Historia volcánica de La Gomera

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Historia volcánica de La Gomera

Historia volcánica de La Gomera
Mapa de localización
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Ubicación Geográfica
Océano Atlántico
Región Macaronésica
Archipiélago Islas Canarias
Coordenadas 28º06’54”N 17º13’30”W
Ubicación administrativa
País España
Comunidad autónoma Islas Canarias
Provincia Santa Cruz de Tenerife
Localidad Agulo, Alajeró, Hermigua, San Sebastián de la Gomera, Valle Gran Rey, Vallehermoso
Población
Capital San Sebastián de La Gomera
Población 21 798 hab. (2022)
Densidad 58,95 hab./km²
Gentilicio Gomero, gomera
Topografía
Superficie 369,74 km²
Extensión 36974 ha
Punto más alto 1487 m s. n. m.
 
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La Gomera es una de las islas occidentales del archipiélago volcánico de Canarias y una de las tres que poseen un complejo basal y “raíces” emergidas y observables a simple vista. El complejo basal se trata de la parte más antigua de la isla, sobre la que se formaron y depositaron el resto de estructuras y materiales durante los dos ciclos eruptivos posteriores. De esta manera, gracias a la erosión superficial, la excavación de profundos barrancos y la acción del fuerte oleaje sobre la línea de costa, se puede observar cada una de las formaciones geológicas y reconstruir la historia volcánica de la isla. Es la única isla del archipiélago que no ha sufrido actividad volcánica durante el periodo cuaternario.
La Gomera también es conocida gracias al Parque Nacional de Garajonay y su espacio protegido desde 1981 y 1986 por parte de la UNESCO, que recoge todo el patrimonio cultural, geológico y biológico, destacando su bosque húmedo de laurisilva, brezos y fayas.

Relieve, forma real de la isla y clima

La isla de La Gomera tiene una forma semicircular con un diámetro de aproximadamente 24 km. Su punto más alto es el Alto de Garajonay, ubicado en el centro de la isla, donde encontramos relieves abruptos, profundos barrancos y cañadas que se extienden hacia la costa en un patrón radial, todos relacionados con el sistema fluvial. Los acantilados dominan el perímetro de la isla, limitando la formación de playas a las desembocaduras de los barrancos más extensos. A pesar de la erosión costera, la isla mantiene su forma redondeada desde la superficie emergida hasta el lecho oceánico.
En la franja norte, correspondiente a la base de la isla y a los depósitos miocenos más antiguos, encontramos una plataforma costera desarrollada, mientras que, en la zona sur, la plataforma es menos pronunciada. El sector oriental de la plataforma carece de evidencias de los grandes deslizamientos que se observan en la superficie debido a la erosión causada por una fuerte corriente profunda que fluye entre La Gomera y Tenerife.
El clima de la isla se ve influido por los vientos alisios que provienen del noreste y descargan su humedad al chocar con los relieves centrales. Esta diferencia climática se refleja en la vegetación, que varía notablemente entre las vertientes norte y sur de la isla.

