Nuestra Historia

09-05-2022
1997
09-05-2022

Es importante estudiar el pasado para entender el presente

IES San Matías (desde el 1 de septiembre de 1997)

PARECE QUE FUE AYER…

Petra Mary Concepción Camacho

profesora de música del IES San Matías

Hace 25 años comienza la andadura de nuestro querido IES San Matías.

Comenzamos en el CEIP San Matías, destinándonos para ello la planta alta del colegio para acoger al alumnado de 1º, 2º de ESO del barrio y 3º de ESO con alumnado también de fuera. Nuestro otro centro adscrito al IES, el CEIP Santa María del Mar-Los Alisios se queda en el colegio y se incorpora al año siguiente cuando realmente pudimos comenzar con el nuevo edificio construido al efecto, aunque continuaban las obras.

Ese primer comienzo fue especial y entrañable, quince profesores ilusionados que tuvieron que compartir un pequeño espacio que servía a la vez de secretaría, sala de profesores, botiquín sala de trabajo, lugar dónde compartir experiencias…

Resulta curioso que las mismas profesoras que estaban trabajando en el colegio de San Matías y conocían bien el barrio desde hacía algún tiempo, al adscribirse a secundaria inauguren también el IES San Matías. Estas profesoras, profesionales increíbles de las que aprendí mucho y de las que guardo un grato recuerdo y considero aún hoy en día mi familia.

Pronto comenzaron a darle vida a este espacio con mucho amor, con interesantes proyectos y un equipo directivo y equipo educativo entusiastas que ponían su corazón en todo lo que hacían. Poco a poco fue llegando nueva plantilla, nuevos proyectos interesantes,..Todos los que han pasado por aquí se han esforzado en darle continuidad y fomentar los cimientos que comenzamos.

Nuestro centro contó con un terrero de lucha que llevó el nombre de “Berto de la Rosa” en honor a este luchador canario al que invitamos cuando se inauguró. Posteriormente este terrero desapareció y dio paso a las energías renovables con un molino de viento. Actualmente en su lugar contamos con un huerto que trabaja nuestro alumnado de FP Básica de Jardinería y un parque Tecnológico.

Recuerdo con cariño los inicios de nuestra biblioteca, dónde me impliqué de lleno junto con una pequeña comisión dando vida a un Proyecto que desarrollamos para dinamizarla. Este proyecto nació de una demanda objetiva de la comunidad escolar: los alumnos necesitaban un corpus bibliográfico cercano y accesible, así como un lugar propicio para el estudio, teniendo en cuenta, sobre todo, que nos encontrábamos ubicados en un barrio periférico de La Laguna. Pero además, concebimos desde el principio este proyecto como un proyecto de TODOS, capaz de aglutinar de forma interdisciplinar a todos los profesores que impartían clase en nuestro centro. “Ilusionar” e “ilusionarnos” fue desde el principio el motor que impulsó nuestro trabajo. De ahí nuestra participación en los distintos encuentros y certámenes (Sociedad Canaria Elio Antonio de Nebrija:  muestra de experiencias en Bibliotecas Escolares” y PIALTE) durante varios años, donde llevamos nuestras experiencias, trabajos y actividades realizadas desde nuestra Biblioteca, obteniendo el primer premio en experiencias bibliotecarias tanto en el curso 2004-2005  como en el 2005-2006  y en las que han valorado nuestro trabajo.

Con el trabajo de todos estos años y poco a poco, nuestro IES se ha embellecido y se ha hecho más acogedor, con la labor  del alumnado guiado por un profesado  fantástico, con  murales y trabajos que han permanecido como obras inmortales como si de una galería de arte se tratara.

La gran labor de los Equipos Directivos, desde el primero al actual, con su calidez humana, empatía y compañerismo junto con el profesorado y demás miembros de la comunidad educativa han convertido a nuestro centro en un verdadero hogar, en una familia a la que queremos y nos sentimos orgullosos de ella.

NACIMIENTO DEL IES SAN MATÍAS

María Dolores Martínez Valverde.

