Campaña de Verano 2005

Actualizado a: [16/07/2012]

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El verano supone, junto a sus indudables beneficios, una época de riesgo para determinadas patologías, propiciadas por una mayor y más intensa exposición solar, entre otras causas. Deseamos, por ello, recabar su colaboración para la difusión de las recomendaciones y materiales editados por este Centro Directivo, conscientes de su sensibilidad por el tema.

Con las citadas recomendaciones se trata de paliar los riesgos, disminuyendo así la incidencia de patologías cada vez más frecuentes como el cáncer de piel y otras que empiezan a preocupar cada vez más, como la deshidratación, agotamiento o golpe de calor, para cuyo abordaje, además, se ha establecido un dispositivo de atención, del que las páginas web que referimos abajo, dan más información. En este año 2005, la Dirección General de Salud Pública, ha editado 100.000 abanicos, 100.000 tarjetas fotosensibles para indicar el tiempo máximo de permanencia al sol, sin riesgo de quemadura; 25.000 folletos para la prevención del golpe de calor en la Tercera Edad; y 3.000 carteles para menores, alusivos a la protección de la piel frente a la radiación ultravioleta.

Finalmente, aprovechamos la ocasión para transmitirle nuestro saludo y nos congratulamos de que la línea de trabajo abierta en años anteriores, tenga continuidad con esta nueva propuesta, en la que vuelven a estar representadas las Corporaciones Locales, Colegios Profesionales, Oficinas de Farmacia, Cruz Roja Española y otras Organizaciones no Gubernamentales.

El Sol y los Menores de Edad

La llegada del verano, supone casi siempre un motivo de alegría para los niños y niñas. Disfrutar del sol, sea en la playa, en la piscina o en el campo, representa el mayor atractivo de esta estación.

Sin embargo, dos peligros acechan detrás de los beneficios reales o supuestos del verano: el calor y la radiación solar. El primero afecta a personas de todas las edades en mayor o menor grado, llegando a representar un riesgo para la salud, especialmente cuando la temperatura del ambiente se eleva por encima de un determinado umbral o las condiciones intrínsecas del sujeto, lo hacen más vulnerable. La segunda, a su vez conlleva dos peligros que se reseñan a continuación:

  • La quemadura solar, motivada por una exposición prolongada al sol, más allá, de lo que la piel puede resistir, que se caracteriza por un enrojecimiento cutáneo (eritema), la formación de ampollas (vesículas) y la producción de un dolor intenso, con o sin elevación de la temperatura corporal.
  • El cáncer de piel, un proceso morboso, cuya aparición puede retrasarse muchos años después de las primeras quemaduras solares, que presenta dos entidades bien diferenciadas de pronóstico también variable: los carcinomas basocelulares y epidermoides (de crecimiento casi siempre local y buen pronóstico cuando se detectan precozmente, aunque fatales si no se someten a tratamiento) y el Melanoma Maligno (una de las formas más agresivas de cáncer que se conocen.

Resumiendo lo dicho, los riesgos asociados al sol se concretan en la exposición al calor ambiental extremo y a la radiación solar directa, pudiendo por tanto adoptar unas pautas de conducta para prevenir estos peligros.

¿Cómo prevenir los efectos del calor extremo en los menores?

Habrá que considerar, entre otros, los siguientes factores:

  • Edad de la persona.
  • Ejercicio que realice.
  • Existencia o no de enfermedades concomitantes.
  • Grado de autonomía.
  • Tipo de alimentación que siga.
  • Vigilancia que reciba.

A su vez, pueden separarse por grupos de edad, considerando tres propuestas principales y aplicar sobre estos grupos las recomendaciones.

  • Lactantes menores de un año.
  • Niños y niñas de 1 a 3 años.
  • Adolescentes, en sentido amplio, de 9 a 18 años.

1. Lactantes menores de un año.

Se tendrán en cuenta las siguientes reglas:

Regla número 1: Alimente a su bebé al pecho.

La lactancia materna, de manera exclusiva desde el nacimiento hasta los seis meses y, complementariamente con otros alimentos incorporados progresivamente, hasta los dos años de edad, es la mejor forma de proporcionar la energía y nutrientes que un bebé necesita. Esta práctica, recomendada por la Organización Mundial de la Salud y por las Asociaciones de Pediatría de todo el mundo, suponen también una excelente forma de protección frente a la deshidratación y la diarrea infantil, una de las causas más frecuentes de mortalidad en los países en desarrollo.