Formación de La Gomera

  1. Marco geológico: puede decirse que la isla de La Gomera y su morfología redondeada se deben a la formación de un gran volcán central que emitió material desde el fondo marino y creció hasta poder alcanzar la superficie, aunque solo el 10 % del volumen total emergió. El complejo basal más antiguo, puede ser observado en la zona norte, formado por rocas submarinas, plutónicas y subvolcánicas, junto a pequeños afloramientos sedimentarios. Sobre este complejo, se depositaron y cubrieron después el resto de materiales del primer y segundo ciclo volcánico. Mediante dataciones de los materiales del segundo ciclo magmático, parece ser que no ha existido actividad volcánica cuaternaria, pero investigadores cartógrafos hablan de posibles pequeñas erupciones durante este periodo. De cualquier manera, durante estos 2,35 últimos millones de años, la erosión ha dominado la isla y ha ido desmantelándola.
  2. Dominios geológicos: en la isla, hay tres tipos de rocas que forman diferentes áreas:
    • Complejo Basal: rocas antiguas que sirven como base para las demás. Representan alrededor del 15 % de la isla.
    • Complejo Traquítico-Fonolítico: pequeñas áreas con rocas ácidas importantes desde el punto de vista geológico.
    • Dominio Subaéreo: la mayor parte de la isla, con coladas basálticas antiguas cerca del complejo basal y más recientes hacia el sur.
  3. Estratigrafía general: teniendo en cuenta las observaciones de campo y análisis geoquímicos de las muestras recogidas, se definen tres grupos geológicos:
    • Complejo basal: rocas básicas y ultrabásicas, lavas y piroclastos básicos del Mioceno. También incluye diques y ciclos volcánicos subaéreos.
    • Primer Ciclo Volcánico (Mioceno): tres secciones de coladas basálticas, con una mezcla traquítico-fonolítica en el medio y la parte superior. Las secciones inferiores tienen basaltos almohadillados y niveles caóticos de brechas en la parte superior. La sección intermedia está compuesta en su totalidad por brechas y contiene inyecciones de magmas traquíticos y fonolíticos. La sección superior tiene coladas basálticas.
    • Segundo ciclo volcánico (Plioceno): consta de coladas basálticas y lavas intermedias que se mezclan con intrusiones y lavas "sálicas". A veces, estas lavas del segundo ciclo se superponen a las del primer ciclo. Además, se observan episodios basálticos tardíos que no se ajustan a este ciclo.
  4. Complejo Basal: es el conjunto de rocas submarinas y subvolcánicas que sirve como base para el resto de las erupciones volcánicas, incluye tobas y lavas basálticas afectadas por fluidos hidrotermales, rocas "sálicas" subvolcánicas, rocas plutónicas básicas, rocas sedimentarias de fondo oceánico y una densa red de diques.
  5. Primer ciclo volcánico
    • El edificio basáltico mioceno: según las dataciones realizadas, probablemente existió una pausa de los 15-12 Ma en las emisiones subaéreas, hasta que hace 11 Ma empezó este primer ciclo.
    • Tramo inferior: estas primeras emisiones miocenas se distribuyen alrededor y sobre los materiales del complejo basal (CB) y se trata de coladas basálticas que afloran en los fondos y laderas bajas de barrancos.
      En las zonas bajas del tramo se alternan las coladas con depósitos brechificados de deslizamiento emitidos por un estratovolcán. Además, existen diques verticales de composición básica dispuestos de forma radial respecto al CB, delimitado así el centro de emisión del volcán central.
    • Tramo medio: su contacto con el tramo inferior es discordante y claro, mientras que con el superior no lo es tanto. Aflora en las zonas elevadas del NO y en los laterales y fondo de barrancos en la vertiente oriental de la isla.
      Durante este ciclo se formó el gran estratovolcán y se consolidó la forma circular de la isla. De manera concéntrica respecto al centro de emisión se encuentran los materiales más antiguos cerca del mismo, y más recientes en las zonas externas. Se trata de tramos diferenciados de coladas alternas con brechas e intruidas después por el complejo traquítico-fonolítico.
      • Complejo Traquítico-Fonolítico (CTF): este complejo es único en Canarias y una de las unidades más características de La Gomera. Según las dataciones realizadas, se estima que tiene una edad de 7.5-6.4 Ma, ligeramente posterior al tramo medio. Está formado por brechas de diferentes tamaños y gran variedad en sus clastos. Son abundantes también los diques ácidos “sálicos” y la aparición de rocas sieníticas (rocas plutónicas de composición intermedia).
      • Diques sálicos: se trata de diques dispuestos de forma radial y cónica respecto al CTF que atraviesan el tramo medio. Tienen color claro, composición traquítica, anchura de 1-3 m, inclinaciones de entre 50º y verticales, y se encuentran alterados en la mayoría de los casos.
      • Roques: se trata de “agujas” de gran tamaño de materiales viscosos que rellenaron los conductos entre la cámara magmática y la superficie, y que se enfriaron lentamente bajo tierra porque no fueron capaces de salir. De esta manera, adquirieron una gran resistencia que les permite sobrevivir a los agentes erosivos en mayor medida, pudiendo destacar respecto al resto del terreno.
    • Tramo superior: es el que mayor extensión ocupa, sobre todo en los bordes sur y este. Se apoya discordante sobre las unidades previas y su contacto con los materiales posteriores del segundo ciclo volcánico también es discordante.
      Se trata de una superposición de entre 500 y 600 m de espesor vertical de coladas basálticas intercaladas con niveles piroclásticos, inclinados todos ellos hacia la costa (con buzamiento). Se trata de un edificio central del que surgen estructuras radiales y la disposición de los materiales es más moderna en las zonas externas.
    • Diques basálticos: orientados radialmente respecto al supuesto centro de emisión y abundantes en la costa noreste y noroeste.
    • Intrusiones
      • Sálicas monolíticas y/o traquíticas: se trata de morfologías de tipo aguja en la mayoría de los casos, como son los roques al oeste de San Sebastián (Agando, La Zarcita-Carmona, Ojila). Pero también existen morfologías mixtas de cúmulo-domo del que sobresale una aguja (como en Imada), o domo-colada (como en Aluce).
      • Angulares: su grado de alteración sugiere que sean anteriores a los sálicos. La intrusión de Benchijigua se trata de un ejemplo muy poco común de estructura intrusiva circular en basaltos miocenos y se asocia a numerosos filones intrusivos y estructuras de fallas como son las rocas brechificadas por el desplazamiento y/o espejos de falla pulidos por el deslizamiento de una superficie sobre la otra.
  6. Segundo ciclo volcánico: existió un periodo de pausa de 1 Ma entre ciclos, durante el que se vio favorecida la erosión y favoreció la formación de discordancias erosivas angulares entre los materiales inclinados previos y los horizontales posteriores a la erosión. Aunque existen zonas con contactos graduales en los que la separación entre ciclos es algo más complicada.
    Se trata sin duda de la formación geológica más extensa.
    • Los basaltos horizontales: estas formaciones se forman en diferentes pulsos eruptivos, con pequeños periodos de pausa entre ellos. Empiezan por tanto a finales del Mioceno, aumentan su importancia entre los 5 y 4 Ma, sufren una pausa de 1,25 Ma y tiene un último pulso entre los 2,8 y 2,35 Ma que finaliza con la formación subaérea de La Gomera.
    • Los Roques: son las estructuras más características de La Gomera y están estrechamente relacionadas con la erosión y desmantelamiento de las grandes estructuras eruptivas (conos y depósitos volcánicos). Gracias a la erosión, han quedado expuestas las chimeneas por las que el magma ascendía hasta la superficie, porque debido a su lento enfriamiento cuando no conseguían llegar a la superficie, adquirían una mayor resistencia.
      Raramente aparecen como estructuras individuales o “agujas”, lo más normal es que lo hagan en forma de grandes masas. Se puede observar la distribución de los roques

