta la fecha con estos chicos/as (v. gr., menos reproductivo y mimético, tal y como evidenciamos en las interacciones dentro y fuera del aula) dado que, por la edad que tenían y la sociedad compleja en la que vivimos, atisbábamos en ellos y ellas una acentuada segregación que les apartaba significativamente del resto de sus iguales en similar etapa de desarrollo. Debíamos comprometernos; no había otra salida. Hacerlos más competentes para la toma de decisiones, para la búsqueda de la información, para el desenvolviendo actual y para toda la vida, para aprender a aprender, a ser autónomos, a interactuar con su entorno, a manejar los ordenadores e Internet.
3. Indicadores que a priori avalaban nuestro proceder.
En todos los alumnos y alumnas de centro se percibía un marcado interés por los ordenadores, Internet y a todas las nuevas tecnologías asociadas a las modas juveniles o evoluciones sociales de nuestro momento. Pese a todo, apreciábamos día a día que muchos de nuestros alumnos, por un lado, o no disponían de los medios económicos necesarios para acceder a estos recursos tecnológicos y, por otro, los que lo habían adquirido no dominaban la sintaxis de los programas informáticos que manejaban; por ende, no se aprovechaba el gran potencial formativo que éstos brindaban. ¡Eureka!, teníamos la oportunidad de acceder a su conocimiento aprehendido intuitivamente; asimismo, a mejorar en ellos las competencias prejuzgadas por nuestra cultura como instrumentales, a ofrecerles el camino para perfeccionar los procesos cognitivos básicos, transversales e inherentes a cualquiera de sus aprendizajes.
4. Lo que faltaba en nuestra clase y lo que sobraba de las NTIC.
Para trabajar en clase en base al concepto de competencias básicas adquirimos recursos tecnológicos no demasiados sofisticados (también lo llevamos de casa). Progresivamente la clase se adaptaba al profesor (¿presagio – producto?) y también al alumnado (¿educabilidad?). Lo llamativo fue que comprobamos en ellos y ellas una cierta sobreexposición a estímulos visuales no vívidos; es decir, a una saturación de películas y programas informáticos educativos elegidos con anterioridad como la metodología más apropiada y que ahora mismo ya no poseía, como simple estímulo, ni la accesibilidad, ni la aplicabilidad y menos la sapiencia apropiada como para usarla como recurso innovador en el desarrollo de sus AC.
5. De cómo entendemos las CCBB y los diferentes paradigmas.
En la práctica, dependiendo del paradigma en que nos situemos, cabría la posibilidad de diseñar, desarrollar y evaluar las CCBB dentro de diferentes currículos. En teoría es prácticamente imposible, puesto que la definición de las CCBB es bastante diáfana. Aún así, cada competencia dispone de un sinfín de descriptores (subcompetencias) que facilitan su evaluación e indirectamente marcan el norte de su desarrollo. Sin embargo, si nos limitamos a buscar tácitamente dichos objetivos de manera independiente, caeríamos en el error, parafraseando a Stenhouse, de desnaturalizar los contenidos y desvirtuar el concepto y funcionalidad que se pretende con las CCBB. Al ser éste un CAP, era evidente que debíamos optar por el compromiso social (crítico) del docente y la comprensión como sistema complejo entre las diferentes acciones educativas (incluido las de enseñanza).
6. Las CCBB como herramienta para normalizar el currículo.
En multitud de ocasiones los docentes hemos empleado apoyos cognitivos o materiales prostéticos para con todo el alumnado; más específicos éstos con los que presentaban NEAE. Con la LOE y las CCBB estos apoyos se difuminan más que en la LOGSE. Es decir, al permitírsenos diseñar, desarrollar y evaluar tareas que impliquen el uso interdependiente de varias competencias para su resolución (similar a las Inteligencias Múltiples de Gardner), estamos, tanto implícita como explícitamente brindando a nuestro alumnado la oportunidad de aprender juntos dentro de una misma estructura curricular y con un análogo nivel de satisfacción y logro personal. Desde nuestra experiencia, la distancia curricular que a priori separaba a nuestro alumnado con NEAE de los que no presentan necesidad de apoyo se redujo significativamente con la interconexión de las CCBB, la disminución de los exámenes a lápiz y papel y el abuso descontextualizado de problemas lógico – matemáticos. Del mismo modo, la competencia en TICD, la de aprender a aprender, la de la autonomía e iniciativa personal, la del conocimiento y la interacción con el mundo físico y el empleo de los contenidos curriculares de la propia Competencia en comunicación lingüística y matemática (entendidas éstas como instrumentales) bajo procesos cognitivos de reconocimiento y aplicación en contextos significativos ayudó enormemente a conseguir nuestro propósito.
7. El entorno como encrucijada entre las CC.BB., el Diseño Curricular y el Currículo.
Teoría y praxis, unidas ambas en un mismo nivel, pueden generar acciones educativas y de enseñanza muy positivas en el seno de la nueva legislación ¿Qué docente se ha olvidado de aquella vez en que tenía las manos atadas a la hora de calificar unos criterios de evaluación en base a una prueba final individual y estandarizada, a sabiendas de lo sesgado que éstas resultaban? Para suplirlo, nos propusimos diseñar, desarrollar y evaluar las CCBB, los contenidos y los diferentes procesos cognitivos en entornos ecológicos para nuestros educandos. Teníamos que mover los escenarios, desarrollar las potencialidades y fortalezas de los chicos y chicas con vistas a mejorar sus debilidades. Diseñar de manera holística tareas significativas y relevantes (v.gr. proyectos) que permitieran la entrada en juego del mayor número de competencias para que éstas, juntas, compensaran e indirectamente desarrollaran (motivación) otras con carestía. Para ello debíamos entender que todas las CCBB poseían similar peso dentro de cada una de las tareas. Es decir, dejar de ser tan occidentalistas y rebajar la sobrevaloración de la lógica aristotélica y las concepciones kantianas, tender algo hacia oriente y enardecer los orígenes sociales de las funciones psicológicas superiores. No resultó difícil, pues en cualquier situación, por cotidiana que sea, está plagada de contenidos prescritos en el BOC.
8. La evaluación y la calificación de los aprendizajes. Nuestro cuadro gnoseológico.
Nos movimos entre lo cuantitativo y lo cualitativo. A la hora de calificar (estándares) debíamos hacerlo en base a las ocho CCBB en concomitancia con las materias. Asumimos el reto de evaluarlas según sus ACs, el número y nivel de desarrollo de las CCBB utilizadas (taxonomía de procesos cognitivos) y los heterogéneos entornos en donde se llevaron a cabo con mayor efectividad las tareas. Los apartados que más beneficiaban a nuestro alumnado fueron: número de CCBB empleadas y los entornos efectivos (verificamos que gracias al uso holístico de las CCBB en diferentes contextos permitían a los chicos valerse de procesos cognitivos de mayor complejidad).
9. Posibles interferencias (desarmonía) con el mundo exterior.
Pueden pasar bastantes años hasta que las instituciones y la sociedad en general adopten ciertas semejanzas con las descritas aquí. Quizá estemos engañando a nuestros alumnos y alumnas. Espero que no. El tema nos intranquiliza, a saber: muchos de nuestros alumnos han triunfado con nuestras tareas. Tienen entre 16 y 17 años y se sacarán el carné de conducir a los 18, el cual cuenta con una prueba tipo test. Previo pago de las tasas y su posterior evaluación creo que desearán haber vivido en otros tiempos…