De la misma manera, puede decirse que la lactancia materna es también una de las mejores formas de prevenir la deshidratación de los bebés, asociada al calor ambiental extremo, ya que aporta agua y sales, de manera equilibrada de manera regular.

Durante el primer mes de vida, la lactancia puede cubrir las necesidades de agua y electrolitos, debiendo ser el Pediatra quién, no obstante, indique las necesidades de agua complementarias. A partir del sexto mes de vida, la incorporación de jugos de frutas y licuados de verduras, siempre según indicación del pediatra, aportarán el agua y los minerales necesarios.

Regla número 2: No abrigue excesivamente a su bebé.

Nuestro Sistema Nervioso Central, dispone de un mecanismo para regular la temperatura corporal, que se “programa” en los primeros meses de vida. Cuando se somete a los bebés a una temperatura excesiva, este centro termorregulador, se acostumbra a considerar normal ese grado de calor y sentirá frío si no la alcanza. Lo mismo ocurre si se procede al contrario.

Regla número 3: No exponga a un niño de menos de tres años directamente al sol.

La piel de los niños pequeños es más sensible y sus mecanismos de protección no están totalmente acabados. Estos se completan con el crecimiento y desarrollo celular, que hace a los melanocitos (células que producen la melanina o pigmento que da color a la piel) más capaces para segregar su pigmento.

Regla número 4: Mantenga hidratado a su bebé en todo momento.

Proporciónele para beber el agua complementaria que el Pediatra le indique. Vigile la calidad del agua que le proporciona, sabiendo que su contenido en sodio debe ser menor de 5-10 mg/l y que la concentración de flúor debe ser igual o menor de una parte por millón.

Evite dar a su bebé líquidos azucarados, infusiones (porque concentran las sales del agua o pueden producir intoxicaciones, especialmente si se confunden las hierbas), bebidas efervescentes o alcohólicas.

Regla número 5: Vigile la diuresis (frecuencia con que orina) de su bebé.

Preste atención a los pañales de su bebé y observe si la frecuencia con que se mojan es normal. La falta prolongada de diuresis, puede indicar un cierto grado de deshidratación.

2. Niños y niñas de 1 a 3 años.

A partir de esta edad, los menores ya deberían seguir una alimentación similar a la del adulto, ser capaces de detectar y demandar sus necesidades principales y desarrollar activamente su potencial dinámico, pero precisan una vigilancia continuada, tanto para evitar accidentes como para prevenir complicaciones asociadas al calor o a los rayos solares. Hay que ejercer, con ternura, pero con firmeza, los siguientes principios:

  • Siempre que se expongan al sol, deben estar debidamente protegidos con cremas solares, camisetas, gorros de ala ancha y si fuera necesario y posible, con gafas de sol, especialmente en zonas donde la refracción solar, sea más alta como la nieve o la arena blanca.

Los fotoprotectores, o filtros solares, ya sea en forma de crema, gel u otras presentaciones, deben tener siempre un factor superior a 15, con filtro UVA y UVB. En los niños de piel clara, rubios o de ojos azules, se eligirán filtros iguales o superiores a 25 y, mejor aun, si son para uso pediátrico.

  • Deben mantenerse hidratados en todo momento, bebiendo agua y zumos de frutas naturales con frecuencia. Los biberones de leche, si los usan, deben complementarse con tomas de agua, para evitar que el aumento excesivo de la osmolaridad, propicie la deshidratación.
  • Debe vigilarse que los niños no se fatiguen con el ejercicio, ya que ellos no siempre son conscientes de la fatiga o de la sed que sienten. En cuanto comiencen a sudar, o su piel se enrojezca por el calor, procúreles un momento de descanso a la sombra.


 

  • Si los niños tienen necesidades especiales, consulte con el pediatra lo que debe hacer.

