Texto: la autora
FRANCISCA BALBINA RIVERO PIMIENTA
BALBINA RIVERO
1944
En la Noche
La luna me esquiva esta noche
el mar embravecido ruge en la distancia
mi dolor se proyecta en la noche
y cuento las horas más allá del amor y el odio
Francisca Balbina Rivero Pimienta, conocida literariamente como Balbina Rivero, nace en la Villa de Granadilla de Abona, el 24 de diciembre de 1944 aunque, oficialmente, consta el 16 de noviembre.
Su vocación literaria nace con ella aunque no es hasta bien entrada su madurez cuando logra publicar su primer libro, después de superar numerosos obstáculos.
A partir de su primer libro, comienza una carrera imparable, asombrando a sus editores y lectores por su prolífica producción.
Se inicia en la Editorial Baile del Sol con un libro de cuentos literarios para adultos titulado “Ya nada es igual”, al que se suman, en muy poco tiempo los títulos siguientes, la mayoría de ellos con Editorial Idea:
Aires del sur y del este, Ella confiesa (Baile del Sol), Óscar y Óscar (novela), Luis Diego Cuscoy, maestro y poeta (libro homenaje por su centenario); Doce horas para quince años (novela), Inextricable (novela), Fela, amiga y maestra (libro homenaje), Cuerda locura (novela).
Los libros infantiles:
Pipo, Una dosis diaria (de lectura), La Rebelión de las vocales, Entre alas y olas, Indiano Verde (Anaya). Leídos por el público en general y recomendados en algunos centros escolares y ludotecas.
Juveniles, que han sido recomendados en algunos institutos como libro de lectura: Amaro Pargo, el pirata de Tenerife; Beneharo, mencey de Anaga (Fin del mito)
Poemarios:
Ausencias, Levedad del ser, Festín de Venus y otros dioses (Idea); Poemas al viento (Escritura entre las Nubes).
Viaje por la vida (aforismos); Bajo el nogal (microrrelatos).
Ha participado en libros solidarios, colectivos y antologías, tanto en prosa como en verso. Ejemplo de ellos son: Escritos a Padrón, (museo Antonio Padrón), Casa de Fieras y Londres, con M.A.R. Editores,
Inquieta por todo lo relacionado con la cultura, idea la creación de una tertulia literaria con Fela Palenzuela y otros miembros, a la que llamaron Verbatim por sugerencia de Fela, amante de los latinismos. Más tarde, crea el grupo poético musical Pentaversus, con el que logran ser reconocidos como poetas. Con este grupo innova una forma de recitar que recuerda al teatro griego por los versos a coro que repiten todas las voces.
Fue vocal en la Asociación de Escritores de Canarias y perteneció al consejo de redacción de la revista Insularia, de publicación trimestral por dicha asociación.
Siente verdadera vocación por la lectura y por los niños, tal vez por ser de familia numerosa, por lo que da charlas en los centros escolares fomentando el amor por los libros y las letras en los estudiantes.
Seixo Revew (Canadá) e Isla Negra (Italia) son algunas de las revistas que han solicitado su colaboración.
DULCE FESTÍN DE VENUS
Apresúrate a cortar la rosa
pues, si tú no la cortas,
caerá marchita.
Apresúrate al juego de la seducción
y que el leve soplo de la brisa
te ayude a salir del puerto
después, en alta mar,
volarás al impulso de los vientos
más impetuosos.
Desconfía de la vaga claridad de las lámparas.
La noche y el vino extravían el juicio,
la noche oculta las imperfecciones.
Examina, pues, a la luz de día
el brillo verdadero de mi sincero amor.
No olvides que
antes cesarán de cantar los pájaros en primavera,
las cigarras en verano,
y las estrellas se apagarán en todo el universo
que no quede yo atrapada en tus redes,
seducida por tus artes amatorias.
Y que, alcanzada por el vino de las alas de Cupido,
no me entregue a ti en el dulce festín de Venus.
ANSIAS DE VUELO
Alas de águila tengo, de gorrión el cuerpo.
Quiero alzar el vuelo, atravesar las nubes,
jugar con un rayo de sol
y descansar en Venus.
Clamo, arengo y susurro en el desierto
nadie me contesta, ni tan siquiera el eco.
No hay viento, no hay brisa, todo es silencio,
un espejismo ilusorio veo a lo lejos.
