El curso 2014-15 ha sido pródigo en jubilaciones para nuestro Centro: Carlos Vera, Jesús Yáñez, José Luis Ríos, Rosa Hernández, Milagros González, Gilberto Expósito, Juan Mora y Josefa Medina, Pepa, quien tras un periodo de 7 años de infatigable labor como directora (y unos cuantos más en otros cargos directivos), ha decidido clausurar su tarea en la vertiente educativa.
En septiembre de 2008 asumía ante sus compañeros de claustro un importante y arriesgado reto, a sabiendas de la complejidad implícita. Nadie puso en duda entonces, y el tiempo así lo ha confirmado, su inestimable capacidad para la gestión, pero su mayor valor ha radicado en la preocupación de la que siempre ha hecho gala por la «persona».
Es de sobra conocido su impetuoso carácter que, con frecuencia, derivó en más de una «sonora» bronca a quien se hiciese acreedor de la misma; pero es igualmente cierto que desbordaba humanidad en mayores proporciones cuando entendía que podía, y debía, ayudar, aun sin que se le pidiese, y en esas ocasiones toda sonoridad se trocaba en discreción.
A lo largo de estos años han sido muchas y difíciles las decisiones adoptadas, no exentas en determinados momentos de la polémica; y, aunque no es fácil concitar tan amplio reconocimiento a una tarea bien hecha cuando somos tantos, y tan diversos, Pepa podría presumir –que no lo hará– de haber cosechado ese beneficio.
Ha sido un auténtico privilegio haber podido compartir distintos cachitos de nuestras vidas con todas y cada una de las personas que ahora se jubilan, a quienes trasladamos nuestro respeto, gratitud y mejores deseos de que disfruten plenamente en esta otra etapa que les abre nuevos horizontes.
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