Servicio Canario de la Salud

La Organización Mundial de la Salud define el estrés como un estado de preocupación o tensión mental generado por una situación difícil. Todas las personas tenemos un cierto grado de estrés, ya que se trata de una respuesta natural a las amenazas y a otros estímulos. Es la forma en que reaccionamos al estrés lo que marca el modo en que afecta a nuestro bienestar. El estilo de vida de la persona, su profesión, familia, relaciones sociales, pensamientos, expectativas…, determinan en gran parte las demandas a que se verá sometida, facilitando, en mayor o menor grado, la aparición de situaciones de estrés. Los estilos de vida pueden ser protectores o por el contrario contribuir al deterioro de la salud, en general, y al aumento de las enfermedades crónicas, en particular.

El estrés es una respuesta del organismo que puede afectar gravemente la salud, el bienestar y la calidad de vida de las personas, deteriorando su funcionamiento normal y propiciando la aparición, el mantenimiento y el empeoramiento de las enfermedades con una mayor tasa de mortalidad, como las enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cáncer y diabetes, en las sociedades más avanzadas de nuestro tiempo.

El estrés modifica los hábitos relacionados con la salud, de manera que, con las prisas, la falta de tiempo, la tensión, etc., aumenta las conductas no saludables, tales como la de fumar, beber alcohol, o comer en exceso, y se reducen las conductas saludables, como hacer ejercicio físico, guardar una dieta, dormir suficiente, conductas preventivas de higiene, etc. Estos cambios de hábitos pueden afectar negativamente a la salud y, por supuesto, pueden desarrollarse una serie de adicciones, con consecuencias muy negativas para el individuo en las principales áreas de su vida, como son la familia, las relaciones sociales, el trabajo, la salud, etc.

Cuando estamos viviendo en un contexto estresante, éste suele reclamar todos nuestros recursos y energías, hasta quedarnos exhaustos. Esta situación suele provocar un síndrome de agotamiento vital, caracterizado por el cansancio y la fatiga crónica, desinterés por las cosas que antes nos gustaban, desregulación neurovegetativa (sueño, apetito, libido) y sentimientos de infelicidad y desánimo. Un descanso reparador es el mejor recurso para un buen rendimiento. Cada persona puede conseguir el descanso de una manera diferente, así por ejemplo para una persona el deporte puede ser su mayor fuente de descanso mientras que para otra puede ser el ocuparse de sus plantas o la lectura. La forma en que una persona obtiene el descanso no importa, lo importante es que incorpore en su vida tiempo suficiente (horas) para descansar a diario.

Informar y sensibilizar a la población la relación del estrés con la salud, como manejarlo con técnicas saludable y, los beneficios del descanso y los buenos hábitos del sueño.