Los amortiguadores más actuales permiten en muchos casos la regulación de la amortiguación tanto en extensión como en compresión e incluso seleccionar diferentes modos de trabajo para alta y baja velocidad de la motocicleta.
Se puede regular la suspensión actuando sobre la dureza del muelle o sobre el comportamiento hidráulico. Son tres los parámetros que podemos regular: la precarga del muelle, la extensión y la compresión. La precarga es la diferencia entre la longitud libre del muelle y la longitud cuando está instalado en el amortiguador.
La precarga de un amortiguador consiste en regular la presión la que es sometida su muelle. Es decir, una presión que le forzamos incluso cuando la suspensión no tiene que entrar en funcionamiento. Esta carga del muelle determina la altura de trabajo de la suspensión, pues con ella alargamos o acortamos la longitud del muelle, y con ello su recorrido al comprimirse y estirarse. Una precarga muy blanda hará que se hunda mucho al frenar y muy dura afectará a nuestro propio confort. La precarga determina el máximo desplazamiento que se permite en la rueda trasera, y por tanto también la capacidad de la suspensión para seguir las irregularidades
La precarga se suele ajustar en la parte superior de las barras de la horquilla y en la parte superior o inferior del amortiguador trasero. Algunas horquillas más sencillas no permiten regulación alguna, y en el caso de los amortiguadores traseros puede hacerse mediante dos grande tuercas (tuerca y contratuerca) o mediante un pomo externo cerca del asiento, un mando que se gira hacia los lados.
La parte hidráulica se puede regular tanto en la fase de compresión y de extensión.