1. Adolescentes, en sentido amplio, de 9 a 18 años.

Las precauciones que deben adoptar los jóvenes, frente al verano, son similares a las de otros grupos de edad, en cuanto a la necesidad de hidratación y protección de la piel. Conviene, no obstante resaltar que este colectivo es el más sensible a los accidentes en zonas de baño y el grupo en el que la quemadura solar es más frecuente, por tanto las recomendaciones se dirigirán en este sentido:

  • Extremar las precauciones en zonas de baño, evitando juegos imprudentes y empujones.
  • Usar calzado adecuado si el pavimento es deslizante.
  • Evitar los saltos en piscinas, trampolines y zonas rocosas.
  • Protegerse del sol, usando cremas con factor de protección superior a 15, aplicarlas unos 20 minutos antes de acudir a la playa, repetir la aplicación al exponerse al sol y cada 10 ó 20 minutos, si fuera necesario.
  • Usar gorras, camisetas y gafas de sol.
  • Mantenerse constantemente hidratado, bebiendo agua o zumos de frutas naturales. Evitar los refrescos gaseosos, azucarados o alcohólicos. No fumar.
  • Ser responsable y solidario.

Las Personas Mayores y el Calor

Los cambios ambientales de temperatura, inciden en la salud de las personas, de forma significativa. Algunos hechos epidemiológicos así lo prueban. Tan sólo en EE UU fallecieron en el período comprendido entre 1979 y 1999, más de 8.000 personas a consecuencias del calor ambiental extremo.

Tomar precauciones frente al calor y reducir las cifras de afectados es posible. Aquí encontrará algunas explicaciones y recomendaciones que puede tomar en cuenta.

El calor ambiental, por encima de las denominadas temperaturas umbrales y que en Canarias se han fijado, para Santa Cruz de Tenerife en 32,5 grados centígrados de máxima y 23,1 de mínima y para Las Palmas en 30 grados centígrados de máxima y 22,7 de mínima, cuando se mantiene más de tres días seguidos produce especialmente en las personas mayores de 65 años, cambios fisiológicos que conviene conocer y prevenir.

¿Por qué los mayores se afectan más por el calor?

A medida que avanza la edad, los sistemas termorreguladores del organismo se vuelven menos sensibles: la piel pierde parte de sus terminaciones o estas disminuyen la sensibilidad al calor, el centro regulador de la temperatura en el Sistema Nervioso Central, se desajusta, especialmente si hay causas coadyuvantes como hipertensión, diabetes o ciertas demencias. A esto habría que sumar el efecto de la medicación habitual para el tratamiento de esas dolencias u otras posibles. Esto hace que la percepción de la temperatura exterior y de la propia temperatura corporal se pierda.

¿Cómo afecta el calor a las personas de edad avanzada?

Aparte del consabido malestar que una temperatura ambiente, unida a un grado de humedad alto o excesivamente bajo provoca, la pérdida del grado de autonomía que acompaña al paso de los años, la desnutrición, la obesidad, las lesiones o enfermedades previas, aumentan el riesgo del calor en esta población.

Con independencia de los factores individuales, la persona que sufre los efectos del calor empieza a notar una serie de cambios que comienzan con la elevación de la temperatura corporal (la piel se calienta y sonroja); el sudor se vuelve “pegajoso” y puede acabar perdiéndose; la sed puede aparecer en mayor o menor grado, dependiendo de la indemnidad de este mecanismo; la micción disminuye y la persona va dejando de orinar progresivamente. Si a estas alturas no se ha repuesto el líquido perdido por evaporación empiezan los primeros signos de deshidratación, como la cefalea o dolor de cabeza, el mareo, la confusión, los vértigos y toda una cadena de síntomas que se desarrollan hasta dar las primeras manifestaciones clínicas alarmantes.

Los principales síndromes que caracterizan la afectación por el calor en los mayores son:

GOLPE DE CALOR.

El golpe de calor es la más grave de las enfermedades relacionadas con el calor. Ocurre cuando el cuerpo pierde la capacidad de controlar su temperatura: la temperatura del cuerpo aumenta rápidamente, falla su capacidad de sudoración y no logra enfriarse.

La temperatura del cuerpo sube a 41 °C o más en 10 a 15 minutos.

El golpe de calor puede provocar la muerte o algún tipo de discapacidad permanente si no es tratada de inmediato.

El golpe de calor, puede reconocerse por los siguientes síntomas:

  •  Temperatura corporal extremadamente elevada (por encima de 39.5 °C).
  • Piel enrojecida, caliente y seca (sin sudor).
  • Pulso rápido y fuerte.
  • Dolor de cabeza palpitante.
  • Mareo.
  • Náuseas.

AGOTAMIENTO POR CALOR.

El agotamiento por calor es una enfermedad de gravedad leve o moderada, producida por la exposición al calor ambiental durante varios días.

Los factores ambientales, ausencia de reposición de líquidos, vestidos inadecuados, etc. pueden provocar y agravar el síndrome de agotamiento por el calor.