Miembro del primer equipo directico del IES San Matías

Corría el principio del tercer trimestre del curso 1995/96. Era el año del final de la EGB y el BUP y comienzo de la aplicación de la LOGSE. Ya algún centro la había “pilotado” previamente.

En el colegio San Matías había, como en tantos otros centros, mucha inquietud por el desarrollo de la misma y el futuro del Centro, uno de los mayores de la isla en aquel momento, con una plantilla de profesorado definitivo muy importante, que tendría que tomar decisiones con respecto a su futuro y que iban a cambiar el centro tal y como era en aquel momento. Incluso la dirección y el equipo directivo estaban en “veremos”: dependiendo de la decisión que tomara la directora (yo), habría que buscar otra persona que estuviera al frente del colegio, y el tiempo ya  había demostrado, en numerosas ocasiones, que no había nadie dispuesto a ponerse a la cabecera de un centro tan difícil de liderar, debido al nivel tan elevado de exigencia del claustro.

En diferentes reuniones, los inspectores fueron dando información a los directores, para trasladar a los claustros, de cómo se iba a desarrollar el proceso de adscripción a los centros de Secundaria y, posteriormente, a los de Primaria. Vio la luz el concepto de “Distrito Escolar”. Ahí también hubo inquietud y desacuerdos: en el distrito de San Matías, cuya cabecera sería el IES San Matías, aún no creado, estarían el Colegio San Matías y el Colegio Los Alisios de Santa María del Mar.

Nadie se podía creer esta última circunstancia: Ambas directoras protestamos enérgicamente, con todas nuestras fuerzas, en distintas instancias. La distancia física y la diferente realidad social no hacía entender que se fueran a unir estos dos colegios en un mismo distrito, situando el centro cabecera (cuando existiera) en el barrio de San Matías, de Taco, mientras que los alumnos de los Alisios tendrían que desplazarse, transportados obligatoriamente, a un instituto distante y alejado de su realidad social. Sobre todo, habiendo varios centros en Taco, más cercanos y con una realidad social más afín.

Mientras tanto, al salir del barrio, cada día después de nuestra jornada laboral, veíamos perfectamente que, en la zona de construcción del mencionado IES, solo había unas cuantas piedras en el barranco, mientras las cabras pastaban a sus anchas…

Cierto día, me anunciaron que un inspector, al que yo no conocía, deseaba hablar conmigo. Lo recibí y se presentó como Ramón Fagundo, inspector del IES San Matías. Mis palabras fueron: “¿De qué instituto? El instituto no existe.” Sorpresa mayúscula por parte de aquel señor….

Entonces, le expliqué la ubicación futura del mismo y me propuso si le acompañaba a verlo. Cuando llegamos, comprobó que lo que yo le había dicho era cierto. Solo se atisbaban unas piedras en el fondo del barranco y, el resto, estaba ocupado por las cabras.

Pasaron las adscripciones y, de los compañeros del colegio, nos adscribimos a Secundaria Juan Díaz (DEP), en la mayor parte del primer curso sustituido por Ángel Félix, Estrella, Leonor, Benito (DEP) Carmen Nieves, Petra Mary, Antonio y yo. También, Mercedes, aunque ella no se incorporaría, por estar en Comisión de Servicio en otro puesto de la Consejería. Del colegio de Santa María del Mar, se adscribió Pepe (Falcón), que tampoco se incorporó el primer curso.

Ya cesada como directora del Colegio San Matías, yo ayudé, en el mes de julio, en el colegio (no se conseguía Director) y en los comienzos del instituto (nombraron una directora, procedente de otro centro (Ana Cristina), y un secretario (José Antonio). A mí me ofrecieron la Jefatura de Estudios, a lo que yo renuncié, hasta que no se reuniera, en septiembre, a los compañeros del instituto.

En el instituto, apenas había alumnado para 3º ESO, dado que la incertidumbre que hubo entre el profesorado fue la misma que se extendió entre los alumnos del barrio. A estos, cuando iban a preguntar, se les decía que no teníamos información de si el instituto comenzaba o no, a la vista del ritmo de la construcción.