El sol ardiente externo me consume
e igual, en mi interior, me quemo.
Alas de águila tengo,
de gorrión el cuerpo.
INSACIABLES
Ahora todo es silencio
roto por los frutos del odio.
Ojos dilatados
ojos vacíos
piernas rotas
brazos dentellados.
Restos de los que ayer fueron hombres
y hoy no son,
ni están.
Noches de inacabables fuegos, sin artificio,
albas oscuras, densas alboradas
irrespirables
por la muerte
la mentira
la ambición
el poder.
Engañosos salvadores,
lobos disfrazados de corderos
que no buscan caperucitas
sino a indefensos niños
vulnerables mujeres
y débiles hombres.
Zarpazos de gigante rabioso
diezman la vida palpitante.
Gobernantes insaciables,
ávidos de tesoros
y sentimientos muertos,
desoyen el clamor de las víctimas,
de los valientes desarmados.
El ritual lo exige.
Sus dioses de impiedad
quieren más, más, más…
Y todo vuelve a empezar
y la rueda sigue, y sigue, y quieren más, más.
Los dioses perversos quieren más…
LIBERTAD ALCANZADA
Caminar caminos
surcar mares
zigzaguear los cielos
es para mí un repetido sueño.
Volar sobre verdes campos
montando a Pegaso
sin permitir que Perseo
me de alcance y como a Medusa me mate.
Quiero hacer estelas en el zafiro Océano
acompañada de Poseidón hasta llegar
a la Atlántida platónica
donde mil Nereidas me recibirán.
En cuanto a los caminos terrestres
quiero que sean Gea y Zeus
los que mis pasos guíen.
Brindaré por ello.
Caminaré caminos
surcaré mares
volaré los cielos
y así olvidaré
tanto tormento
MI YO
Inmensa calma a mi alma unida
sin que la vana promesa del mundo se cumpla.
La libertad ventea en mí sobre el dolor
y calma … las sangrientas huellas del tiempo.
Ordené el pensamiento caótico que torturó mis días
y aprendí el valor de la unidad
expresión máxima de la profundidad del ser.
Al fin dejo de ser extranjera en mí
para, dueña y señora, recorrer vastos caminos
y volar altos cielos.
Buceo en mi yo… y me reconozco…
Nunca he sentido mayor placer en mi solitud.
EN BUSCA DE LA PAZ
Sentí su llamada
y mi espíritu respondió raudo,
era la paloma viajera
en busca de la Paz.
Había volado a las antiguas tierras
que se doran bajo el sol de oriente
y los hombres se queman
con las bombas de la ambición.
En la mañana azulada
me uní a su vuelo
y surcamos los gastados cielos
y sobre agotadas tierras.
Nuestros corazones rebosaban pesar y, mientras,
los hombres trabajaban y hacían ofrendas
otros comían y bebían y no nos veían pasar,
entre ellos, hablaban de la paloma perdida,
de la paloma de la Paz.
Llegó el tiempo de las tormentas
y las montañas cambiaron sus verdes por grises
las nubes galopaban furiosas
y cubrieron de oscuro la tierra.
La paloma y yo seguimos volando lento
volábamos sobre el país del trigo y la cebada,
viñedos, higueras y granadas, y sobre
la tierra de los olivos, que ya no manaba miel.
Cuéntame que ha pasado, blanca paloma
y ella me contó cómo perdido el amor,
recorría el mundo para unir a los hombres.
¿Cómo? Le pregunté, y su respuesta fue lo que Isaías profetizó:
“No alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra”
Mil palomas blancas se nos unieron
y seguimos volando, volando, surcando cielos…
De la novela Cuerda locura:
Había perdido el don de volar junto a los pájaros, el de comunicarse con las estrellas y el de trasladarse a cualquier lugar del mundo con la plena sensación de poseerlo todo, de comprenderlo todo. Cierto que ella no había pedido esos dones pero, ¿por qué ahora la despojaban de ellos?
¿A quién confiarle aquel el estado de locura extremadamente cuerda en el que se encontraba?
***
Salió de la consulta e inmediatamente se colocó las gafas de sol, no quería que nadie la viera con los ojos enrojecidos por el llanto. Caminaba despacio, cabizbaja y agradeciendo que la brisa de la tarde le diera en el rostro y le trajera el aroma de las flores del Parque García Sanabria, el pulmón de Santa Cruz, allí donde las madres llevaban a sus hijos para que sus risas infantiles alegraran los días de los chicharreros y turistas. Si en su niñez adoraba tomar el sol (como un lagarto, le decía su madre), ahora no soportaba el calor. En cuanto subía un poco la temperatura se sentía agotada. Afortunadamente el verano tocaba a su fin.