El cuadro sintomático del calor, puede reconocerse por:

  • Sudor copioso
  • Palidez
  • Calambres musculares
  • Cansancio
  • Debilidad
  • Mareo
  • Dolor de cabeza
  • Náuseas o vómitos
  • Desmayo
  • Piel: puede estar fría y húmeda
  • Pulso: rápido y débil
  • Respiración: rápida y superficial

¿Cómo prevenir los efectos del calor?

  • Tomar bebidas frías, no alcohólicas y sin cafeína. (Si su médico le limita en general la cantidad de líquido que puede beber o le ha recetado pastillas diuréticas, pregúntele cuánto debería beber durante los días de calor. Además, evite las bebidas muy frías porque pueden causar calambres).
  • Descansar.
  • Ducharse, bañarse o tomar baños de esponja con agua fría.
  • Si es posible, buscar un lugar con aire acondicionado, por ejemplo, un centro comercial.
  • Ponerse ropa ligera.
  • Si es posible, permanecer en interiores durante las horas más calurosas del día.
  • No realizar actividades extenuantes.

Qué hacer para proteger a sus familiares y vecinos de edad avanzada:

Si tiene familiares o vecinos de edad avanzada, usted puede ayudarlos a protegerse del estrés causado por el calor:

  • Visite a los adultos de edad avanzada vulnerables al menos dos veces al día y observe si presentan signos de agotamiento por calor o golpe de calor.
  • Llévelos a sitios con aire acondicionado si tienen problemas de transporte.
  • Asegúrese de que los adultos de edad avanzada tengan acceso a un ventilador eléctrico, cuando sea posible.
  • Infórmese sobre los servicios de Teleasistencia para mayores en Cruz Roja, Cabildos o Ayuntamientos.

Cómo ayudar a alguien con estrés por calor:

Si observa cualquier signo serio de estrés por calor, puede que se trate de una emergencia mortal. Solicite ayuda médica inmediata en el teléfono de emergencias 112

Pida asesoramiento sobre la situación al teléfono de Cruz Roja 900 22 22 99

Mientras usted empieza a enfriar a la persona afectada. Haga lo siguiente:

  • Lleve a la persona a una zona fresca o a la sombra.
  • Enfríe a la persona rápidamente con cualquier método a su alcance. Por ejemplo, introduzca a la persona en una bañera con agua fría o bajo una ducha fría; rocíela con agua fría con una manguera; aplíquele agua fría en todo el cuerpo con una esponja; o, si hay poca humedad, envuelva a la persona en una sábana fría y mojada y abaníquela vigorosamente.
  • Vigile la temperatura corporal y siga tratando de enfriar a la persona hasta que su temperatura descienda (entre 38°C y 39°C).
  • No le dé a la persona bebidas alcohólicas.

Preguntas y Respuestas para la prevención del Cáncer de Piel

¿Qué es el "cáncer de piel"?

Es un conjunto de lesiones de las células de la piel, en las que se han producido transformaciones en su material genético (ADN), y que se manifiestan de diferentes formas según su naturaleza, pero siempre con un crecimiento anárquico e invasivo cuando no reciben tratamiento para su control.

¿Por qué se produce el cáncer de piel?

De los diferentes tipos de cáncer que afectan a la piel, unos se producen por la exposición a las radiaciones solares, otros tienen diferentes orígenes, entre los que se encuentran los producidos por virus, productos químicos, los ligados a determinadas enfermedades o a radiaciones no solares.

¿Qué tipos de cáncer de piel se relacionan con el sol?

Los cánceres de la piel, relacionados con la radiación solar, pueden clasificarse en dos grandes grupos: los epiteliomas basocelulares (muy frecuentes y generalmente poco graves cuando se diagnostican y tratan precozmente), los epidermoides, de mayor gravedad, aunque también de buen pronóstico si se someten a control dermatológico y los melanomas, el menos frecuente, pero más grave de todos los cánceres de la piel y uno de los más letales, en general.

Mientras que los epiteliomas, se relacionan con una exposición reiterada al sol, a lo largo de años, los melanomas, parecen tener origen en una exposición excesiva al sol, capaz de producir ampollas en la piel, especialmente en la infancia.

¿Por qué es tan grave el melanoma?