Historia geológica de La Gomera

La historia volcánica de la isla comenzó hace >10 Ma con la formación del complejo basal ya comentado, sobre este se formó hace 10 Ma un supervolcán en escudo que cubrió todo el complejo y aumentó la superficie de la isla que adquirió una morfología redondeada. Durante el periodo de calma posterior a la formación, la parte central del gran volcán colapsó y permitió la formación de grandes y amplios valles; estas zonas deprimidas fueron rellenadas durante el siguiente periodo eruptivo hace entre 4 y 5 millones de años que emitió mayor cantidad de material de forma activa y continua que rebosó el supervolcán por los amplios valles hasta llegar a la línea de costa y modificarla. Desde entonces, la isla no ha experimentado más actividad volcánica, por lo que los agentes erosivos han pasado a ser los procesos dominantes. La erosión se ha asociado a los desprendimientos y a la excavación de barrancos profundos desde la parte central de la isla, hacia la costa, dejando a la vista roques o pitones volcánicos, el complejo sálico de magmas más evolucionados de Vallehermoso e incluso redes de diques de hasta 3 kilómetros de longitud denominados “taparuchas”.

¿Sabías qué?

A pesar de haber sido incluidos los últimos registros de actividad de hace 2,8 y 2,35 Ma dentro del segundo ciclo eruptivo, se pueden diferenciar y caracterizar como una actividad tardía diferente porque existe un periodo de inactividad de 1,25 Ma de años entre estos y el episodio principal del segundo ciclo eruptivo y porque se trata de coladas basálticas horizontales que tienen una disposición y aspecto algo distintos.

Referencias

Recursos educativos digitales

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Autoría: ATE (Área Tecnológica Educativa)