Plan de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas en la Salud

Actualizado a: [11/09/2024]

Plan de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas en la Salud

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Para la asignación de niveles de riesgo se ha establecido un algoritmo que incluye las temperaturas máximas previstas, temperaturas umbrales y factores de riesgo.

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, a través de la Dirección General de Salud Pública, activa el Plan de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas en la Salud, que establece las medidas necesarias para reducir los efectos para la salud de las personas asociados a las temperaturas excesivas y coordinar las instituciones de Canarias implicadas, activando el sistema sanitario de atención a las urgencias del Archipiélago, en coordinación con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

La Dirección General de Salud Pública, que coordina desde 2004 el Plan de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas en la Salud en Canarias, tiene establecido un sistema de vigilancia epidemiológica del impacto de las altas temperaturas sobre la salud de la población coordinado con los centros asistenciales y de urgencias de Canarias, así como el aviso a dichos centros y a los ayuntamientos afectados de la previsión de situaciones de alerta.

Asimismo, Salud Pública proporcionará información a los medios de comunicación destinada a facilitar consejos útiles y medidas prácticas para prevenir los efectos de la exposición a temperaturas elevadas.

Con estas actuaciones se pretende aumentar la capacidad de prevención individual de afrontar el calor aplicando medidas que sean fáciles y accesibles. El plan está dirigido a toda la población, y especialmente pensado para los colectivos de población más vulnerables al calor intenso como son los ancianos, los niños y las personas con patologías crónicas.

Desde un punto de vista social, la marginación, el aislamiento, la dependencia, la discapacidad, las condiciones de habitabilidad de las personas con menos recursos, añaden factores de riesgo que hacen aún más vulnerables a colectivos que, precisamente por sus condiciones socio-económicas, deberían estar más apoyados.

En concreto, todos los hospitales y el Servicio de Urgencias Canario (SUC) cuentan con personal designado y formado especialmente para hacer frente y coordinar de manera eficaz los servicios ante una posible ola de calor, así como las vías de comunicación.

Umbrales de temperatura y niveles de riesgo

El criterio para asignar los niveles de riesgo para la salud para situaciones de exceso temperatura, determinado por el Ministerio de Sanidad, se asienta en un algoritmo de decisión. En función de ese algoritmo, basado en las temperaturas máximas previstas, la umbral establecida, el número de días de persistencia, que se concreta en un mínimo de tres, y los factores de riesgo de cada territorio, se determina cuatro niveles de riesgo:

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  • NIVEL CERO (VERDE), de ausencia de riesgo.
  • NIVEL UNO (AMARILLO), de bajo riesgo.
  • NIVEL DOS (Naranja), de riesgo medio.
  • NIVEL TRES (Rojo), de alto riesgo.

 

Decálogo de recomendaciones

La vulnerabilidad a las altas temperaturas incluye factores de riesgo personales, como ser mayor de 65 años, lactantes, gestantes, etc, ambientales, locales y laborales entre otros. Las recomendaciones dirigidas a la población vulnerable especialmente son:

  • Permanecer el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refrescarse cada vez que se necesite.
  • Reducir la actividad física y evitar practicar deportes al aire libre en las horas centrales del día.
  • Beber agua o líquidos con frecuencia, aunque no se sienta sed y con independencia de la actividad física que se realice.
  • Evitar las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.
  • Prestar especial atención a: bebes, menores, mujeres embarazadas o lactantes, así como personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor (como las enfermedades cardiacas, renales, diabetes, hipertensión, obesidad, cáncer, patologías que dificultan la movilidad, demencia y otras enfermedades mentales, así como el abuso de drogas o alcohol). Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor.
  • Usar ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
  • No dejar a ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas).
  • Consultar a un profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
  • Ingerir comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.).
  • Mantener las medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar su composición y sus efectos.

 

Descanso nocturno

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El descanso nocturno es fundamental para recuperase del desgaste físico y mental sufrido durante el día, consolidar las capacidades memorísticas y afianzar los conocimientos aprendidos. Las alteraciones del estado de ánimo, principalmente la irritabilidad, así como la incapacidad para concentrarnos correctamente y la disminución del rendimiento laboral son algunas de las consecuencias de la mala calidad del sueño provocadas por el calor nocturno que perturba las funciones térmicas del organismo y mantiene el cerebro en alerta durante la noche.

Las complicaciones para conciliar el sueño son mucho mayores en épocas de calor debido a las dificultades del organismo para regular la temperatura corporal ideal durante las horas nocturnas: 37 grados, para lo que la temperatura externa debe situarse entre los 20 y los 22 grados.

La vasodilatación y la transpiración mediante el sudor son los principales mecanismos que permiten al cuerpo humano disminuir la temperatura interna. Sin embargo, el calor perturba estas funciones térmicas del organismo provocando que el cerebro esté alerta durante la noche, impidiendo el descanso.

Medidas para mejorar el descanso nocturno en episodios de calor

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Darnos una ducha con agua tibia o mejor fría antes de acostarnos.

Evitar comidas copiosas antes de acostarnos, eligiendo platos ligeros como ensaladas, zumos de frutas, o gazpachos.

Es importante mantenerse bien hidratado, consumiendo agua o bebidas isotónicas con frecuencia, incluso antes de acostarnos.

Para una buena ventilación del dormitorio, es aconsejable que las puertas y ventanas permanezcan cerradas durante el día, y abrirlas si refresca por la noche.

Para generar frescor en el dormitorio se pueden colocar toallas húmedas al lado de la cama, e incluso humedecer ligeramente las sábanas y cortinas antes de acostarnos.

Para mejorar la sensación térmica se pueden utilizar emplear ventiladores nebulizadores o de agua, ya que la evaporación del agua genera frescor.

Los aparatos electrónicos, desde ordenadores y tabletas hasta televisores o altavoces, producen calor, más aún si se dejan cargando durante la noche, pudiendo llegar a aumentar hasta casi dos grados la temperatura ambiente.

Los teléfonos móviles, que generalmente suelen acompañarnos en la mesilla, también son una amenaza constante para un buen sueño, por lo que lo más adecuado es apagarlos antes de dormir, al igual que el resto de aparatos electrónicos.

Para evitar el aumento de la temperatura corporal en días de mucho calor, recuerde evitar la práctica de ejercicio durante las tres o cuatro horas antes de irnos a dormir.

Recomendaciones frente a la presencia de calima

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Si hay presencia de calima (polvo en suspensión en la atmósfera) se recomienda tomar precauciones como evitar la exposición prolongada al aire exterior, mantener las ventanas cerradas y no realizar esfuerzos físicos al aire libre.

El polvo en suspensión contribuye a resecar las vías respiratorias, y en muchas ocasiones se puede provocar un agravamiento de afecciones o síntomas relacionados con enfermedades respiratorias, tales como el asma, personas con enfermedad obstructiva crónica (EPOC) que hacen que aumenten las visitas a los servicios de urgencias y los ingresos hospitalarios en algunos casos.

La exposición a este contaminante puede producir molestias torácicas, tos, palpitaciones, fatiga o incremento a la susceptibilidad a infecciones respiratorias, al menos durante los cinco días posteriores al inicio del episodio.

Se recomienda a las personas sensibles a este tipo de episodios -como niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares crónicas las medidas siguientes:

  • No salir a la calle y mantener cerradas puertas y ventanas de las casas.
  • Realizar la limpieza de las superficies con el polvo con paños húmedos.
  • Mantenerse en ambientes húmedos e hidratarse.
  • No realizar ejercicios físicos en el exterior.
  • En caso de empeorar los síntomas respiratorios llamar al 112.