Esto propició que muchos de ellos procedieran como en el pasado, es decir, se matricularan en los institutos que, habitualmente, los habían venido recibiendo para el BUP: Padre Anchieta (las torres de Taco) y Tomás Iriarte, algunos, en el Ofra V.

Con Ramón Fagundo, hicimos la plantilla en julio, muy sencilla, puesto que solo había alumnado de 1º, 2º y 3º ESO (que no sabíamos cómo íbamos a llenar).

Llegado septiembre, nadie sabía cuál iba a ser el rumbo de este grupo de profesores, pues no teníamos ninguna información.

Incluso, Ramón Fagundo nos dijo que ya no sería nuestro inspector, sino que habían nombrado a Álvaro Bazo como inspector del centro.

La Directora y yo (elegida Jefa de Estudios por acuerdo por los compañeros, por conocer el barrio, familias y alumnado) acudimos a la inspección a entrevistarnos con él. D. Álvaro acababa de recibir la noticia, al igual que nosotros. Entre los revueltos papeles de su mesa, buscaba la información que le habían pasado. Ni siquiera sabía dónde estaba el centro. Tuvimos que explicarle que “El Centro” no estaba, que solo había un grupo de profesores que no sabíamos qué hacer ni dónde colocarnos. Parecíamos estar en el limbo del sistema. Su gesto era de sorpresa, incredulidad…

En los días siguientes, aparecieron suprimidas varias de las profesoras del IES (inexistente). Esto nos costó más visitas a la antigua consejería, yendo de despacho en despacho, con la inquietud por bandera, esta vez, sí, acompañadas por Álvaro Bazo, que parecía tener la llave que abría todos aquellos negociados vetados para el resto de los mortales.

Después de toda esta zozobra, se decidió que ocuparíamos la tercera planta del Colegio San Matías, para mayor desconcierto nuestro y enfado de los compañeros del Colegio, que esperaban que los alumnos de secundaria desaparecieran de allí, para iniciar su andadura como Colegio de Primaria. De hecho, de esa planta se había ya retirado  material de mesas y sillas, con lo que, en algunas aulas, ni siquiera hubo mesa para el profesor durante el curso, teniendo que coger una mesa de alumno, de las que nos tuvieron que traer para poder iniciar las actividades lectivas.

Durante ese curso, coexistimos ambos centros en el mismo edificio. Tuvimos que usar las dependencias que nos dejaron desde la dirección del Colegio y repartirnos, como mejor pudimos, las 9 aulas y tres cubículos que tenía la mencionada tercera planta del colegio. El recreo de nuestros alumnos y las clases de Educación Física se llevaron a cabo en un patio trasero, donde los alumnos, por su complexión física, mayor que los alumnos de Primaria, ni siquiera cabían adecuadamente. También, los alumnos de la ESO comían en un turno distinto a los de Primaria.

A los profesores que ya estábamos, se sumaron, a lo largo del mes de septiembre y principios de octubre, una serie de compañeros que, algunos con horario completo y otros, compartido,  se encargaron de dar clase a los grupos de tercero de la ESO, (surgidos de la nada, de recoger todos los alumnos sin plaza de distintos centros, ya que, de los del Colegio, quedaron muy pocos).

También se nombró a una auxiliar administrativa, Mª del Mar y, aunque los primeros días contamos con una conserje que pertenecía al IES Ofra, finalmente, nombraron a Ana, que se quedaría muchos años con nosotros.

Todo el Claustro del IES San Matías (existente en alumnado y profesorado, pero no en edificio físico), vivimos allí un curso inolvidable. Si bien las condiciones físicas eran precarias, supimos aglutinar a un grupo humano cohesionado, que logró sacar a esos alumnos adelante (hay que recordar que los 3º eran un popurrí de muchos centros), y compartir numerosas anécdotas, así como almuerzos de navidad, carnavales, semana santa y fin de curso.

