El lugar más silencioso del mundo

   Los primeros segundos son de incredulidad. Parece que has entrado en un estudio de grabación o un laboratorio de sonido con paredes aislantes, pero, antes de que pase un minuto, llega la conmoción y casi el malestar. La habitación más silenciosa del mundo, con certificado Guinness incluido, está en Seattle. En concreto, en Redmond.

   El espacio genera un extraño desasosiego que termina en mareo. Antes de que esto suceda, alguien permite la entrada de luz para que el espacio se ilumine, poco a poco. Tras los primeros instantes, se toma conciencia de los latidos del corazón; la respiración se nota más fuerte. De pronto, suenan fluidos. Lo que fue la comida cobra una nueva vida en forma de flujos que regurgitan en el interior. Cada segundo se perciben más y más estímulos generados dentro de nuestro cuerpo. Incluso al cerrar los ojos o mover los brazos, se percibe algo parecido al roce de un corcho. Entrar en una sala así, sin luz, aunque con unos LED en el techo, lleva a perder el equilibrio en pocos minutos, en apenas los cinco que dura la experiencia de manera segura y controlada.

   El pasado verano, en agosto, un comité de expertos y un notario de la organización Guiness concluyeron que, oficialmente, este lugar es el espacio más silencioso del mundo. Por encima de cualquier estudio de grabación.

   El límite del oído humano es de 0 decibelios. El anterior récord estaba en -9. Esta sala alcanzó el título con -13, aunque durante nuestra visita llegamos a -20. Gopal Gopal, el ingeniero de sonido indio responsable de la sala, explica que el sonido de dos átomos al rozarse es de -23. Una referencia difícil de asumir solo imaginando. Él ha sido responsable de diseñar, poner en marcha y mantener esta peculiar cámara.

ROSA JIMÉNEZ, publicado en El País (03/06/2017) (adaptación).

¿Qué utilidades puede tener un lugar así?

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *