Los libros de la Biblia: libros proféticos

¿Has escuchado a un orador que parece que comprende lo que hay en tu corazón y lo que vives; que te corrige y motiva a cambiar tu conducta y actitudes, aunque te duela? ¿Está esa persona cerca de Dios, es totalmente honesta, habla movida por el amor y te da esperanza? Es posible que estés ante un profeta actual. Los profetas comunican lo que Dios nos quiere decir. En este apartado encontrarás a los profetas de la Biblia, personas únicas y valientes, que transmitieron lo que Dios quería comunicar al antiguo pueblo de Israel, denunciaron los pecados y anunciaron la salvación.

Un profeta es una persona -a veces una comunidad- que habla de parte de Dios. Conforme lees estos libros recuerda que el rol de los profetas sigue vivo y que su mensaje es relevante para nosotros, si sabemos interpretarlo y aplicarlo a nuestra realidad.

La Biblia divide los libros proféticos en mayores y menores, por el tamaño de su obra y no por la importancia de su mensaje. Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel son los profetas mayores o más largos. La falta de orden cronolñogico suele causar confusiones de tipo histórico, por lo que al leer cada libro conviene revisar su presentación para situarlo bien en el tiempo.

Los profetas eran personas llamadas por Dios para ser sus portavoces ante el pueblo, sobre todo en tiempo de crisis. Su mensaje se conoce como profecía u oráculo; usan muchos símbolos y metáforas, y escriben en variados géneros literarios entre los que destacan gestas o hazañas, cartas, oraciones o plegarias, lamentaciones, oráculos, relatos de la vida y lenguaje apocalíptico.

Los profetas realizaron con valentía su misión y con frecuencia tenían problemas, pues su mensaje era duro, sobre todo para los poderosos y los dirigentes del pueblo:

  • Enfatizan la alianza con Dios, su fidelidad y la necesidad de guiar su conducta de acuerdo con la Ley.
  • Denuncian la infidelidad a Dios, que lo ofende a él, hiere a las personas y destruye al pueblo, advirtiéndoles el castigo si no se convierten.
  • Motivan a la conversión y dan esperanza de una vida nueva, exhortan a acogerse a la misericordia de Dios y  a responder a su amor.

Dios fortalece a los profetas para transmitir su cercanía y protección al pueblo, al tiempo de lo desafía a vivir según su corazón. Envió profetas que hablaran directamente a los reyes, pues su misión es guiar al pueblo según los ideales de Dios para evitar injusticias, divisiones y depravaciones humanas.

Los pecados que denunciaron los profetas con más intensidad pertenecen a los cuatro sistemas de funcionamiento social. Estos pecados son la idolatría, los falsos profetas y el culto hipócrita vacío de buenas obras (sistema religioso); las injusticias sociales de los gobernantes que oprimen a su pueblo sin compasión, en lugar de cuidar de él según el corazón de Dios (sistema político); la explotación y trampas de los ricos y comerciantes que reducían a la gente sencilla a la pobreza y miseria (sistema económico); las injusticias de jueces y tribunales que se dejaban comprar por los poderosos e imponían castigos desproporcionados a los pobres (sistema judicial).

Los anuncios de esperanza dados por los profetas están íntimamente ligados con la comprensión de Dios, al tiempo que rvelan su amor incondicional; su perdón para quien se arrepiente y enmienda; su promesa de un rey (el Mesías), que gobernaría con sabiduría y crearía paz, justicia y unidad. También transmiten la revelación paulatina de Dios, quien a través de ellos, comunica que ama a todas las naciones y que la salvación es para todos.

Es importante reconocer que Dios sigue mandando profetas a lo largo de la historia para recordarnos su amor y llamarnos a conversión. De hecho, todos los cristianos estamos llamados desde nuestro bautismo a ser sacerdotes, profetas y pastores. Cumplimos nuestra misión de profetas cuando anunciamos a Jesús e invitamos a las personas a seguirlo fielmente y responder al amor de Dios. ¡Qué maravilloso y comprometedor es el llamado a ser profetas de esperanza entre los jóvenes de hoy!

Tomado de Biblia católica para jóvenes

Los libros de la Biblia: Libros históricos

Al estar ante la prensa o la televisión, ¿qué encontramos? Noticias y más noticias, ofertas comerciales y discursos políticos, avisos sociales y consejos al público, escándalos personales o sociales, reuniones mundiales, y cuánto más. Esta mezcla de acontecimientos es lo que hallaremos en los 16 libros históricos de la Biblia, que abarcan poco más de un milenio. Dios da a conocer su sabiduría salvadora a través de estos sucesos y sus circunstancias; así es como él se revela en la historia, educa a su pueblo y le da a conocer su fidelidad y su misericordia.