Era curioso ver cómo las mismas dependencias servían para usos múltiples: Desde claustros y CCP, hasta espacio de asueto en recreos, recibir visitas de padres, etc.

Hay que nombrar el apoyo continuo de nuestro inspector, que siempre apenado por nuestra situación, nos visitaba regularmente, ayudando no solo en sus funciones, sino en lo que surgía: contar dinero para una excursión (que también hicimos) o llevar un niño accidentado al médico.

Pero nuestras tribulaciones no acabaron en ese curso.

En el curso 1997/98, aunque parezca mentira, el edificio de hoy aún no estaba terminado. Otra vez supresión de profesores, carreras junto con D. Álvaro, es decir, se repitió el mismo escenario que el curso anterior.

Pero en ese curso, después de resolver todos los incidentes en los que ya íbamos teniendo cierta experiencia, tras dar muchas vueltas al asunto, se decidió que era mejor comenzar el curso en el edificio, a pesar de que aún se veían las tiras de plástico naranja que vallaban ciertas zonas e impedían (no siempre, con los consiguientes problemas en las guardias) que el alumnado se acercara a donde pudiera haber peligro para ellos.

Incluso, establecimos lazos amistosos con los obreros que allí trabajaban, produciéndose otra vez anécdotas dignas de algún posible sainete.

En ese curso, los alumnos del IES San Matías, ya integrados los procedentes de Santa María del Mar y de Añaza, debieron continuar comiendo en el comedor del Colegio San Matías, pues nuestro Comedor, prometido para suavizarles el desplazamiento a los alumnos de Santa María del Mar, aún no estaba construido.

Y llegaron nuevos compañeros, que fueron recibidos como integrantes de la curiosa “familia” que se había creado.

En esos primeros años, se apuntaló la estructura de lo que hoy existe. Después, han pasado muchos compañeros y alumnos, a los que se ha procurado darles la mejor respuesta posible entre todos y que han dejado su huella, cada una representada como un ladrillo del edificio físico y moral que ahora es. Y entre todas esas personas, que han pertenecido a la comunidad educativa del Centro, a lo largo de los 25 años que lleva funcionando, hemos construido esta realidad de hoy, curso 2021/22.

Rosa Mª Llarena

Año 2001, por fin consigo una plaza en un centro muy cerca de mi casa, en el IES San Matías. Me incorporé sin dudarlo y renuncié a una comisión de servicios que me habían concedido.

Durante ese curso llegamos al centro un grupo numeroso de profesores y profesoras con plaza definitiva. Pronto conocimos la complicada realidad de nuestro nuevo destino. El día  a día hizo que conformáramos un equipo de trabajo que se iría consolidando curso tras curso, encontrando en los Proyectos Educativos el camino para mejorar la convivencia y por ende el funcionamiento general del centro.

Nunca tuve como objetivo dirigir un instituto pero, a  finales del curso 2004-2005, una situación inesperada hace que tome la decisión de hacerlo y, hasta el momento, no me he arrepentido de ello, al contrario, me siento orgullosa.

Llegaron dos cursos absolutamente convulsos, hasta la tormenta tropical Delta nos vino a visitar en diciembre, ocasionando graves destrozos en nuestras instalaciones; un año de obras para reconstruirlas.

Toda la Comunidad Educativa colaboró y estuvo a la altura de las circunstancias. Aprovecho una vez más para hacer público mi agradecimiento por todo el apoyo recibido.

Fue un bienio en el que se inauguró el “Observatorio Astronómico” y en el que los proyectos siguieron creciendo, dando estabilidad al Claustro y mejorando el clima de convivencia.

Cada uno de los Equipos Directivos y sus Claustros han aprovechado el camino ya recorrido y se han marcado nuevos retos. Prueba de ello es que hoy, el IES San Matías, es un centro con una amplia oferta educativa que sigue apostando por la integración e innovación y poniendo en valor su seña de identidad más preciada, la calidad humana de su alumnado.

Rosa Mª Llarena Tadeo (tercera directora del centro )