PATRICIA, NUESTRA EDUCADORA SOCIAL

Todos traemos al instituto  una mochila con libretas,estuches,libros… pero no podemos olvidar que también traemos una llena de emociones, sentimientos, pensamientos , que requieren una atención y un acompañamiento»

Sin duda Patricia, nuestra educadora social, no deja indiferente a nadie. Es ya el segundo año que contamos con ella en el centro, y nos permite reflexionar que la educación engloba mucho más de lo que quizás nos imaginábamos.

Nos la solemos encontrar a la entrada del centro, dando la bienvenida a todos y todas, para recordarnos que en esta sociedad en la que estamos inmersos, a veces  nos hemos olvidado a responder a un simple “Buenos días”. Otras veces nos la encontramos en clase, generando acciones y dinámicas que apoyan la gran labor de los y las tutoras de los grupos. Otras tantas veces, su labor es individualizada, para el alumnado que lo necesite, porque un enfoque integrador siempre suma y nunca resta.

Pero quien mejor que ella para hablarnos en primera persona de su trabajo. Así que algunos alumnos de Primero de Bachillerato se han puesto manos a la obra para realizar una entrevista y dar visibilidad a su labor, que sigue siendo aún relativamente desconocida. De antemano muchas gracias Patricia.

¿Cómo ha sido tu llegada al Centro?

Llegué al centro el curso pasado 2017/2018. La llegada al centro la recuerdo como una mezcla de incertidumbre e ilusión ya que el proyecto que iniciamos en los centros educativos es nuevo. A pesar de ello, mis sensaciones al llegar al Saulo Torón fueron positivas, me sentí acogida y acompañada. No olvidaré que el primer día en el centro estuvo Ángel, el profesor de francés, un buen rato conmigo enseñándome el centro y charlando conmigo en los momentos que podía.

Los educadores sociales se han unido a los institutos ¿Qué crees que aportan a la sociedad?

Si nos vamos a la definición de Educación Social en los documentos profesionalizadores nos encontraremos con que la Educación Social es un derecho de la ciudadanía, es decir, de todas las personas. Eso ya dice bastante de lo que podemos aportar. A parte de un derecho, es una práctica profesional de carácter pedagógica cuyos objetivos están enfocados a generar los espacios, las acciones, las estrategias que permitan a las personas desarrollarse plenamente atendiendo a sus características y necesidades en aquellos lugares donde conviven, procurando su inclusión en las diferentes redes sociales de su entorno.

Dentro de los centros educativos podemos aportar justamente la visión integral de la educación de una persona. Teniendo en cuenta que tan importante es para el desarrollo de una persona educar y entrenar sus competencias psicomotrices, lingüísticas o matemáticas como sus competencias socioemocionales o cívicas.  Además de tener presente que ajustar ese proceso educativo a cada persona es un reto, debido a la diversidad de cada persona.

Ahí es donde está la clave de nuestro papel. Ofrecer el acompañamiento y apoyo socieducativo que cada persona necesita en cada momento, adaptando dicho proceso a las características, ritmo y voluntad de la persona.

Nadie dijo que era una tarea fácil, pero sí es apasionante. Llegamos a los centros con un campo bastante amplio,  seguimos definiendo el camino , puesto que nos estamos incorporando al sistema y todos los comienzos no siempre son sencillos . Además debo intentar adaptarme a la dinámica  que se vive dentro del centro y también mirar desde otra perspectiva diferente, detectando y  analizando una serie de circunstancias y vivencias, tratando de relacionarlas con el entorno e intentar dentro de mis competencias que todos estemos a gusto en el lugar donde nos encontramos.

 

¿Cuál es en tu opinión la clave para lograr ese pilar del que tu hablas?

Muchos pueden ser los pilares pero para mí dos son fundamentales;  la compresión y otro importante es el ejemplo.

La comprensión va claramente ligada a la comunicación, a la escucha y a la empatía.

Y el ejemplo, porque como se dice, la palabra puede convencer pero el ejemplo arrastra. Y la herramienta más poderosa de un educador o educadora social, siempre va a ser su propia persona.

Es una responsabilidad, pero siempre hay que mantener el pensamiento conectado a que la vivencia humana está ligada al errror, sé que me equivoco y que me equivocaré, pero servirá para aprender y mejorar. Es interesante practicar el perdón a una misma y hacia los y las demás.

¿Crees que los adolescentes pueden experimentar un cambio en su actitud con facilidad?

Para que se pueda generar un cambio actitudinal debe generarse un proceso de reflexión, ligado a la emoción que no siempre es fácil de conseguir. La persona tiene que ser consciente de sus estados (pensar, sentir, actuar). Desde la práctica socioeducativa y como profesional que trabajamos en la relación de ayuda, la clave está en tratar de no dar las respuestas, si no las preguntas adecuadas para que la persona plantee su cambio. No es un proceso igual para todas las personas, por ello no puedo decir que sea sencillo para ninguna de las dos partes, ni para el o la profesional, ni para la persona acompañada.

Pero mantengo la idea de que la adolescencia es una etapa de transformaciones apasionante, una etapa que es muy necesaria de acompañar. Si no pensara así, no trabajaría aquí.

¿Sientes que tu trabajo es recompensado?

Ciertamente una se marca objetivos de trabajo y como cualquier profesional que hace una labor, su deseo es ver resultados. En mi caso, se que los objetivos que puedo plantear como educadora social en el centro educativo, están muy conectados a los procesos de la red de personas en la que me encuentro.

Los procesos de intervención socioeducativa no solo dependen de las energías y acciones que pueda llevar a cabo el o la profesional. En este caso, la educación social conecta directamente con la realidad y a veces, la realidad no presenta las condiciones para que los cambios sucedan. Sabiendo esto, se que cada granito de arena que pueda poner allí donde me encuentro, mi presencia,como comenté antes con mi ejemplo, mis ideas y práctica profesional hacen que regrese a casa después de cada día de trabajo sintiendo esa recompensa que me preguntan. No todos los días son maravillosos y felices. Pero por norma general llego a casa con una sonrisa en la boca y haciéndome preguntas para mejorar mi labor, pues mi intención última en esta comunidad educativa siempre es sumar.

Francisco Sosa Bolaños.  1ºBachillerato

Juan José Quesada Acosta. 1º Bachillerato

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