Se cuenta que estaba Nikola Tesla acariciando el lomo de su gato cuando de él salieron pequeñas chispas, cual estrellas diminutas y brillantes, que le llamaron tanto la atención que ya no pudo dejar de estudiar e investigar sobre la electricidad estática el resto de su vida. Entre sus descubrimientos más notables está la invención de la radio. A partir de ahí ha sido el medio de comunicación más popular de todos los tiempos, con esa inmediatez que la caracteriza, pues sus ondas parten y llegan a cualquier recóndito lugar. Ha sido además un medio decisivo en los diferentes conflictos bélicos que desgraciadamente han salpicado la historia más reciente del hombre.
La UNESCO propuso en 2012 la celebración del Día mundial de la Radio el 13 de febrero pues coincide con la creación de la Radio Naciones Unidas. La intención es fomentar la diversidad, la integración y el pluralismo.
Ese fue también el espíritu con el que surge en el centro Radio Marímbola: dar voz a los alumnos con diferentes inquietudes, a la vez que ellos contactan con personas a las que admiran para entrevistarlos y que sus experiencias sirvan de guía en sus proyectos vitales. A lo largo de estos casi dos años que lleva emitiendo se ha ido consolidando y son cada vez más alumnos los que participan, los que opinan, hablan, escuchan, dialogan, preguntan, responden… en definitiva, se comunican. Han tenido la oportunidad también de conocer diferentes proyectos radiofónicos que se llevan a cabo en otros centros educativos. Asimismo han visto crecer la emisora con nuevos equipos que la han ido profesionalizando poco a poco.
Con sintonía propia, que alude a su original nombre y creada por nuestra antigua compañera Cecilia Díaz Pestano y con el logo diseñado por el alumno Aarón Pérez de Paz, Radio Marímbola supone otra ventana más para que el alumnado del IES Villa de Mazo se asome al mundo cambiante en el que vivimos, pero en el que la comunicación a través de ondas radiofónicas sigue uniendo desde diferentes rincones de él.
Enlace al primer programa de Radio Marímbola, en enero de 2018.