«Platero es pequeño, peludo, suave, tan blanco por fuera, que se diría todo de algodón…». Así comienza uno de los relatos más leídos de la historia, que este año celebra su centenario y que vio la luz de forma fortuita en 1914, gracias a un enfado entre su autor, Juan Ramón Jiménez, y Zenobia Camprubí.
El burrito más famoso, ya se ha hecho centenario en 2014, y en este año que ahora comienza se le rendirán honores con más de un centenar de actividades, y él volverá a ver las flores y las estrellas que le prometió su autor, en el llamado «Año de Platero».
Un congreso internacional en noviembre, reediciones, una edición especial con dibujantes de todo el mundo, lecturas, un recorrido por Moguer con un circuito «juanramoniano», una exposición al aire libre, conferencias, música y nuevas traducciones, entre ellas al catalán, marcarán una programación que tendrá extensión local, provincial, nacional e internacional.
«Platero y yo» es un texto en prosa poética estético, moral y espiritual para adultos y niños. «Juan Ramón lo escribió sobre 1908 o 1909 y tenía muchos capítulos, y él lo que tenía previsto era acortarlo para los niños», matiza la heredera del poeta.
Platero, hecho de acero y plata de luna, es toda una fábula, un relato sobre la vida de Moguer cuando el poeta era niño; sus calles y sus gentes, y sobre el ciclo de la vida en general. Un texto lleno de símbolos, sugerencias y metáforas, como las mariposas, la luna, la muerte, la sangre, el amor o el dolor e incluso la locura.