Zenaida Tejera Simón (Psicología, de 2º C de Bachillerato):
La sugestión es un proceso psicológico mediante el cual las personas son manipuladas a través de una escena, una imagen, una palabra o una situación. Muchas veces se asocia la sugestión al dominio que un individuo ejerce sobre la voluntad de otro sujeto, haciendo que éste actúe condicionado por el pensamiento o la influencia del primero. Por ejemplo, tomemos el caso de un niño que, en una noche de tormenta, escucha las historias de terror que le narra su hermano mayor. Horas más tarde, cuando el niño se encuentra solo en su dormitorio, escucha un trueno y comienza gritar, convencido de que se trata de un monstruo que se acerca a su casa. En este caso, la reacción del niño obedece a la sugestión que experimenta por culpa de los relatos de su hermano.
Como puede apreciarse en el ejemplo anterior, un elemento fundamental para que funcione la sugestión es la co
nfianza en el otro. No es extraño que los niños tomen a las personas mayores como puntos de referencia y por eso suelen confiar ciegamente en sus palabras, algo que muchas veces les trae consecuencias negativas.
Cuando la sugestión alcanza niveles muy profundos, quien la sufre puede llegar a perder el control de su vida y quedar en manos de quien lo ha influenciado, dejando de lado sus propios intereses y actuando solamente para satisfacer los ajenos.
La sugestión puede asociarse a un proceso que tiene lugar en el plano psicológico y que se vincula a la manipulación. Muchas veces se indica que la hipnosis trabaja con la sugestión: el hipnotizador, a través de la sugestión, consigue que la persona perciba ciertos actos como si los desarrollara de forma involuntaria. Dicha percepción, en realidad, está sugestionada y condicionada por la labor del hipnotizador.
La sugestión hipnótica ha sido utilizada principalmente con fines terapéuticos, pero su eficacia es limitada. Cuando un tratamiento de hipnosis fracasa, suelen entrar en juego diversos factores, como la poca predisposición natural del paciente, su falta de confianza en el profesional o en el procedimiento en sí, su dificultad para relajarse y concentrarse en las indicaciones que recibe o bien la falta de autoridad del hipnotizador. La sugestión que se vive mediante la hipnosis suele ser foco de burlas, y esto lleva a muchas personas a considerar esta técnica una farsa. Esta percepción general también afecta negativamente la práctica.
Existe un tipo de sugestión, que es la que el individuo ejerce sobre sí mismo, de forma más o menos deliberada, llamada la autosugestión. El mismo sujeto intenta inducirse a incorporar en su mente una idea o sensación. Además, existe un subtipo en la autosugestión. Se trata de la autosugestión involuntaria, que ocurre cuando un individuo, sin quererlo, termina convenciéndose a sí mismo de una idea y, a veces, se trata de una idea indeseada. La autosugestión, especialmente la involuntaria, está más presente en nuestras vidas de lo que quisiéramos. Una gran parte de lo que pensamos no es más que un conjunto de creencias, sin mayor fundamento.
En conclusión, considero que la sugestión puede llegar a ser más poderosa que cualquier otro tipo de pensamientos, ya que predispone al sujeto a una determinada acción y, a la larga, termina modificando su comportamiento.