Select Page

Lectura Directora

Acto de entrega de Orlas a alumnado de Bachillerato (2015)

Lectura de la Directora, Dña. Mercedes Rodríguez

Saludos a todos.

vierayclavijoSi están aquí esta tarde es porque han agotado una parte de la formación que es indispensable para  continuar avanzando. Dejan atrás el Viera y Clavijo y continúan por una senda iluminada por las enseñanzas recibidas en este viejo pero entrañable instituto. A partir de aquí cada uno de ustedes emprenderá una pequeña cruzada con la formación para conquistar finalmente un objetivo, una profesión que, seguramente, ayudará a mejorar la vida de los seres humanos o las condiciones de nuestro hábitat, o la salud de nuestro espíritu, o la armonía de nuestro cuerpo, o el desarrollo de nuestros sentidos, o, en fin, ayudará a la necesidad de reivindicar nuestro bienestar y el bienestar de todos.

Formarse es un duro camino que comienza casi con nuestro nacimiento y se extiende a lo largo de nuestra vida. Somos seres, por tanto, retroalimentados por el conocimiento. Y ahora … ya no se pueden parar, deberán seguir agarrados a los radios de la rueda del conocimiento, ligados para siempre a un mundo que no tiene un lugar, que no ocupa un espacio: el mundo del saber, el mundo del conocimiento. Ese conocimiento es La única batalla que vale la pena, como diría Sor Juana Inés de la Cruz.

Cada uno de ustedes a partir de este momento, tomará un camino distinto, pero todos estos caminos confluyen en uno solo: el camino de la libertad. Somos libres en tanto en cuanto más nos formemos y estemos preparados para competir en este mundo agresivo, inhóspito y competente. Una mejor preparación nos hace más fuertes y nos pone en situación de discernir entre lo bueno y lo malo, lo efímero y lo eterno, lo práctico y lo ineficaz.

Esta tarde celebramos la clausura de una meta, el deseo hecho realidad. Un fin pero que es un principio, ya que los deja ahítos de curiosidad para emprender la última etapa de nuestra formación, la de lograr la realización personal a través de una preparación que culmina con el placer de unirnos a un saber, una ciencia, una vocación, o una profesión para ponerlos al servicio de la humanidad o del mundo del que somos parte proporcional.

Esta llegada a la meta debe ser una experiencia tan grande y tan inenarrable como la propia experiencia mística, pues han conseguido llegar a donde querían por medio de una preparación eficaz, de la que, repito, este instituto ha sido partícipe en gran medida.

Pero el hecho de que hayan llegado hasta aquí, también se lo deben a sus familias, que han estado pendientes en todo momento, de que esa luz que han encendido en el Instituto no se apague. La familia es el punto de apoyo y la guardiana de la llama de los aprendizajes de los alumnos. Sin ellas, estoy segura, de que ustedes no estarían aquí esta tarde en este acto de celebración de entrega de orlas y en el que se cierra una puerta y se abre otra. Se cierra la puerta del conocimiento general, de los cimentos y las columnas donde se sustentarán más tarde las enormes cúpulas con sus arbotantes y que equivalen a ese otro conocimiento más específico que cierra el círculo de la catedral del saber y la preparación. Un conjunto armónico que regirá, más tarde, los destinos de la vida de cada uno de ustedes.

Esta tarde estamos aquí porque ustedes, quieren despedirse, no sin cierta nostalgia, del Instituto: de sus compañeros, de los profesores, del personal laboral, de la cafetería, las aulas, la biblioteca, etc. Estos han sido, sin duda, años de una buena puesta a punto y cuando el correcto rodaje los lleve en el futuro a su objetivo, recordarán que un día estuvieron aquí en el Viera y Clavijo al que han dejado impregnado con la impronta de su promoción. Porque no hay dos iguales, cada promoción estampa en el Viera su propio sello, su propia voz, su propia idiosincrasia. De manera que ninguna otra promoción ni ningunos futuros alumnos de segundo de bachillerato, van a poder sustituir a los que se van, van a poder sustituirlos a ustedes, la promoción 2009-2015.

En ese ensamblaje de piezas que constituye la cadena de montaje de la preparación, los profesores han protagonizado un papel fundamental. No nos olvidemos de que son ellos, los maestros, los escultores de unos mármoles indefinidos y amorfos que a golpes de insistencia y vocación han podido extraer de ustedes las capacidades, las aptitudes, la inteligencia, todo ese potencial interior oculto, aunque latente. Ellos son también los grandes protagonistas de esta tarde.

Esta es una despedida natural, nos dejan porque se ha cumplido una etapa y tienen que buscar otros horizontes que contribuirán a su formación de ciudadanos libres y responsables, capaces de, como ya hemos indicado, seguir desarrollando sus conocimientos y aprendizajes. No nos opondremos, aunque nos duela, a la partida porque sabemos que engrosarán las filas de de esa eterna juventud que logrará romper con el maleficio del paro y el éxodo laboral. En sus manos estará el cincel y la maza con los que lograrán abrir las puertas del conocimiento y forjarse el futuro de la manera más digna posible. Y si la pena se nos antoja caprichosa y acude a nuestras gargantas a modo de nudo de corbata, sabremos deshacerlo y tragarnos las ganas de retenerlos, porque sabemos que no será necesario; ya que, con el tiempo volverán a este huerto y a esta higuera, a este predio de preparación que es el Viera y Clavijo aunque sea con el pensamiento, para hablar de muchas cosas, para saludar a los viejos profesores o para trabajar, quizás, como profesor o profesora en el Instituto (Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández).

Suerte para todos y que la linterna de la sabiduría les alumbre el camino y los guíe en la dirección correcta.

.