Por su velocidad de crecimiento una vez iniciado, por su poder invasivo de los tejidos cercanos y distantes, por su resistencia a los tratamientos y por el escaso margen que deja entre una lesión precancerosa y su malignización. Todo ello, lo convierte en uno de los tumores capaces de producir mayor mortalidad. De ahí la importancia de la prevención y del diagnóstico precoz.

¿El cáncer de piel, puede evitarse?

La mayoría de los cánceres de piel podrían evitarse, evitando la quemadura solar, especialmente en la edad infantil, no exponiendo nunca a los niños menores de dos años directamente al sol y protegiendo a los mayores con ropas adecuadas, gorras o sombreros de ala ancha, cremas con factores de protección solar y no prolongando el tiempo de exposición más allá de lo permitido, según los índices de radiación y de protección. Estos índices varían, según las zonas geográficas, las horas del día, las estaciones y otras circunstancias climatológicas, así como el tipo de piel, edad y sexo de las personas.

Asesórese para conocer su grado de susceptibilidad al sol y los métodos de protección.

Las personas adultas, que por razón de oficio como agricultores o marineros, estén muy expuestos al sol, deben igualmente tomar precauciones, usando sombreros, ropas, gafas y cremas protectoras. Algunas lesiones, como las queratosis actínicas (una especie de costras típicas en el cuero cabelludo) pueden malignizarse si se dejan a su libre evolución.

Tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Por regla general, deben utilizarse cremas con factor de protección igual o superior a 15. La primera aplicación, veinte minutos antes de exponerse al sol, repitiendo las aplicaciones con frecuencia, sobre todo después de sudar copiosamente o del baño. Aún así, tenga en cuenta que la protección no es absoluta. Utilícelas, incluso en días nublados, a primeras y a últimas horas del día.
  • No utilice cabinas bronceadoras, ni lámparas ultravioletas para broncearse.
  • No dé lugar a que la piel se enrojezca y suspenda la exposición al sol, tan pronto note enrojecimiento de la piel.
  • Evite por todos los medios, la quemadura solar con formación de ampollas, especialmente en los niños.
  • Sea especialmente prudente, en los primeros días de veraneo o al viajar a zonas con alto índice de radiación ultravioleta.

¿Cuándo está indicada la consulta médica?

Deberá someterse lo antes posible a revisión dermatológica toda lesión en la piel que evolucione de forma anormal, creciendo, sangrando, con dificultades para la cicatrización, cambiando de color o forma, especialmente aquellas que muestran una superficie brillante, elevada o deprimida, presentan bordes irregulares o aparezcan sobre un lunar previo.

Las personas albinas, las de piel muy blanca y ojos claros o las que presenten múltiples pecas o lunares, deben realizar al menos una visita al especialista, lo antes posible, para recibir el asesoramiento adecuado.

Cuándo desconozca las medidas de protección o presente un riesgo alto de sufrir lesiones en la piel por la radiación solar.

¿Dónde puedo encontrar más información sobre la prevención del cáncer de piel?

Los Equipos de Atención Primaria del Servicio Canario de la Salud, en su Centro de Salud habitual, resolverán la mayoría de sus consultas. Si fuera necesario, le remitirán a los servicios especializados de Dermatología.

Cada año, se dedica un día al diagnóstico precoz del melanoma: la Jornada Nacional de Diagnóstico Precoz del Melanoma, organizada por la Academia Española de Dermatología y Venereología, difundida a través de los medios de comunicación. Usted puede acceder a estas revisiones, solicitándolo oportunamente.

El Servicio de Epidemiología y Promoción de la Salud, de la Dirección General de Salud Pública, proporcionará información sobre la presente campaña

Recomendaciones para Planificar las Vacaciones

ANTES DE SALIR

Programar las vacaciones de verano, es una garantía de tranquilidad y seguridad. Efectúe un estudio previo de sus necesidades y adáptese a sus posibilidades. Tenga en cuenta los principales riesgos y las recomendaciones para evitarlos.

VACACIONES EN CASA

Pasar las vacaciones en casa, puede ser una alternativa tan válida como cualquier otra, si se hace como una opción deseada, se tienen las condiciones de habitabilidad necesarias y se planifica el tiempo de ocio.

Duerma al menos ocho horas diarias y una siesta de 20 ó 30 minutos al día: Descanse lo suficiente.

Mantenga una actividad física suficiente, incorporando paseos y, si es posible, 1/2 hora de ejercicio físico o actividad deportiva, como correr, nadar, pasear en bicicleta, hacer juegos de balón o raqueta, etc: Evite el sedentarismo.

