El puente.

A través de esta actividad, llevamos a los niños y a las niñas a un estado de introspección, a través de una relajación que los conectará con su mundo interno. Lo que queremos es generar una mayor coherencia inter-hemisférica, una mayor conexión entre los dos hemisferios cerebrales. Para ello vamos a utilizar la metáfora de “el puente” (que representa el cuerpo calloso donde se conectan ambos hemisferios y donde se genera el estado de “fluir”) para permitir que el inconsciente de los niños “hable simbólicamente” y nos informe de cómo se encuentra la conexión entre el yo consciente y el inconsciente.