Los libros históricos narran la historia del pueblo de Israel. Se basan en crónicas o anales históricos, pero no dan una visión científica de la historia, sino una perspectiva de fe. Es una historia sagrada en la que los historiadores son teólogos que descubren la presencia salvadora de Dios en el acontecer diario.

La revelación bíblica es esencialmente histórica; la fe de los israelitas no es un catálogo de dogmas y doctrinas abstractas, sino el acercamiento de Dios a las personas en el seno de la historia. Por ello los libros históricos son los más numerosos del Antiguo Testamento. Se pueden distinguir cuatro grupos, los dos primeros con un enfoque teológico muy claro:

 * Historia deuteronómica: Josué, Jueces, 1 y 2 Samuel y 1 y 2 Reyes. Se le llama así porque de estos libros salió el Deuteronomio. Son un canto a la justicia de Dios y un llamado a la conversión y a la esperanza, escritos desde la perspectiva del exilio (s. VI a.C.), cuando Jerusalén y el templo estaban destruidos y la tierra prometida invadida. Enfatizan la alianza con Dios, señalan la infidelidad del pueblo como razón del destierro y de la caída de la monarquía, y presentan a Dios siempre fiel a su pueblo.

 Josué y Jueces narran el establecimiento de los israelitas en la tierra prometida. 1 y 2 Samuel, y 1 y 2 Reyes, relatan la instauración del reino bajo el poder de David y su división en el reino del Norte (Israel) y el reino de Sur (Judá); presentan a varios reyes y profetas en cada reino, hasta la caída de Jerusalén (587 a.C.).

El libro de Jueces presenta la historia en etapas: (1) propuesta de amor de Dios; (2) infidelidad y pecado de la gente; (3) justo castigo de Dios; (4) arrepentimiento del pueblo y clamor por la ayuda divina; (5) perdón y misericordia de Dios; (6) tiempo de estabilidad; y (7) de nuevo infidelidad y pecado, reiniciándose el ciclo.

* Historia cronística: 1 y 2 Crónicas, Esdras y Nehemías. Estos libros no son sólo una recopilación de archivos y tradiciones, sino que revisan la historia para legitimar los oficios para el culto instituidos por David.

1 y 2 Crónicas presentan una historia paralela a la deuteronómica, narrándola desde Adán hasta el restablecimiento de Israel, después del exilio. Repiten algunos relatos y añaden otros, matizando las tensiones para animar a los reconstructores. Subrayan la infidelidad al culto en el templo en lugar de a la alianza en el Sinaí, y muestran un deseo creciente de la venida del Mesías. Esdras y Nehemías describen el regreso del exilio y la reconstrucción de la nación (s. IV a.C.).

* Historia de los Macabeos: 1 y 2 Macabeos. Son dos versiones diferentes de la resistencia judía y la rebelión macabea ante la dominación griega y la imposición de la cultura helenista, en el segundo siglo a. C.

* Historias ejemplares: Tobías, Judit, Ester y Rut. Los cuatro libros se inspiran en relatos patriarcales y narran episodios concretos, en lugar de un transcurrir histórico. Son ficciones literarias cuyo fin es enseñar, exhortar y fortalecer la fe del pueblo en tiempos difíciles. Sus contextos histórico-geográficos y su cronología son tratados con gran libertad.

Cuando leas los libros históricos, recuerda que sus autores están muy lejos de entender a Dios como lo reveló Jesús, siglos más tarde. Para los cristianos es importante conocer estos libros porque son revelación de Dios, como Jesús mismo lo reconoció, y porque la luz del Antiguo Testamento nos ayuda a comprender el Nuevo Testamento.

Tomado de Biblia católica para jóvenes

Pincha en cada uno de los libros para que veas de qué tratan:

  1. Josué
  2. Jueces
  3. 1 y 2 de Samuel
  4. 1 y 2 de Reyes
  5. 1 y 2 de Crónicas
  6. Esdras y Nehemías
  7. 1 y 2 Macabeos
  8. Tobías
  9. Judit
  10. Ester
  11. Rut

Los libros de la Biblia: Pentateuco

¿Alguna vez te has preguntado cómo sabemos tantas cosas de Dios? La Biblia contiene todo lo que Dios nos reveló de sí mismo a través de su relación con el pueblo de Israel y los primeros cristianos. Al leer la Biblia vemos cómo se comunica Dios con su pueblo y las respuestas de éste, como dos protagonistas de una historia que se conocen cada vez más al hablar y actuar juntos. En los primeros cinco libros bíblicos, o sea, el Pentateuco, Dios nos muestra su plan para la humanidad: quiere salvarnos del pecado y unirse con nosotros en sincera amistad.

