Los niños y las niñas no nacen sabiendo qué son y cómo gestionar sus emociones. La frustración, el enfado, la rabia o la ira son ejemplos de emociones habituales y difíciles de manejar. Muchas veces la aparición de estas emociones viene provocada por la incapacidad de solucionar los conflictos que tienen con los demás, y por lo cual en ocasiones se recurre a medios incorrectos para resolverlos como el enfrentamiento físico y/o verbal.
En nuestro centro, como en cualquier otro, surgen a diario conflictos entre el alumnado. Puntos de vista, opiniones, ideas, gustos e intereses diferentes que generan desacuerdos. Son muchas personalidades diferentes que pasan muchas horas juntas, es inevitable que en su convivencia surjan conflictos.
A través del área Convivencia y Bienestar del alumnado del centro se ha puesto en marcha en las aulas el «RINCÓN BOCA-OREJA (hablo-escucho)», un sistema que busca darle al alumnado la posibilidad de aprender a manejar sus emociones utilizando el diálogo como medio para resolver los conflictos.
En este espacio el alumnado que ha vivido un conflicto y tenga predisposición a solucionarlo, se sitúa en el lugar de la boca y explica qué ha ocurrido y cómo se siente. Mientras tanto, la otra persona implicada en el conflicto se sitúa en el lugar de la oreja, por lo que solo puede escuchar lo que la boca dice, sin intervenir.
En cuanto el primer alumno o alumna ha finalizado de exponer su opinión, es el momento de pasar a escuchar. Y será la otra persona la que ahora exponga sus ideas. Se repetirá el intercambio de posiciones hasta que se llegue a un acuerdo.
De esta manera además de resolver el conflicto, llegando a un entendimiento y comprendiendo que la mejor forma de solucionar los problemas es el diálogo, también se consigue que el alumnado :
- Aumente su autonomía, lo cual les genera mayor confianza y como consecuencia una mayor responsabilidad.
- Mejore la escucha y respete el turno de palabra.
- Desarrolle la empatía aprendiendo a valorar y a aceptar las diferentes opiniones, a pesar de no tener que estar de acuerdo con ellas.