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Gobierno aprueba la renovación del servicio ‘Arca de Noé’ en Fuerteventura para contener la COVID-19 

Sanidad contrató durante siete días esta modalidad de alojamiento de corta estancia, destinada a personas con dificultades para cumplir el período de cuarentena o aislamiento que tienen prescrito

El Consejo de Gobierno fue informado este jueves, 5 de agosto, de la contratación de emergencia en la Isla de Fuerteventura del servicio de alojamiento de corta estancia Arca de Noé, destinado a personas positivas en COVID-19 asintomáticas o que han estado en contacto estrecho y tienen dificultades para cumplir el período de cuarentena o aislamiento prescrito.

En esta dación de cuentas se incluye la contratación de dispositivos alojativos mediante 11 resoluciones de la Gerencia de Servicios Sanitarios de Fuerteventura, del Servicio Canario de la Salud, para el alojamiento de personas sin posibilidad de hacer el aislamiento por positivo o contacto estrecho de un caso COVID-19.

El gasto derivado de la contratación de estos 11 dispositivos, que se ocuparon entre el 30 de abril y el 4 de junio, fue de 119.400,60 euros, lo que representa un gasto medio por noche de 62,62 euros.

Esta misma Gerencia contrató por resolución de 15 de marzo este tipo alojamiento de corta estancia por un período de nueve días y 495 euros de gasto, que fue informado al Gobierno en su reunión de 31 de marzo.

En todos estos casos la contratación por tramitación de emergencia se ha realizado conforme al artículo 120 de la Ley 9/2017, de 8 de noviembre, de Contratos del Sector Público.

El proyecto Arca de Noé fue puesto en marcha en octubre del año pasado por el Servicio Canario de la Salud para la puesta a disposición de alojamientos privados a personas socialmente vulnerables y migrantes que deban realizar aislamiento o cuarentena por ser casos positivos en COVID-19 o casos sospechosos, probables o contactos estrechos de un positivo.

Igualmente, está destinado a personal sanitario con diagnóstico, sospecha o contacto de COVID-19 o con alto nivel de exposición laboral al contagio, con independencia de que deban realizar aislamiento o cuarentena.

Con el alojamiento de corta estancia se evita la propagación del virus como consecuencia de nuevos contagios, el uso de recursos sanitarios sin que existan motivos asistenciales que lo justificaran y la reducción de la presión hospitalaria.