El compromiso de la comunidad educativa es fundamental para favorecer la integración de todas las personas en un contexto de libertad, respeto y visibilidad de la interculturalidad. La tolerancia, el diálogo y la solidaridad se proponen como herramientas potenciales para generar un clima de confianza y entendimiento común, además de enriquecer la diversidad del conocimiento cultural y la experiencia vivencial superando cualquier tipo de prejuicio y estereotipo.

Los centros educativos que priorizan este eje continuarán o iniciarán medidas que contribuyan a los siguientes objetivos, entre otros:

  1. Fomentar la formación y el fortalecimiento en la escuela y en la sociedad de los siguientes valores humanos: igualdad, respeto, solidaridad, pluralismo, cooperación y responsabilidad social.
  2. Generar pensamiento crítico y actitud proactiva ante la desigualdad social y económica, la pobreza y los fenómenos migratorios, generando proyectos y tareas compartidas que contribuyan a despertar conciencias colectivas, a la participación activa de la ciudadanía y a combatir la aporofobia y la xenofobia.
  3. Reconocer y aceptar el pluralismo cultural como una realidad social. Contribuir a la creación de una sociedad en igualdad de derechos y a unas relaciones internacionales equitativas y armoniosas entre las diferentes etnias para así poder luchar activamente contra toda manifestación de racismo o discriminación e intentar superar prejuicios y estereotipos.
  4. Fomentar la interculturalidad para el enriquecimiento y el desarrollo personal y colectivo, como fuente de riqueza y no como factor de división, tomando como referencia la dimensión solidaria y la educación para el desarrollo.