Necrología de un prototipo

El Proto-tipo, la más pura caricatura del romanticismo, es el palanquero del órgano de la catedral, un fantasma aéreo que sobrevuela las capillas. Pasa el día en ellas y por las noches, cuando la catedral cierra sus puertas, se dirige a su casa. Como París y Sevilla, Las Palmas también tiene, gracias a Galdós, su romántico personaje, tan musical como Maese Pérez el Organista y tan jorobado como el de Notre Dame.

Necrología de un Proto-tipo salió publicado en el Ómnibus el 1 de diciembre de 1866. Había sido firmado por Galdós dos días antes en Las Palmas.

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Trafalgar

Es el primer libro de los llamados Episodios Nacionales, una colección de 46 libros editados por Benito Pérez Galdós, una visión histórico literaria de la España del siglo XIX.

Su autor quiso comenzar los episodios con la batalla de Trafalgar, y para elle creó un personaje llamado Gabriel Araceli, un pícaro niño gaditano de catorce años, que irá contándonos todos los hechos que se narran en esta novela y en las siguientes de la primera serie de los Episodios Nacionales.

La batalla de Trafalgar tuvo lugar el 21 de octubre de 1805 y lucharon frente a las costas de Cádiz la armada franco-española contra la británica, saliendo vencedores los ingleses, aunque en esta batalla se produjera la muerte del almirante inglés, Nelson.

El libro fue escrito por Galdós entre los meses de enero y febrero de 1873, el mismo año en el que apareció su primera edición.

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1. Introducción

El estudiante Benito Pérez descubierto dibujando durante la hora de estudio en el Colegio San Agustín.

Colegio San Agustín de Las Palmas.

Benito Pérez Galdós es conocido en todo el mundo por sus novelas y obras de teatro. Sin embargo, no todo el mundo sabe que él cultivó otras artes entre las que destaca el Dibujo en todas sus vertientes: ilustración, caricatura, diseño, etc. (lo que le acarreó serios problemas de disciplina en el colegio San Agustín) y la Música, tanto desde el punto de vista del espectador como la crítica musical y la interpretación al piano y al armonio.

Muchos de sus biógrafos coinciden en que si Galdós se hubiera dedicado intensamente a estas artes, en lugar de a la Literatura, hubiera llegado a ser también una figura universal, ya que él nació destinado a ser un genio en el campo artístico. Veamos que él mismo confesó en 1901a José María Carretero, el Caballero Audaz, su vocación por la música y por la pintura:

  El arte gráfico me resulta un complemento imprescindible para escribir, porque antes de crear literariamente los personajes de mis obras, los dibujo con el lápiz, para tenerlos después delante mientras hablo de ellos. Es muy curioso, tengo dibujados todos los personajes que he creado. […] En pintura he hecho cosas muy bonitas…

…Yo he sido gran pianista. Todavía me atrevo a interpretar todo el repertorio de Beethoven.

En la ilustración vemos al estudiante Benito Pérez sorprendido dibujando durante la hora de estudios en el Colegio San Agustín, lo que le acarrearía y grave apercibimiento.

2. Galdós, artista

Cubierta del libro Galdós, artista plástico, de Teo Mesa, CanariaseBook 2019.

Cubierta del libro “Galdós, artista plástico”, de Teo Mesa, CanariaseBook 2019.

Nadie como el escultor y artista multidisciplinar Teo Mesa ha estudiado de forma tan exhaustiva la obra plástica completa de Benito Pérez Galdós (de este mismo autor es una publicación anterior, El arte inspirado en Galdós, editado por CanariaseBook en 2017).

A lo largo de las casi quinientas páginas de Galdós, artista plástico, su autor, va comentando minuciosamente todas y cada una de las pinturas y dibujos que se han conservado del escritor, desde un punto descriptivo del contenido de las pinturas y dibujos, y también desde la perspectiva crítica del doctor en Bellas Artes que es Teo Mesa, lo que convierten este libro en un material imprescindible para el estudio de la obra plástica de Galdós.

Gran parte de los dibujos de Pérez Galdós se han conservado en varios álbumes, todos ellos comentados por Teo Mesa en la obra citada: «El Gran Teatro de la Pescadería» (1862), «Las Canarias» (1863-1864), «Atlas zoológico de las Islas Canarias» (1866-1867), «Álbum marítimo» (1892-1893) y «Álbum arquitectónico».

