En el IES Marina Cebrián seguimos apostando por una escuela abierta, inclusiva y cohesionada. Esta semana hemos celebrado un desayuno especial en el que se han unido varias iniciativas que marcan la identidad de nuestro centro: el programa PROA+, el Día de Europa, el programa Erasmus+ y la actividad palanca n.º 3: Acogida y acompañamiento del profesorado.
El desayuno, compartido ha servido como espacio de encuentro y construcción de vínculos. Especialmente significativo ha sido en el marco de esta actividad de acogida, que busca fortalecer el trabajo en equipo y el sentimiento de pertenencia.
Además, hemos querido conmemorar el Día de Europa poniendo en valor el papel transformador del programa Erasmus+, que conecta a nuestro centro con el resto del continente a través de experiencias de aprendizaje, cooperación e intercambio. Nuestro equipo Erasmus, comprometido y activo, ha contribuido a dinamizar esta jornada, recordándonos que Unidos por la diversidad, conectados por Erasmus no es solo un lema, sino una realidad que se vive en el día a día de nuestro centro.
Porque la educación también se construye compartiendo un café, una idea y una ilusión.
DÍA DE EUROPA EN LA SALA DE PROFESORES
Sabores que cruzan fronteras y alegran recreos
Hoy damos una vuelta por Europa sin salir de la sala de profesores. Solo hace falta una buena charla, una servilleta… y hambre.
Empezamos con pan alemán, robusto y cumplidor (como los partes de guardia bien rellenados). Lo acompañan frutos secos, ideales para mantenerse firme ante una clase revolucionada.
Continuamos con yogur griego natural y un delicioso tzatziki, fresquito y lleno de sabor, para sentirnos como si estuviéramos de Erasmus por el Mediterráneo.
El clásico pan con tomate – pa amb tomàquet – no podía faltar, con su toque casero que siempre reconforta. Y para los que sienten nostalgia del norte, una lonchita de salmón ahumado, en honor a nuestros amigos suecos y sus desayunos que parecen brunch de domingo.
Las galletas inglesas y las tostadas crujientes vienen listas para acompañar confidencias de pasillo o alguna que otra reflexión pedagógica.
Desde Bélgica, dulces galletas que dan ganas de repetir recreo.
Y cómo no, el rincón francés: quesos variados, panes para todos los gustos y el imprescindible pain au chocolat, porque un toque chic siempre alegra el día.
Finalizamos con un surtido de delicias italianas —que no necesitan presentación—, siempre sabrosas, siempre bienvenidas, como ese compañero que trae algo rico «por si acaso».
Y porque lo nuestro también cuenta:
Una tortilla española, doradita y dispuesta a unir hasta al claustro más dividido.
Plátanos canarios, con más sabor y carácter que muchos informes trimestrales.
Y rosquetes canarios, dulces, tradicionales y perfectos para rematar el viaje sin moverse de la sala.
¡Feliz Día de Europa!
Porque si algo sabemos hacer bien… es compartir mesa, risas y buen rollo.