“Quédate en casa” fue el lema repetido sin parar hace casi un año.


Quedándonos en casa afrontamos situaciones, miedos, incertidumbres…
nunca antes vividas, a la espera de la vacuna, de la cura, y de una verdadera
normalidad.


Gracias a las mujeres que no se quedaron en casa, pudimos continuar con una
vida rara, rara… en la sanidad, en los laboratorios farmacéuticos, en el
supermercado o inventando mascarillas; en los cuerpos de seguridad y en los
medios de comunicación; en la asistencia sanitaria, en los trabajos sociales, y
en el personal de limpieza… las mujeres, con su mayoritaria presencia en estos
sectores, se convirtieron en las mantenedoras de los servicios esenciales.

Esenciales para poder continuar y superar días y meses en los que
permanecíamos bajo la protección de las ventanas y puertas de nuestras casas,
murallas y fosos contra el contagio, la enfermedad, el virus.


En el reverso, aquellas otras mujeres que junto a miedos, teletrabajo, paro y
ERTEs, afrontaron su día a día en casa, facilitando el cole en el salón, el hospital
en el dormitorio y el restaurante en la cocina y el comedor.


¡¡ Quién no lo vivió ¡¡
Gracias a ellas fue (¡y es!) más fácil.
No lo olvidemos: lo que es “esencial” es imprescindible y valioso; antes, ahora,
y siempre.


8 de marzo de 2021.

Exposición realizada por los alumnos de 2º ESO PMAR