***
Ni uno solo de estos versos dejan de encontrar un lugar en mi alma, ésta se identifica con ellos, tú los sabes. En algún momento has de escucharme, tendrás que darme respuestas a tantas dudas. Cuando la desesperanza quiere entrar en mí y dominar mi ánimo, me digo, “si el hombre siendo como es imperfecto y con lo difícil que es encontrar y conservar un buen amigo, ¿cómo es que Juanila y Guillermo se desviven por mí y hacen todo lo posible porque me recupere y me sienta bien, y viene siendo así desde hace tantos años? Y si ellos siendo humanos se comportan así, son tan constantes, ¿por qué no vas tú a escucharme y complacerme después de habérmelo prometido tantas y tantas veces?
***
De la novela Inextricable
Se levantaron con el alba. Unos tímidos rayos de sol intentaban abrirse camino entre unas nubes negras, amenazadoras de descargar la abundante lluvia que parecía llevar dentro.
Tal y cómo habían quedado la noche anterior, María recogería a Luna en la parada de la guagua en la Avenida Tres de Mayo. Luna ya la esperaba, abrigada hasta las orejas, el relente de la mañana se hacía notar con fuerza. Desde allí les sería más fácil la salida de la capital hacia el norte de la isla. El tráfico era intenso, todos los conductores, al volante, con cara de sueño, luchaban por llegar a sus puestos de trabajo, las colas de coches eran interminables por lo que tocaban el claxon, impacientes de permanecer tanto rato sin apenas avanzar unos metros.
***
Los visillos estaban abiertos y a través de la amplia cristalera que quedaba a la espalda de Dionisio, se veía la verde campiña y la hermosa y suave figura de una colina, recortada en un cielo gris pálido que amenazaba ser roto por unos tímidos rayos de sol que querían abrirse paso entre las nubes, tal vez para alumbrar y llenar de esperanza a aquellas dos mujeres tan necesitadas de respuestas o, tal vez, favorecer la intuición de aquel ser, según quienes lo conocían, dotado de una gran clarividencia.
Relativo a su poesía, Ambrosio Fornet, exprofesor de la Universidad de la Habana, presidente de la Casa de América, guionista y crítico literario dice: es admirable cómo Balbina Rivero con palabras tan sencillas logra transmitirnos sentimientos tan profundos.
El director de cine Rolando Díaz comenta de su primer libro Ya nada es igual, un libro de relatos, entre otras cosas: Es una ambiciosa mirada de gran sensibilidad que refleja en sus breves relatos muchas de las inquietudes, certezas e incertidumbre que nos envuelven y acechan a lo largo de la vida.
El doctor en Historia del Arte de la ULL, dice de su segundo libro Aires del Sur y del Este:
Su prosa es enriquecida por matices poéticos donde abundan las expresiones rápidas, los términos familiares, los tonos cariñosos, la naturalidad en toda su amplitud. Un estilo un tanto escueto, flexible, vivo, descriptivo y apasionado, que revela una incesante preocupación por el hombre, la sociedad y su integridad espiritual frente a la crisis, la violencia, la pérdida de valores y la carencia de sensibilidad. Por eso, los cuentos que este libro contiene no son meras historias, llenas de retóricas, inventivas literarias que producen una acertada estética, sino que ofrecen un contenido apoyado en una experiencia vivencial, sólida, que desea transmitir, con pasión, la verdad. Aferrada a la realidad, confiere a sus personajes un vigor excepcional, llenos de amenidad que seducen y convencen. Algunos se mueven en marcos naturales, otros, en cambio, son fruto de una reflexión, de meditaciones y observaciones que trazan todo un sentir forjado ya en su infancia en aquellas tierras sureñas, donde la naturaleza expresaba su fuerza y esplendor, de cielos inmensos, de mar infinita, de claras montañas, o del duro contraste de una sociedad urbana en que descubre los efectos de los hombres que parecen haber olvidado el placer de vivir.
