La intervención fue mucho más que una exposición informativa: fue un testimonio de vida valiente, honesto e inspirador. Compartir su experiencia como persona que vive en silla de ruedas, con todas las realidades que ello conlleva —sus retos, sus logros, sus limitaciones, pero también sus fortalezas— ha significado una lección de vida para quienes tuvieron el privilegio de escucharle.

El modo en que abordó los distintos aspectos que rodean su día a día —desde las barreras físicas y sociales hasta los apoyos que ha encontrado en su entorno— permitió al alumnado abrir los ojos a una realidad que, a menudo, pasa desapercibida o es poco comprendida. Su capacidad para hablar con claridad, cercanía y sin perder el sentido del humor, ha dejado una huella profunda en nuestros estudiantes y en el equipo docente presente.

Ponencias como la suya no solo educan, sino que transforman. Ayudan a construir una mirada más empática, más inclusiva y más humana del mundo que nos rodea. Estamos convencidos de que su testimonio ha contribuido significativamente a ese objetivo, y le agradecemos enormemente haberlo compartido con nosotros.