ACAMPADA NÁUTICA ESCUELA DE VELA “JOAQUÍN BLANCO”

Durante los días 18, 19 y 20 de octubre, el alumnado de 4º ESO del IES Guanarteme realizamos una Acampada Náutica en la Escuela de vela “Joaquín Blanco”, situada en Puerto Rico, municipio de Mogán, en la isla de Gran Canaria.

Esta acampada náutica fue organizada por el departamento de Educación Física del Instituto. Nos acompañaron la profesora de Educación Física, Belén, y la profesora de Geografía e Historia, Lorena.

Salimos del Instituto rumbo a Puerto Rico a las 8:30 de la mañana y llegamos a nuestro destino sobre las 10:00 aproximadamente.

Lo primero que hicimos nada más llegar fue dejar nuestras cosas y dirigirnos a un aula, donde los monitores encargados de la acampada nos explicaron todas las normas de la escuela de vela. Sara Recio añade, “los monitores nos recibieron con entusiasmo, pues disfrutaban con tan sólo observar nuestras caras de alegría. A estos, les debemos nuestras maravillosas horas de risas interminables, de esas que te hacen marear. Definitivamente, iban a ser tres días cortos e intensos”.

Distribuimos las habitaciones y empezamos a realizar las actividades que estaban programadas para ese primer día. Para comenzar con las actividades, tuvimos que sacar todo el material necesario para poder realizarlas: óptimist, kayacs, raquero, … Luego, hicimos dos grupos: a un grupo les enseñaron qué hacer si trabucaban con el barco y al otro grupo, les enseñaron a envergar los óptimist.

Finalizada esta actividad, nos dieron tiempo libre para refrescarnos un poco en el agua dándonos unos baños.

Llegó la hora de la comida. Cuando finalizó el almuerzo, tuvimos un rato para descansar y recuperar fuerzas para la siguiente actividad.

Por la tarde, las actividades que realizamos fueron: Kayac, Optimist y Raquero. Para ello, los monitores nos dividieron en tres grupos y cada uno realizó una actividad hasta las 18:00, más o menos.

Una vez terminada estas actividades, nos fuimos a la playa a disfrutar del tiempo libre que nos dieron antes de cenar y concluimos el día realizando una gymkana por la playa y el muelle.

Este primer día fue el más suave de todos porque, al ser el día de llegada, realizamos menos actividades.

El segundo día nos despertamos a las 8:00. Nos dieron un riquísimo desayuno (unos panes calentitos y recién hechos altamente recomendables y muy solicitados hasta por los monitores) y comenzamos con las actividades.

Por la mañana tocó realizar las mismas actividades de la tarde del día anterior, Kayac, Optimist y raquero, pero cambiando los grupos de actividad. Al grupo que le tocó raquero, solamente realizó esta actividad durante la mañana. En cambio, los otros dos grupos fueron alternando las otras dos actividades.

Comimos y descansamos un rato.

Por la tarde, los dos grupos que durante la mañana hicieron Kayac y Optimist, realizaron la actividad de raquero, y el otro grupo, que por la mañana estuvo realizando raquero, se dedicó a las actividades de Optimist y paddel stand up.

Al finalizar, tuvimos tiempo libre para disfrutar un rato de la playa, cenamos y realizamos varias actividades de juegos de campamento para cohesionar, desinhibirnos y divertirnos, basados en juegos con música y nos divertimos mucho.

Por desgracia, llegó el último día. Nos lo estábamos pasando genial, pero no quedaba más remedio que regresar.

Sara Recio tiene la sensación de que “en un abrir y cerrar los ojos, el viernes amenazó con llegar, finalizando la experiencia. Al llegar a casa, agradecí a dos personas fundamentales en estos días, porque sin ellas, no hubiese ocurrido nada de esto. Gracias, Lorena, por venir con nosotros, mostrándonos que eres una más en nuestras vidas. Gracias, Belén, por escucharnos y darnos esta oportunidad de sentirnos como pez en el agua. Porque como dijistes una vez, esta experiencia es para ustedes y hay que ser protagonistas en la vida, no actores secundarios”.

Alejandro García opina que “mi experiencia de esta acampada náutica ha sido muy satisfactoria. He aprendido mucho con todas estas actividades, pues son deportes que no había practicado en ninguna ocasión. La Escuela de vela está bien y los monitores son muy agradables. No me importaría repetir en otra ocasión”.

También me ha servido para relacionarme más con otros compañeros del Instituto con los que no tengo tanto trato y para olvidarme un poco del móvil. Como anécdota, no me hizo falta poner a cargar el móvil en ningún momento, pues prácticamente, no lo utilicé.

Paula Serrano nos comenta: “La comida ha estado muy rica y ha sido muy variada, acorde una dieta saludable. Me impresionaron las instalaciones, ya que estaban muy limpias y en perfecto estado. El baño era grande y disponía de varias duchas y las habitaciones eran muy espaciosas y cómodas. Al igual que las instalaciones, todos los materiales se conservaban muy bien. Cabe destacar la gran profesionalidad de los monitores, así como su buena energía y ganas de que aprendamos y, sobre todo, que nos lo pasáramos bien. Durante este poquito tiempo ha sido difícil no cogerles cariño, pues se veía todo el esfuerzo y empeño que ponían en las distintas actividades. En las veladas nocturnas organizadas por ellos, resulta complicado no parar de reír y disfrutar”.

Por esto y mucho más, doy gracias a todas aquellas personas que han hecho posible esta actividad ya que para mí ha sido una experiencia única e inolvidable. En este tiempo, hemos podido conocernos mejor y reírnos como nunca. Si se repitiera la oportunidad de ir, no me lo pensaría.

Alexia Pardavila opina que “sin duda repetiría esta actividad tan divertida, en la que se lo ha pasado genial a la vez que da las gracias al departamento de Educación Física por haber organizado esta salida”.

A su vez, María Maeso añade “Si me preguntaran si volvería a repetir esta experiencia, sin duda, diría que sí, porque me ha permitido no tener miedo a probar actividades nuevas, a convivir con el resto de mis compañeros y en definitiva, a ser cada día una versión mejorada de mí misma”.

Nota: Texto realizado por Alejandro García Peña al que se le han añadido opiniones de sus compañeros.

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