Nuestra compañera Yolanda Ortega Moral, del departamento de Geografía e Historia, ha sido galardonada con uno de los Premios de distinción Viera y Clavijo en el ámbito de la educación no universitaria de la Comunidad Autónoma de Canarias. Este premio está dirigido, entre otros, a profesores con al menos quince años de servicio, que teniendo su destino en la Comunidad Autónoma de Canarias, se hayan distinguido por una dedicación ejemplar a la labor docente. Recibió esta distinción en el Acto de Entrega que se celebró en Tenerife el viernes 2 de junio de 2022.






Enhorabuena compañera y felicidades de parte de toda la Comunidad Educativa de nuestro centro, es un orgullo que formes parte del Alonso Quesada.
Homenaje a Yolanda en el IES
Discurso Homenaje de parte de sus compañeras
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no hace mucho tiempo que coincidí con una hidalga profesora, licenciada por la UNED en Geografía e Historia. Burgalesa fermosura, de las de recia figura, austera compostura y libros en la cintura. De rostro serio mas humor fino, alegre ingenio y fácil reidura. Mente clara y palabra segura. De corazón grande y mayor compañerismo, es devota de compartir cuanto documento, enlace o evento de interés le llega en el momento mismo.
De poca floritura en sus vestiduras, que no se rasgan ante tarea alguna, cuéntase que hubo quien sostuvo que de mascarita anduvo. Gran madrugadora, y amante del correr, llega andando cada día, con su carro o sin él, cargando los frutos de la sembradura que en Rosa Silva cultiva, los huevos de sus gallinas o las Pascuas de la Navidad que cada diciembre con ahínco reparte.
Mujer docta, de vasta cultura y larga andadura, trabajadora incansable por las mañanas y por las tardes. Posee el don de la palabra, y como muchas veces sostiene, “complácese de portar un lápiz en las manos”, con el que da una gran calidad y sentido a su prosa, y no es extraño oírla citar, con excelsa precisión, refranes o aclaratorias locuciones, como el célebre “in dubio pro reo” con el que en más de una ocasión pusiera fin a alguna disertación. Defensora de grandes y pequeñas causas, no es menester pedirle que se comprometa, y es por ello que en las Redes tiene mucha competencia y en ellas labora con gran complacencia.
Pero todo esto poco importa a nuestro cuento, pues es de saber que nuestra hidalga no hace alarde de su bravura, y cada jornada emprende, al menos, una aventura. Perdióse la cuenta de todas sus andanzas, de África a Manos Unidas, e-twining y la maratón de cuentos, las tareas lectoras o cometas voladoras… Pleno está su cerebro de batallas y desafíos, y con la justicia por bandera, lleva a cabo cuantas puede dellas pues su imaginación prodigiosa a todas dota de grandeza. Pero dejemos esto aparte por agora que ya dello se dará cuenta en adelante.
Entre su preferencias está el alumnado de primero de la ESO al que de ordinario con firmeza, y no por ello exento de gran querencia, embarca en cuanto proyecto tropieza, o más bien sale a su encuentro, no nos llevemos a engaño, pues a estas alturas del relato ya conocemos la naturaleza del paño. Buen juicio pueden dar deste punto su compañeras de departamento que de pruebas de esta razón está repleto el aposento.
El mismo ahínco pone con sus bachilleres, cuya holgazanería no pocos quebraderos de cabeza atestiguan le prodigan. Poco amantes de los libros, atienden, eso si, a su docta plática que los instruye con igual pasión sobre un Austria o un Borbón .
Con estas razones pensárase que nuestra hidalga ya tiene suficientes menesteres, mas vino a dar entre sus vicios con el aprendizaje y servicio al que se dedica en pleno juicio. Y es por ello que puso su empeñadura en formar a las criaturas y los recreos dedica cada día al alumnado voluntario con gran determinación y ventura.
Sepan vuestras mercedes que quienquiera que la buscare la encontrará rodeada de sus pupilos, haciendo grande la menudencia, dando sentido y ennobleciendo con ello el oficio de la docencia. Nunca enloqueció con libro alguno, no confundió molinos con desaforados gigantes, ni confundió ventas con castillos encantados, ni rebaños con ejércitos. Tampoco se tiene noticia de que hubiere liberado galeote alguno, ni espadeare cueros de vino defendiendo princesas. No quiere ello decir que no anhele quimeras, pero quiso la buena suerte que en la Tierra los pies tuviera y hasta ella las atrajera.
Y de todo ello queremos dar fe sus compañeras de departamento que se complacen en atestiguar que no ha habido nunca más justo premio que el que celebramos en este momento y lugar.
Muchas gracias