Beba agua con frecuencia: al menos 1,5 litros diarios, por término medio. Protéjase del sol y del calor.

Haga cuatro comidas al día, sin saltarse ninguna, pero que no sean copiosas. Asesórese sobre sus necesidades nutricionales y no coma ni más ni menos de lo necesario. Pésese una vez a la semana y mantenga su peso adecuado:

Peso adecuado = Peso real / talla x talla

IMC = Peso (kilos) : talla x talla (metros) = 20 - 25

Aliméntese racionalmente.

Hágase un programa de entretenimiento: leer, dibujar y pintar, juegos de mesa, pequeñas reparaciones, bricolage (tenga cuidado con pinturas, barnices, disolventes y herramientas de corte).

Evite hacer grandes obras en vacaciones y pasar demasiadas horas frente a la televisión o el ordenador.

Disfrute su tiempo con la familia y los amigos. Manténgase ocupado, sin agobios.

Sea prudente con el uso del fuego en cocinas y barbacoas, controle los aparatos eléctricos y evite los ruidos innecesarios o la música excesivamente alta.

Los accidentes domésticos pueden evitarse, casi siempre: Mantenga su casa con los elementos de seguridad necesarios y no olvide cerrar puertas y ventanas antes de salir. Prevenga los accidentes domésticos.

Los animales domésticos, también necesitan vacaciones: dedíqueles el tiempo que quizás les falte en otra época. Disfrute de los animales domésticos.

VIAJAR POR CARRETERA

Si piensa trasladarse en coche propio, tenga en cuenta que el vehículo debe estar en perfectas condiciones antes de salir: hágale una revisión y puesta a punto.

El conductor, es la "pieza" más importante del automóvil:

Asegúrese de estar en condiciones físicas y saludables, antes de conducir.

No conduzca en ayunas, ni inmediatamente después de comer abundantemente.

No conduzca con sueño o bajo los efectos de medicamentos hipnóticos o sedantes.

Tenga especial cuidado si está tomando ansiolíticos, antihistamínicos, analgésicos o antiinflamatorios.

El uso de dispositivos de seguridad: cinturones y porta bebés, triángulos y chalecos reflectantes... es obligatorio; provéase de ellos antes de salir.

En ciclomotores es obligatorio el uso del casco.

Una bebida cafeinada, puede ser adecuada antes de un viaje largo, pero no abuse del café ni de otras bebidas excitantes.

Por supuesto, no conduzca bajo los efectos del alcohol o de otras drogas: Si bebe no conduzca

Haga una conducción relajada pero atenta, solidaria y responsable. Recuerde el objetivo:

VIAJAR - VIVIR - VOLVER

VIAJES NACIONALES

No olvide desplazarse con sus documentos identificativos para el acceso a los servicios sanitarios y sociales.

Si es propenso a marearse, provéase de medicamentos para el mareo si viaja en barco o tren.

Infórmese de los lugares que va a visitar, disfrutará más de ellos y le será más fácil localizar los servicios que necesite.

Si está en tratamiento médico, recuerde llevar consigo un informe sanitario y la medicación que precise, al menos para los primeros días.

VIAJES INTERNACIONALES

Consulte al menos con un mes de antelación, en su centro de Atención Primaria de Salud o en los Servicios de Sanidad Exterior, si necesita vacunarse o tomar medicamentos preventivos.

Antes de hacer un viaje dentro de la Unión Europea, solicite la Tarjeta Sanitaria Europea. Para otros países asegúrese de que existen convenios de asistencia sanitaria con España o hágase un seguro privado de enfermedad y accidentes.

La vacunación contra la Hepatitis B y la fiebre tifoidea al viajar a Africa, Sudamérica y Asia es recomendable.

Evite beber agua no embotellada, refrescos preparados con agua no embotellada o hielo y no consuma alimentos crudos de origen animal.

Preferentemente, consuma agua embotellada con gas. Es más segura.

Si es posible, lave con agua potable y desinfecte las frutas y verduras antes de tomarlas.

Las ensaladas y verduras crudas, deben lavarse y desinfectarse antes de su consumo.

Si viaja sin acompañantes, informe a alguien de su localización y propósitos .

Recuerde llevar consigo sus documentos identificativos, teléfono móvil, y números de contacto para emergencias.