Del primero de ellos tienen información en el capítulo BIBLIOTECA de esta WEB en dos versiones: el álbum animado, que es propiedad de la Casa-Museo, y el álbum comentado, que ha sido elaborado expresamente para esta exposición. Su novedad estriba en que nos hemos atrevido a comentar para ustedes el contenido de todos y cada uno de los dibujos que e álbum «El Gran Teatro de la Pescadería» contiene.

3. Los inicios de Benito Pérez en el dibujo

La Historia General de las Islas Canarias, de Viera y Clavijo, “ilustrada” por Benito Pérez.

“La Historia General de las Islas Canarias”, de Viera y Clavijo, “ilustrada” por Benito Pérez.

Cuenta Teo Mesa que desde muy pequeño, con solo cuatro años, ya demostró  una destreza innata para la plástica a través de los monifatos (figuras de papel recortadas con tijeras, según el expresivo vocablo canario). Entre ellos destaca el ya comentado del marinero Chirino y otros recortables de procesiones religiosas que «Benitillo» iba pegando en las paredes de los patios de la casa natal.

El doctor Marañon, que guardaba el primer paisaje hecho a lápiz por Benito cuando tenía dieciséis años de edad, también comentó la gran afición de Galdós por la pintura y el dominio de la técnica que demostraba.

Para Sáinz de Robles, la gran pasión del joven Benito «era el dibujo… para lo que cualquier superficie era apta. Las guardas y los márgenes de los libros de texto, las paredes encaladas, los zócalos de baldosines aljofifados [fregados con un paño], los marcos de las ventanas, los lienzos de las puertas, el revés de las tapas de los pupitres, presentaron muestras de su arte… Paisajes con nubes oscuras y montañas, escenas de pesca, portadas de iglesias monumentales, alquerías casi idílicas con bestezuelas domésticas, pajarracos exóticos… Y también le gustaba ejercitarse en el retrato».

Aunque se cuenta que Galdós asistió a las clases de dibujo de la cercana academia de pintura del Gabinete Literario, no sabemos a ciencia cierta si recibió formación académica en dibujo o pintura, así que debemos suponer que en este campo del Arte también fue Galdós autodidacta, pues talento no le faltó desde muy pequeño y siguió dibujando mientras tuvo vista suficiente para hacerlo.

4. La exposición de 1862

Historia de la Gran Canaria. Lápiz sobre papel. Accésit en la Exposición de Bellas Artes de 1862. Familia Pérez Galdós.

“Historia de la Gran Canaria”. Lápiz sobre papel. Accésit en la Exposición de Bellas Artes de 1862. Familia Pérez Galdós.

En 1862 se organizó en Las Palmas una Exposición Provincial de Agricultura, Industria y Artes. En esta exposición, inaugurada el 29 de abril de 1862, conmemorando la conquista de Gran Canaria, la familia Pérez Galdós tuvo una participación importante, pues tanto el padre de Benito como su hermano Domingo presentaron variedades interesantes de verduras, frutas y legumbres de la finca del Monte Lentiscal y botellas de vino del Monte y de La Matanza.

Por su parte, Benito presentó tres dibujos: «La alquería», «La Magdalena» y un boceto sobre un asunto de la «Historia de Gran Canaria», un dibujo a lápiz sobre papel en el que Benito escribió lo siguiente:

«BOCETO. El Capitán Pedro de Vera recomienda a D. Francisco Mayorga y a su esposa la educación de las princesas canarias Guayarmina y Masequera después de la rendición de los isleños el 29 de abril de 1483. B. Pérez Galdós inventó y dibujó»

La participación del joven estudiante de Bachiller le valió una «mención honorífica» y no el  Primer Premio como afirman algunos de sus biógrafos.

5. Benito Pérez, pintor

Caballo en libertad. Dibujo juvenil de Benito Pérez Galdós. Familia Pérez Galdós.

“Caballo en libertad”. Dibujo juvenil de Benito Pérez Galdós. Familia Pérez Galdós.

Este epígrafe lo hemos introducido con la imagen de un caballo árabe. Sobre este dibujo comenta Rafael de Mesa en su libro Don Benito Pérez Galdós, su familia, sus mocedades, su senectud, publicado en 1920:

«Recuerdo oír contar a mi buen padre [D. Diego Mesa de León, que fue director del Colegio San Agustín tras D. Antonio López Botas], que Benito era mal estudiante. No era travieso sino, al contrario, muy dócil. Pero no había medio de que estudiase. En los cuadernos en que diariamente se anotaban las penas que se imponía a los niños, aparece a menudo penado durante media hora “D. Benito Pérez Galdós, por inquieto”.

