Este año el Día de las Letras Canarias está dedicado a la escritora y pintora Pino Ojeda, nacida en 1916 en Teror y fallecida en Las Palmas de Gran Canaria en 2002. Como escritora, labor que comienza desde muy joven, cultivó todos los géneros literarios y recibió varios premios, entre ellos el Tomás Morales, uno de los más prestigiosos en Canarias. Su labor pictórica comenzó más tarde, pero pronto comenzó a exponer su obra en importantes galerías de España e incluso de otros países como Italia, Suiza, Alemania y Estados Unidos. Funda la Galería Arte en Playa de Las Canteras. También en este terreno recibe algunos galardones. También se formó en artes plásticas durante gran parte de su vida. Como pintora se considera la iniciadora del arte abstracto en Canarias.

Su figura tuvo en su época  difusión y disfrutó de un gran prestigio nacional e internacional. Se estudió su obra en muchos ámbitos de la cultura tanto de las islas como fuera de ellas. Se incluyó su nombre y poemas en varias antologías del momento. Fue traducida a varios idiomas: sueco, italiano, alemán, inglés y francés. Además, participó en varias revistas literarias.

Pues bien, a pesar de esta valoración tan positiva de su obra, es inconcebible que hoy en día gran parte de ella esté descatalogada, que aún existan libros, sobre todo novelas y obras de teatro, que permanezcan  inéditas. Y que gran parte de los canarios nos hayamos enterado este año quién fue Pino Ojeda.

¿Deberíamos pensar que es su condición de mujer la que ha hecho que haya caído sobre ella ese pesado velo del olvido? ¿Deberíamos sospechar que ante esa ingente obra, un hombre sí estaría en el lugar que le correspondería? ¿Deberíamos temer que todavía en el siglo XX, el siglo de la liberación de la mujer, una de ellas fue condenada al ostracismo solo por serlo? Deberíamos buscar  respuestas para que esta injusticia no se vuelva a cometer y que nunca más la obra artística de una mujer sea olvidada. ¿Fue la única? No. Hubo una generación de artistas entorno a la Generación del 27, las llamadas Sinsombrero, a las que les ocurrió algo similar. Triste e injusto.

Desde el proyecto de Dinamización de la Biblioteca, hemos querido mitigar de alguna manera esta injusticia, así como resarcir a esta gran mujer, por lo que se han realizado varias actividades entorno a su figura. Destacamos aquí la exposición que se exhibe en la biblioteca del centro y la lectura de uno de sus poemas que se ha llevado a cabo en las clases de Lengua con diferentes tareas aparejadas a esta actividad. También desde BIBESCAN se ha trabajado en las tutorías su biografía y la difusión de parte de la obra.

Pino Ojeda comenzó a escribir con 21 años. Corría 1937 y la Guerra Civil estaba en pleno fragor y como les ocurrió a tantas mujeres, se quedó viuda y embarazada de su primer hijo. El terrible dolor que sintió por esta pérdida le guió su mano para comenzar a expresar en hondos versos la ausencia del marido y la incertidumbre de una vida sin él y con un hijo pequeño. Así lo refleja en este sentido poema en el que expresa la desesperación y tristeza que le produce la soledad en la que queda sumida y la añoranza que siente por su amor.

 

Te busqué por la tierra, por largos
pasillos de seres. Te busqué por las noches,
por calles y sombras, por quietas esquinas
agudas. Te busqué por los días. Nadie
con carne y tacto me descubría tu nombre.
Te busqué por los bosques: altas miradas
rodaron por copas, por ramas, por quietas
palmeras, por viejos pinos lejanos. Pero nada,
nada tenía escrito tu nombre.
Te busqué por las hojas sobre vientres
de campos morenos. Te busqué por los trigos,
por valles y praderas de lirios, por montañas,
por fuentes. Por cada sendero oculto
iba gritando tu nombre.
Te busqué por los mares, por frágiles
barcas de marineros mojados. Te busqué
por algas, por peces, por rocas agudas,
por olas y anchas playas doradas.
Te busqué más abajo, en lo hondo, entre
viejas astillas de barcos remotos. Olvidadas
cartas marinas no decían tu nombre.
Te busqué por estrellas, por nubes,
por albas, por quietos celajes. Te busqué
por los aires, por la luna callejera,
por locas primaveras saltando.
Te busqué por el tiempo, por los siglos:
fríos cementerios no tenían tu nombre.
Te busqué por un signo, un signo de ave
y nadie, nadie podría encontrarte.
Te busqué por los sueños:
por los sueños, tú me estabas esperando.

 

Elaine Medina y Mercedes Barrera, coordinadoras de la biblioteca y proyecto de teatro.