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Un Centro Regional de Transfusión (CRTS) debe disponer de un perfecto modelo combinado de desarrollo en comunicación y marketing, que le permita hacer efectiva, la conocida como promoción de la donación y que se incluye dentro del marco teórico del marketing social. Esta sinergia entre comunicación y marketing, es especialmente relevante, en el caso del ICHH porque, además, hablamos de un organismo público del Gobierno de Canarias, cuya condición nos obliga a dedicar especial atención a todo lo relacionado con la comunicación institucional.
Un CRTS tiene como misión principal, generar un cambio de actitud en la sociedad, a medio y largo plazo, con respecto a la donación de sangre, de modo que se consiga la implantación de una donación voluntaria, altruista y responsable, garantizando así el suministro permanente de hemoderivados, debidamente procesados y validados, a todos los centros sanitarios públicos y privados autorizados.
Los ejes estratégicos que debe desarrollar un CRTS en el ámbito de la captación y reclutamiento son, por ese orden: comunicación, concienciación y fidelización, entre otras razones porque estos centros tienen como objetivo general lograr el autoabastecimiento en sangre de sus comunidades y para conseguirlo deben, en primer lugar, incrementar sus niveles actuales de fidelización de donantes así como fomentar la captación de nuevos donantes, al objeto de garantizar la renovación futura y conseguir dotar de la dimensión necesaria al pool de donantes de su región y que la donación de sangre no sea de carácter ocasional; en segundo lugar y puesto que son redes que centralizan la gestión y el control de hemoderivados necesitan la puesta en marcha de planes de comunicación interna que reforzados con políticas formativas a los interesados, les permita involucrar a los especialistas de cada área que interactúan directa o indirectamente en el sistema y, por último, los CRTS tienen como meta principal concienciar a la sociedad, en general, de la importancia social que tiene ser donante de sangre y para ello han de implicar a los diferentes agentes sociales de una Comunidad Autónoma.
Si entendemos que la comunicación consiste en la transmisión de información de un sujeto a otro y el marketing es considerado como el arte o la ciencia de satisfacer las necesidades de los clientes, entenderemos por qué la comunicación como proceso, interno y externo, alcanza un gran valor añadido en los CRTS, al igual que el marketing, entendido como filosofía de orientación al cliente aplicada a estas organizaciones.
Un CRTS necesita conocer a sus clientes (investigación de mercados) y aplicar líneas de acción que le permitan avanzar en procesos de fidelización (marketing relacional) retroalimentando de forma continúa su sistema de hemodonación e interactuando con los miembros de la Red Transfusional que coordina (comunicación interna), debiendo conseguir la imagen y reputación necesaria para que el entorno que le rodea responda a sus necesidades de materia prima (comunicación externa). Podemos decir que, para estos centros es imprescindible desarrollar una coherente y continúa política de comunicación en el tiempo que, decididamente, permita el cambio de conducta en la población con respecto a la donación “voluntaria, altruista y responsable” y un imprescindible desarrollo de marketing relacional que le permita orientar a la organización hacia el cliente para dar satisfacción a sus demandas.
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