La inquietud de D. Benito no era la material del niño turbulento, sino la espiritual: todo había de observarlo y estudiarlo, todo, menos el libro de texto, el odiado e indigesto libro de texto.

Mi padre –continúa Rafael de Mesa– conservó dibujos, planas de escritura y otros muchos recuerdos suyos, distinguiéndose entre ellos un precioso dibujo original representando un caballo árabe en libertad, el cual tengo la dicha de conservar respetuosamente».

En Santander, a Galdós le gustaba competir con su amigo Don Antonio Maura, presidente del Gobierno de España en diferentes ocasiones, a ver quien conseguía las mejores acuarelas. De allí llegó a la Casa-Museo un pandero ilustrado por Don Benito, así como su paleta de pintor.

En la Casa-Museo podemos ver expuestas algunas de las pinturas de Galdós en diferentes etapas de su vida, como los paisajes del norte de Gran Canaria y del Teide en Tenerife.

6. Benito Pérez Galdós, ilustrador (1)

Una de las páginas de las galeradas “ilustradas” de Fortunata y Jacinta.

Una de las páginas de las galeradas “ilustradas” de “Fortunata y Jacinta”.

En la introducción a este capítulo comentaba Galdós que antes de escribir sus obras dibujaba a los personajes para ilustrarse a sí mismo cuando luego estuviera escribiendo sobre ellos.

Como Galdós creó cientos de personajes, estamos seguros de que no pudo dibujarlos a todos, pero sí puede que se hiciera sus propios “autoretratos” al pintar a Alejandro Miquis, en El doctor Centeno (1883); Evaristo Feijoo en Fortunata y Jacinta (1887); Santiago Ibero y Vicente Halconero, en La de los tristes destinos (1907) o Tito Liviano, en Amadeo I. Estos personajes fueron creados por Benito Pérez Galdós para diferentes obras y les atribuyó muchas cualidades y circunstancias personales o similares a las de el mismo autor. Queremos decir con esto que estos  cinco personajes literarios creados por Galdós son, en parte, sus propios autorretratros en diferentes momentos de su vida.

Y seguro que también dibujó Fortunata, Jacinta, Marianela, Doña Perfecta, Tristana, Gloria, Electra, Mariucha, etcétera, por citar solo algunas de las mujeres que han pasado a la posteridad.

Rafael de Mesa, que fue su amigo y su último secretario personal, dejó escrito que el Maestro hizo una criba de sus dibujos destruyendo muchos de ellos y enviándolos a la papelera. Aún así, Galdós tuvo guardados tres álbumes completos de dibujos elaborados por su mano, hallándose dos de ellos en Madrid y uno en su casa de Las Palmas.

7. Benito Pérez Galdós, ilustrador (2)

Logotipo de león para los Episodios Nacionales ilustrados.

Logotipo de león para los Episodios Nacionales ilustrados.

Aunque la mayoría de esos retratos fueran a parar un día a la papelera, otros sí que se conservaron porque Galdós fue uno de los dibujantes que ilustraron la edición de lujo de los veinte primeros Episodios Nacionales (1881-85). Esta edición que, según Ortiz Armengol, afrontó Galdós pensando que le reportaría buenos beneficios económicos, fue un auténtico fracaso porque, «igual que pasa ahora, la gente no estaba dispuesta a cambiar pesetas por dinero», y Don Benito, que hizo una importante inversión económica para esta edición de lujo, terminó perdiendo dinero en su aventura editorial.

«De habérselo propuesto, hubiese sido Galdós un ilustrador excepcional –dicen Enrique Ruiz y Sebastián Cruz en su obra Prehistoria y protohistoria de Benito Pérez Galdós–. De ello dan testimonio irrecusable los dibujos que compuso para las dos primeras series de sus Episodios, que no desmerecen de los de Pellicer, Mélida y otros artistas de mucho renombre que compartieron con él esa tarea. Las ilustraciones de Galdós se identifican porque llevan sus iniciales, mientras que las de los demás artistas llevan su firma».

El león que ilustra este epígrafe fue dibujado por Galdós para la portada de Trafalgar, el primero de los Episodios Nacionales. Muchas de las ilustraciones para esta edición de los Episodios pueden verse también en distintas dependencias de la Casa-Museo.

