ZONA DE MIMOS
Era habitual, hasta hace relativamente poco tiempo, que los docentes prefirieran en las aulas a alumnado conformista, que conseguía buenas notas y no exigía excesiva atención. Hablamos de ese alumnado atento en clase, que no expresaba sus opiniones ni manifestaba intereses, sino que memorizaba las explicaciones del docente sin queja alguna, de manera mecánica, sin intentar comprender aquello que aprendía ni saber para qué servía. Las emociones, los sentimientos, las opiniones del alumnado, pasaban desapercibidas en el aula.
Sin embargo, para que un niño o niña llegue a ser el día de mañana un ciudadano o ciudadana ejemplar, y no un ente pasivo sin opinión ni sentimientos, no basta con que tenga memorizados una serie de datos, ya que somos seres sociales a la vez que inteligentes, y por lo tanto es imprescindible saber comportarse adecuadamente con la sociedad.
Así, hoy en día, podemos afirmar que la inteligencia emocional es un factor decisivo a la hora de formar académicamente a nuestro alumnado.
Conocer las emociones y los sentimientos, no sólo los de uno mismo, sino también las de los demás, ayudará al alumnado a trabajar la empatía, favoreciendo así la adquisición de un valor tan importante como la educación para la paz y la convivencia, haciendo más fácil vivir día a día junto a los compañeros y compañeras, desde el respeto mutuo y el cariño.
Una de las acciones que en el CEIP La Escalona se han tomado, ha sido inaugurar un nuevo rincón: la «zona de mimos». Su funcionamiento es muy sencillo: si alguien se encuentra triste, o enfadado, o detecta en sí mismo alguna emoción negativa, y no consigue afrontar el día desde otra perspectiva más alegre, optimista, y positiva, ¿por qué no hacer saber a mis compañeros y compañeras lo que siento, y lo que necesito? Saber que tenemos gente que nos apoyará cuando las cosas vayan mal, ayudará, sin duda, a la cohesión del grupo. De esta forma, podemos usar la «zona de mimos» para que nuestros compañeros y compañeras acudan al rescate. Y es que un simple abrazo, puede cambiar nuestro día, puede hacernos ver las cosas de otra manera. A veces, eso es todo lo que necesitamos para romper con la negatividad y el pesimismo. Rota esta espiral, ya estamos listos para continuar con el día a día.
La zona de mimos de nuestro centro lleva funcionando un mes y podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que ha ayudado mucho tanto a mejorar el clima de convivencia, como a cohesionar el grupo de alumnado, y que ha cumplido su objetivo fundamental. Es habitual que alguien se levante y lo utilice a lo largo del día, e incluso que un compañero, al detectar alguna necesidad en otro, le diga «necesitas utilizar la zona de mimos». Sin duda, objetivo cumplido.
Os animamos a probarlo si lo necesitáis. Para quienes tengáis un estilo de aprendizaje visual, aquí os dejamos algunas imágenes de cómo funciona la zona de mimos.