Si viaja con niñas o niños, no olvide nunca llevar agua consigo, los medicamentos y alimentos que precise, protectores solares y repelentes de insectos. También un termómetro de uso infantil.

Los menores de doce años, deben viajar protegidos por dispositivos de seguridad en los vehículos.

En caso de traumatismos aplique frío sobre la zona, inmovilícela y solicite asistencia sanitaria.

Si viaja con animales mascotas, infórmese antes de las recomendaciones y obligaciones para su transporte.

Asegúrese de que no les falte el agua y alimento.

Provéase de los medios de sujeción, aislamiento y seguridad necesarios para evitar lesiones o mordeduras.

Procure que sus mascotas no molesten a las personas que están a su alrededor, evite que ensucien las calles y aceras llevando bolsas para la recogida de excrementos.

No entre con animales en establecimientos de alimentación para personas. Si es usted fumador, recuerde que el humo del cigarrillo también es nocivo para los animales.

RECOMENDACIONES GENERALES

Evite convivir en lugares hacinados o permanecer próximo a personas que tosan.

No toque nunca sin guantes la sangre de otras personas.

No mantenga relaciones sexuales sin hacer uso de preservativos.

Mantenga una higiene general extremada.

Beba sólo agua potable segura y no consuma alimentos crudos de origen animal.

Evite fumar: Su salud, la de otras personas, los animales y el medio ambiente, se lo agradeceremos.

Las Personas Enfermas y el Calor

LAS PERSONAS ENFERMAS Y EL CALOR

De todas las personas expuestas al calor ambiental extremo, quizás son los enfermos, los que presentan un riesgo más alto de complicaciones. Lógicamente, cuando a la enfermedad, se suman otros factores como la edad temprana (bebés) o tardía (ancianos), las consecuencias del calor pueden ser realmente fatales.

En general las personas enfermas van a requerir dos tipos de precauciones, de cara a evitar los riesgos de la elevación de las temperaturas en verano, por encima de un determinado umbral, que se ha fijado en Las Palmas en 30 ºC de máxima y 22,7 de mínima y en Santa Cruz de Tenerife en 32,5 y 23,1 grados centígrados.

Los principales peligros que acechan a los enfermos en verano son el golpe de calor y el agotamiento por el calor. Estos pueden estar propiciados por la enfermedad subsistente o por la medicación para combatirla.

¿Qué es el golpe de calor?

El golpe de calor es la más grave de las enfermedades relacionadas con el calor. Ocurre cuando el cuerpo pierde la capacidad de controlar su temperatura: la temperatura del cuerpo aumenta rápidamente, falla su capacidad de sudoración y no logra enfriarse. La temperatura del cuerpo sube a 41 °C o más en 10 a 15 minutos.

El golpe de calor puede provocar la muerte o algún tipo de discapacidad permanente si no es tratada de inmediato.

El golpe de calor, puede reconocerse por los siguientes síntomas:

  • Temperatura corporal extremadamente elevada (por encima de 39.5 °C).
  • Piel enrojecida, caliente y seca (sin sudor).
  • Pulso rápido y fuerte.
  • Dolor de cabeza palpitante.
  • Mareo.
  • Náuseas.

¿Qué es el agotamiento por el calor?

El agotamiento por calor es una enfermedad de gravedad leve o moderada, producida por la exposición al calor ambiental durante varios días.

Los factores ambientales, ausencia de reposición de líquidos, vestidos inadecuados, etc. pueden provocar y agravar el síndrome de agotamiento por el calor.

El cuadro sintomático del calor, puede reconocerse por:

  • Sudor copioso
  • Palidez
  • Calambres musculares
  • Cansancio
  • Debilidad
  • Mareo
  • Dolor de cabeza
  • Náuseas o vómitos
  • Desmayo
  • Piel: puede estar fría y húmeda
  • Pulso: rápido y débil
  • Respiración: rápida y superficial

Además, un problema leve, pero que afecta a muchas personas en verano y molesta sensiblemente a los enfermos es el sarpullido por el calor, consistente en una irritación de la piel ocasionada por el sudor excesivo en un clima caliente y húmedo. Puede ocurrir a cualquier edad, pero es más común entre los niños pequeños. El sarpullido por calor tiene la apariencia de un conjunto de granitos enrojecidos o de pequeñas ampollas. Es más probable que aparezca en el cuello, la parte superior del pecho, las ingles, las axilas, debajo de los senos y en los pliegues de los codos. Para combatirlo, simplemente, mantenga las zonas más sensibles limpias y secas, no utilice cremas ni pomadas no prescritas por un especialista, aire la zona cuanto le sea posible. No utilice desodorantes en aerosoles.