8. Benito Pérez Galdós, diseñador

Catedral de Las Palmas. Dibujo incluido en el Álbum arquitectónico (1890-1895). Casa-Museo Pérez Galdós.

“Catedral de Las Palmas”. Dibujo incluido en el Álbum arquitectónico (1890-1895). Casa-Museo Pérez Galdós.

Otro aspecto de la producción plástica de Galdós que es importante destacar es su vocación diseñadora que ha quedado patente en hechos tan desconocidos para muchos como la remodelación de la Catedral de Las Palmas de finales del siglo XIX. Tras su última visita a la ciudad en 1894, ya de vuelta en Madrid, Galdós dibuja «de memoria» la nueva fachada renacentista de la Catedral, aportando en su diseño el mantenimiento del rosetón gótico de la anterior fachada para que Mélida, el arquitecto, hiciera el proyecto de remodelación de la misma.

Arturo Mélida, uno de los arquitectos españoles más importantes de la época, además de cercano colaborador de Galdós en los Episodios Nacionales ilustrados, también hizo el diseño definitivo de sus dos exlibris (logotipos), basándose en las ideas y diseños previo de Don Benito: el primero era un faraón con cuerpo de león, pero la esfinge fue sustituida para la edición de El abuelo, en 1897 por una mujer con cuerpo desnudo.

Otra faceta no menos importantes del Galdós diseñador fue su participación en el proyecto de edificación de su casa de Santander, junto con el arquitecto, Pérez de la Riva. Un proyecto de muy difícil interpretación por la cantidad de elementos diferentes que Don Benito quiso introducir en la fachada y el interior de la casa.

Un simple paseo por la Casa-Museo nos dará  la clave del último aspecto del Galdós diseñador cuando veamos el mobiliario que en ella se exhibe: librerías, mesas, sillas, armarios, etc. en todos los cuales podremos apreciar la marca de diseño de Benito Pérez Galdós.

9. Pérez Galdós y la música

En la Casa-Museo Pérez Galdós, podemos ver el piano (y el armonio) de Galdós.

En la Casa-Museo Pérez Galdós, podemos ver el piano (y el armonio) de Galdós.

Otra de las artes que cultivó Galdós desde la infancia fue la Música. Manuela, la más pequeña de sus hermanas, recibía clases de piano en la casa familiar y viendo que Benito se interesaba mucho por lo que ella hacía, al marcharse el profesor, le iba trasladando a su hermano los conocimientos que ella recibía.

Mientras que no se conocieron artistas plásticos en la familia, el arte musical sí que era cosa de familia, pues, además de Manuela, su hermano mayor, Domingo, también tocaba el piano con cierto virtuosismo, hasta el punto de que ambos participaron en los conciertos ofrecidos en la Exposición Provincial de 1862, interpretando al piano obras de conocido compositor local Daniel Imbert, profesor de Manuela.

Siempre vivió Galdós en contacto con la música, bien asistiendo a veladas musicales, a la zarzuela y la ópera, incluso haciendo crítica musical en periódicos y revistas (la primera de ellas la hizo siendo estudiante con un artículo publicado en la revista escolar La Antorcha, sobre una velada musical en el Teatro Cairasco de Las Palmas).

Contó el doctor Marañón que en Santander, a la caída de la tarde, se entraba en la casa y el escritor se sentaba ante el armonio, y don José ante el piano, y ambos ejecutaban piezas de Mozart, de Bach y de Beethoven, entre sus preferidos. De este último compositor se llegó a decir que Don Benito padecía beethovenmanía, «a tal punto que, ya viejo, solo asistía, según Eduardo Benítez Inglot, a los conciertos en cuyo programa figuraba el nombre del sublime sinfonista y una vez terminada la obra de este, dejaba su localidad y salía a la calle».

Al perder la vista, Don Benito dejó de usar el armonio, pero seguía deleitándose cuando Rafaelita se sentaba al piano, pues esta lo interpretaba muy bien.

En la entrevista con el Bachiller Corchuelo, cuando este le pregunta “Me han dicho que toca usted muy bien el piano, que es un virtuoso…” Don Benito responde: «Virtuoso lo he sido siempre –dijo sonriendo intencionadamente-. Pero toco el piano regularmente, nada más». Y a la pregunta¿Es verdad que hace pocos años se puso a aprender armonio y se compró uno?” respondió:  «¡Psé! Fue un capricho».