Pentateuco significa “cinco rollos”, del griego pénte, “cinco”, y teuchos, “rollos”. Está formado por los cinco primeros libros del Antiguo Testamento:

  •   Génesis: libro de los orígenes
  •   Éxodo: libro de la salida de Egipto
  •   Levítico: libro de los levitas, sacerdotes de la tribu de Leví
  •   Números: libro de los censos del pueblo de Israel
  •   Deuteronomio: libro de la segunda ley

El Pentateuco es la clave para entender toda la Biblia, pues presenta los inicios de la revelación de Dios al pueblo elegido, y en él encontramos las primeras vivencias y reflexiones sobre e plan de amor de Dios con la humanidad. Sólo al conocer el Pentateuco puede comprenderse la riqueza de la revelación de Dios y lo extraordinario de la historia de salvación a lo largo de la Biblia hasta llegar a su plenitud en Jesús, Dios y hombre, salvador único de toda la humanidad.
La relación de Dios con su pueblo se conservó en la memoria de las personas con respeto y amor, y fue transmitida de padres a hijos oralmente durante cerca de 600 años, hasta que esas experiencias se recogieron por escrito. Esta historia está relatadas de muchas maneras y con variedad de géneros literarios: reflexiones sobre la experiencia de Dios y la naturaleza humana, leyes que rigen al pueblo, oraciones del pueblo a Dios, poemas que presentan el sentir del pueblo, recuerdos de familia significativos, ritos que regulan actos de culto…
La última redacción del Pentateuco se apoyó en las tradiciones de cuatro grupos de personas, que se relacionaban con Dios de distinta manera. Como cada tradición muestra aspectos muy bellos de Dios, los redactores finales decidieron unir las cuatro, pues todas eran consideradas inspiradas. A cada tradición oral o fuente de conocimientos de Dios se le dio un nombre, como si tuviera un solo autor.

  • La tradición yavista llama a Dios Yahveh a través del manuscrito y se representa “J”. Se inicia en los siglos IX y VIII a.C. Pertenece al sur de Palestina y se centra en el reino de Judá. Subraya la cercanía de Dios con la humanidad y lo describe en términos antropomórficos, del griego ánthroopos, “hombre” y morpheé, “forma”, es decir, presenta a Dios actuando y reaccionando como persona humana.
  • La tradición elohista da a Dios el nombre de Elohim y se representa con una “E”. Se inicia al mismo tiempo que la yavista, en la que fue integrada alrededor del 715 a.C. Surge en el reino del Norte o reino de Israel, y habla del profetismo, la fuerza de la moral y el peligro de la idolatría. Muestra a un Dios que habla en sueños y con símbolos como la zarza.
  •  La tradición deuteronomista tiene un estilo insistente y se representa con una “D”. Fue escrita en el siglo VII a.C. Insiste en la acción de Dios y la necesidad de una respuesta personal y comunitaria. Se basa en las tradiciones anteriores: empieza al final del reino cuando el reino del Norte cayó en poder de Asiria, y el pueblo parecía olvidar su fidelidad a la alianza del Sinaí.
  • La tradición sacerdotal se representa con una “P” y muestra a Dios distante y majestuoso. Se escribe al regresar del exilio en el siglo VI a.C. Israel ya no era una nación independiente y centraba su identidad en el templo. Da gran importancia a los ritos del culto y a las funciones de los sacerdotes.

Poco después de surgir la tradición sacerdotal, se hizo la redacción definitiva de los cinco libros. Al saber esto, comprenderás que haya temas duplicados, escritos de diferentes maneras, y que algunos eventos estén desfasados en el tiempo. Tal vez te preguntes: ¿para qué juntaron todo y por qué no optaron por una sola fuente? Porque cada tradición nos da a conocer distintos aspectos de Dios y todos son valiosos.

Pincha en cada uno de los libros para que veas de qué tratan:

  1. Génesis
  2. Éxodo
  3. Levítico
  4. Números
  5. Deuteronomio

Tomado de Biblia Católica para jóvenes

http://www.youtube.com/watch?v=z0XfLdiHQJ0