Obras de teatro para títeres

El pato y el gato

Narrador: Ese día la familia estaba junta. Decidieron nadar un poco. Los hermanos hicieron una competición para ver quién aguantaba más tiempo bajo el agua.

Pato 1: ¡Voy a ganar yo!

Pato 2: ¡Nooo, ganaré yo!

Pato 3: Me toca bucear.

Mamá pato: Hijos, no se peleen.

Pato 1: Vale te toca.

Pato 3: Glu, glu, glu.

Mamá pato: Vamos, hijos, que nos tenemos que ir.

Pato 2: Vale, vamos.

Pato 1: OK.

Pato 3: (Sale del agua) ¿Mamá? (Va a la orilla desconcertado) ¿Mamá? (gritando).

Gato: (Se despierta y levanta la cabeza en dirección al grito).

Pato 3: (Ve el gato y sale corriendo) ¡Aaaah!

Gato: Mmmm, tengo hambre (persigue al pato).

Pato: (Esquiva una trampa) ¡Aaaah! (gritando)

Gato: (Cae en la trampa) Ayuda (gritando).

Pato: (Se queda mirando y mira al gato atentamente).

Gato: Si tú me ayudas, yo te ayudaré en lo que quieras.

Pato: Mmmm (pensando).

Gato: Por favor.

Pato: Jura que no me hará nada.

Gato: Vale, lo juro, lo juro.

Pato: OK. Espera un momento.

Gato: Date prisa.

Pato: (Tarda medio minuto. Viene con un palo) Aquí está.

Gato: (Sube por el palo) Gracias.

Pato: Ahora me ayudas tú.

Gato: ¿Qué es lo que necesitas?

Pato: no encuentro a mi familia.

Gato: Vale, vamos por aquí

(sigue el rastro).

Pato: ¡Mamá!

Mamá pato: ¡Hijo!

El mono Manolo

Narrador: Había una vez un mono llamado Manolo que vivía muy feliz en la selva. Un día escuchó que alguien necesitaba ayuda, era un pajarito que su madre se había ido para buscar comida, pero el pajarito se iba a caer y no sabía volar.

Manolo: Mira, pajarito, mueve las alas de esta forma.

Narrador: Manolo le daba instrucciones.

Pajarito: ¡Qué bien, funciona! (gritó el pajarito con una gran sonrisa).

Manolo: Estoy feliz de poder ayudarte.

Pajarito: Muchas gracias por tu ayuda ¿Qué tal si jugamos un poco? Por cierto, me llamo Penélope.

Narrador: Después de haber jugado con Penélope, se despidió de ella para luego irse el mono en dirección hacia los árboles con plátanos. Cuando llegó se subió con cuidado a las ramas, pero al intentar coger un plátano se resbaló de la rama haciendo que se rompa por un lado. Esto ocasionó que Manolo estuviera en peligro.

Manolo: ¡Ayuda! ¡Que me caigo! (dijo asustado).

Narrador: Por suerte su amiga Penélope lo escuchó y fue velozmente a ayudarlo.

Penélope: ¡Manolo! ¡Ya voy a ayudarte!

Narrador: Penélope le ayudó llevándolo otra vez a la tierra verdosa.

Manolo: Gracias, Penélope (dijo con una sonrisa para luego abrazarla)

Penélope: Solo te devolví el favor.

Narrador: Manolo había aprendido que ayudar era algo genial porque si los necesitas te ayudan y ¡haces amigos nuevos!

Esta entrada fue publicada en Inicio. Guarda el enlace permanente.