El miedo al dibujo. Rupturas y conclusiones.

Trabajo con alumnos de la ESO desde el 98, impartiendo clase de EPV. A lo largo de todos estos años he observado que lo que ellos consideran “saber dibujar bien” no es otra cosa que  lograr un dibujo fiel a la realidad. Muy interesante a este respecto es la famosa charla de Puño en el MAD.

Como intento de romper este tópico trato de jugar con ellos al pictionary. Con muñecos de palo tratan de hacerse entender, no hay aún narración, pero sí representación y comunicación. Dependiendo de la edad, el juego resulta pedagógico o se queda en un mero entretenimiento lúdico-competitivo, en el que todos están más pendientes de la broma y el equívoco o de ser ellos los siguientes en salir a la pizarra. Yo trato de calmar los ánimos y de sacar conclusiones de  todas y cada una de las imágenes representadas.

Susurro la palabra al oído del alumno y este trata de representarla sin la ayuda de letras o números. En una ocasión le chivé la palabra “hombre” y esto fue lo que dibujó:

Niño dibujando un hombre

 

La lección estaba clara: Teniendo pocos elementos, cualquier signo gráfico tiene su contenido. Enuncié esta conclusión en voz alta. Si el dibujo hubiera tenido más información, mayor número de líneas, hubiera sido más barroco, posiblemente este detalle se hubiese pasado por alto.

Otra conclusión es que tienen que analizar cuál es la característica por la cual sus compañeros adivinaron el objeto, en el caso de que la palabra a representar sea “boda”, podría ser un sombrero de copa.

Un momento álgido se produce cuando susurro al oído de un alumno la palabra “guiri”. Después de complicados planos de otros países, gafas de sol, etc, el alumno se da por vencido y entonces dibujo tan sólo un calcetín dentro de una sandalia. ¡No falla!  (la metonimia,  representación de una parte por el todo, así como “volante” puede representar a “coche”)

Otra de las conclusiones es que muchos elementos, más que ayudar al éxito, llevan al fracaso al distraer de la idea base, de manera que pierde fuerza.  Otra, que el ángulo en el que esté dibujado el objeto puede ser esclarecedor, o por el contario, confuso.  Una persona vista en picado cenital, con un dibujo esquemático podría ser cualquier cosa, mientras que vista de frente se nos presenta bien clara y reconocible. Otra, que a veces no hay otra manera que ayudarse por la secuencia para que quede patente la transformación de algo en el tiempo.

También tienen que tener en cuenta que sus dibujos actúan como símbolos. Las mujeres no tienen por qué llevar falda, pero si colocamos una falda a un personaje, difícilmente interpretaremos otra cosa que que se trata de una mujer.

Realmente no hay mejor dibujo que aquel que se adapta a la perfección a su función, en el caso del cómic, que hace de engranaje ideal para que toda la maquinaria de la narración funcione. Por eso a la pregunta de” ¿Este dibujo está bien?”  Siempre les respondo con otra pregunta: “Depende…¿Qué quieres comunicar?.”

Álvaro Manzanero

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