AUTOR: Juan Ramón Jiménez, adaptación de Concha López Narváez.
EDITORIAL: ANAYA.
ARGUMENTO:
“Platero no era un burro como los demás. Era pequeño, gris, suave, y sus ojos brillaban como dos cristales negros. Con su amigo Juan Ramón, iba a pasear al campo, se tumbaba en la hierba, ayudaba a quien lo necesitaba, y jugaba con los niños del pueblo.”