1. Introducción

La Tierra de Galdós, Antológica de documentos sobre Galdós y Canarias. Edición del Cabildo de Gran Canaria en 2003.

“La Tierra de Galdós”, Antológica de documentos sobre Galdós y Canarias. Edición del Cabildo de Gran Canaria en 2003.

Galdós llegó a escribir más de cien obras. Solo las publicadas está alrededor de esa cifra, que abarca desde La Fontana de Oro, publicada en 1870, hasta Santa Juana de Castilla, estrenada en teatro en 1918.

Nada más que los Episodios Nacionales suponen casi la mitad de los libros publicados. Las demás obras se distribuyen entre novelas, teatro y ensayo. Veamos lo que dice Don Benito de sus inicios literarios:

Ya he hecho bastante de este trabajo [escribir los Episodios Nacionales], que al principio me agradaba y ahora me molesta. No pueden ustedes figurarse lo difícil y desesperante que es para el escritor colocar forzosamente dentro del asunto novelesco la ringla de fechas y sus sucedidos históricos de un episodio […]  La novela es un arte muy difícil, más que el teatro, a pesar de lo que opinan algunos actores.

Cuenta Claudio de  la Torre (cuñado de su sobrino José Hurtado de Mendoza, en cuya casa vivió Galdós los últimos diez años de su vida) que un día, en una de las tertulias que se formaban en la casa, alguien, hablando de Canarias, apuntó el olvido que había tenido de esta tierra en sus libros a lo que Don Benito contestó:

No es cierto. Mis libros están llenos de paisanos nuestros. Cualquiera los reconocería. ¿Recuerdan ustedes aquella mujer de Telde? Aquí hablan mucho de socarronería inglesa, pero es que no han estado allá.

¡Las islas!… ¡Poco paisaje hay en mis libros! Me interesan más las personas.

2. Producción literaria: Novelas (1)

La Fontana de Oro. Primera novela publicada por Benito Pérez Galdós,

“La Fontana de Oro”. Primera novela publicada por Benito Pérez Galdós,

1870. La Fontana de Oro
1870. La sombra
1871. EL audaz. Historia de un radical de antaño
1876. Doña Perfecta
1877. Gloria
1878. Marianela
1878. La familia de León Roch
1881. La desheredada
1882. El amigo Manso
1883. El doctor Centeno
1884. Tormento
1884. La de Bringas
1885. Lo prohibido
1887. Fortunata y Jacinta. Dos historias de casadas
1888. Miau
1889. La incógnita
1889. Torquemada en la hoguera

9. Producción literaria: Teatro (1)

Realidad

“Realidad”.

1861. Quien mal hace bien no espere. Drama en 1 acto y en verso
1892. Realidad. Drama en 5 actos y en prosa
1893. La loca de la casa. Comedia en 4 actos y en prosa
1893. Gerona. Drama en 4 actos y en prosa
1894. La de San Quintín. Comedia en 3 actos y en prosa
1894. Los condenados. Drama en 3 actos y en prosa
1895. Voluntad. Comedia en 3 actos y en prosa
1896. Doña Perfecta. Drama en 4 actos y en prosa
1896. La fiera. Drama en 3 actos y en prosa

10. Producción literaria: Teatro (y 2)

San Quintín y Electra.

“San Quintín” y “Electra”.

1901. Electra. Drama en 5 actos y en prosa
1902. Alma y vida. Drama en 4 actos y en prosa
1903. Mariucha. Comedia en 5 actos y en prosa
1904. El abuelo. Drama en 5 actos y en prosa
1905. Bárbara. Tragicomedia en 5 actos y en prosa
1905. Amor y Ciencia. Comedia en 4 actos y en prosa
1908. Pedro Minio. Comedia en 2 actos y en prosa
1910. Zaragoza. Drama en 5 actos y en verso
1910. Casandra. Drama en 4 actos y en prosa
1913. Celia en los infiernos. Comedia en 4 actos y en prosa
1914. Alceste. Tragicomedia en 3 actos y en prosa
1915. Sor Simona. Drama en 3 actos y en prosa
1916. El tacaño Salomón. Comedia en 2 actos y en prosa
1918. Santa Juana de Castilla. Tragicomedia en 3 actos y en prosa
1922. Antón Caballero. Comedia en 3 actos y en prosa

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