¿Qué enfermos presentan más riesgo por el calor ambiental extremo?

  • Las personas obesas, hipertensas, con enfermedades cardiovasculares, diabéticas, con problemas crónicos de riñón, con patologías respiratorias (bronquitis, asma, enfisema o la combinación de estas tres: E. P. O. C.), con enfermedad de Parkinson, depresión, enfermedad de Alzhaimer, Epilepsia, ciertas demencias, alcohólicos; así como aquellas que padezcan diarreas subagudas o crónicas; las que estén padeciendo síndromes diarréicos o febriles, forman el grupo principal de enfermos susceptibles o de mayor riesgo.
  • Singularmente, los ancianos frágiles, los pacientes terminales, los pacientes inmovilizados y los niños, especialmente los menores de un año.

El embarazo no es una enfermedad, pero puede suponer un factor de riesgo añadido, por lo que toda mujer embarazada debe adoptar precauciones, no fatigándose y manteniéndose bien hidratada.

¿Qué medicamentos pueden agravan la patología por el calor?

Cualquier medicamento que se excrete o elimine por el riñón o altere la diuresis (salida de la orina), que afecte al sistema nervioso central, que produzca depresión respiratoria o que altere el ritmo cardiaco o respiratorio, puede, potencialmente complicar el efecto de las altas temperaturas ambientales en las personas.

Más concretamente, deben observarse precauciones especiales si se están tomando drogas psicotrópicas, que afectan el funcionamiento psíquico, la conducta o la experiencia; medicamentos contra la enfermedad de Parkinson, ya que pueden inhibir la transpiración; tranquilizantes, ansiolíticos, antidepresivos, diuréticos, broncodilatadores o medicamentos para el corazón.

¿Cómo prevenir problemas por el calor en las personas enfermas?

Solicite asistencia médica para el paciente, si aun no lo ha hecho.

Asegúrese de tener pautas claras para el consumo de medicamentos y condiciones de conservación de estos. En algunos casos, puede ser necesario un reajuste de las dosis o tipo de medicamentos prescritos con anterioridad.

Mantenga al enfermo bien hidratado, dándole a beber agua y líquidos si no hay contraindicación médica.

Los pacientes con patologías respiratorias obstructivas, como asma o bronquitis, necesitan además un ambiente libre de polvo ambiental o doméstico y de un grado de humedad ambiental suficientemente alto. Evite la sequedad del aire y suprima todo tipo de objeto que acumule polvo en la habitación.

Limite las visitas, si es necesario.

Consiga las mejores condiciones ambientales posibles, aireando la habitación con ventiladores o aire acondicionado, cuando estén permitidos por los facultativos.

Use colchón, almohadas y ropa de cama adecuadas al enfermo, frescas, de colores claros y tejidos naturales.

Mantenga a las personas enfermas bajo vigilancia en todo momento.

Si se trata de familiares o vecinos que viven solos, interésese por su salud al menos dos veces al día o solicite atención social para ello. Los servicios de Teleasistencia sostenidos por Cruz Roja, Ayuntamientos o Cabildos, serán de gran ayuda en el caso de los mayores. Infórmese sobre este aspecto y otras atenciones llamando a Cruz Roja, servicio gratuito de 24 horas, en el teléfono: teléfono de Cruz Roja 900 22 22 99.

Si observa síntomas que le hagan sospechar que el paciente presenta un golpe de calor, solicite asistencia médica inmediata, llamando al teléfono de emergencias 112, mientras usted empieza a enfriar a la persona afectada. Haga lo siguiente:

  • Lleve a la persona a una zona fresca o a la sombra.
  • Enfríe a la persona rápidamente con cualquier método a su alcance. Por ejemplo, introduzca a la persona en una bañera con agua fría o bajo una ducha fría; rocíela con agua fría con una manguera; aplíquele agua fría en todo el cuerpo con una esponja; o, si hay poca humedad, envuelva a la persona en una sábana fría y mojada y abaníquela vigorosamente.
  • Vigile la temperatura corporal y siga tratando de enfriar a la persona hasta que su temperatura descienda (entre 38°C y 39°C).
  • No le dé a la persona bebidas alcohólicas.