Todos ellos quedan atrapados bajo la mirada de un pensamiento, o más literariamente, de un eufemismo, de genio muy personal, de efusiones casi líricas y de estilo cuidado, que Balbina, con encanto especial, los convierte en “prefacio” para cada uno de los cuentos: “Muchas veces pienso que sueño demasiado, y otras, que vivo muy poco” (cuento 2); reproduce con sobria claridad sus lógicas deducciones, encerrando con ello el contenido del relato, sin abandonar por un instante el intenso efecto que produce en el lector. Aquí, la autora manifiesta con soltura y decisión el manejo no sólo de la prosa, sino de la poesía, de la reflexión, concediéndole talla de pensador.
Como hemos dicho, con este libro Balbina nos descubre su capacidad literaria, pero no la capacidad de ahora, sino la de siempre. Aquella capacidad que venía impulsada desde niña, desde joven, gracias a que la vida no pasa de largo, porque hay que gozarla con vehemencia y originalidad. Esta riqueza contenida va poco a poco transformándose en páginas escritas, en realidades, en situaciones donde el lector, más de una vez, se sentirá identificado.
Gerardo Fuentes Pérez
Doctor en Historia del Arte
Juan Martínez Torvizco, sobre la novela Cuerda locura, apunta:
En «Cuerda Locura» Balbina Rivero presenta una visión personal de su espiritualidad, unida a grandes dotes de realismo que hace de esta novela un viaje introspectivo hacia y desde dentro. Dentro del género humano se encuentran dos categorías de escritoras, de un lado las de talento que escriben por pura inspiración y las carentes de talento que lo hacen por pura ilusión. De las segundas no merece la pena gastar palabras de dedicación. Sin embargo, a las primeras las palabras les revolotean como el vuelo de un pájaro o como el mecerse de una cometa. Las palabras cual ADN del organismo se van colocando de manera ordenada donde le corresponde a cada una siguiendo el mandato de su hacedora.
La necesidad de escribir está en la propia naturaleza de la autora. La novela que tiene el lector en sus manos está dividida en tres apartados: una primera parte donde se presenta al personaje de Lucía, como mujer que lleva atormentada los dos últimos años. Habla en primera persona narrando una serie de vivencias y situaciones, entre otras, un problema actual como es el del insomnio. Esta parte aparecen pinceladas de los problemas mentales que cual pájaro revolotean en la mente de Lucía, su pérdida de ilusión, su tristeza, su necesidad de «búsqueda del camino» son compatibles con la ansiedad que se manifiesta en su conducta. Lo que se deja entrever en esta parte es que Balbina Rivero no ha perdido el don de volar junto a los pájaros, el de comunicarse con las estrellas y el de trasladarse a cualquier lugar del mundo con la plena sensación de poseerlo todo, de comprenderlo todo, en definitiva, es un pequeño gorrión en medio de un huracán que es la vida, como pone en boca del personaje. La segunda parte cuenta con una relación malograda por el fallecimiento de la persona que da ganas de vivir a nuestro personaje principal. Se revela un espíritu frágil a la vez que fuerte, Balbina Rivero presenta a una persona portadora de la luz, capaz de hacer sanar a una niña. También nos presenta un lugar de peregrinación como es el Valle de Taizé, en Francia. Esta segunda parte tiene un espíritu más mundano y las cuestiones planteadas pueden ser resueltas desde el ámbito de lo real, al margen que Rivero presente al personaje con la capacidad de entrar y salir de la realidad y sumergirse en el mundo de los sueños. Quizás la gran aventura esté en el desconocimiento que el personaje presenta del estado en que se encuentra en todo momento, lo que le confiere un espíritu a la vez que innovador, ciertamente místico.
La tercera parte de esta publicación a la vez que ocurre en las dos anteriores aparece la figura del alma como algo que tiene su sentido en la medida que alguien quiere desarrollar su espiritualidad. El «leit motiv» utilizado en todo momento en la novela es «no sé si pienso o sueño que pienso». La protagonista que desde muy pequeña abraza en conversaciones íntimas la figura del Guía o Maestro se produce un momento que se da cuenta que tiene que ir sola y enfrentarse a sus propios miedos.
La autora Balbina Rivero utiliza este recurso de poner en primera persona todo el transcurrir de la acción de Lucía. Se plantea una especial forma de entender la realidad y la ficción, me viene a la memoria el libro de Paul Watzlawick, « Es real la realidad» que plantea ¿Hasta qué punto es real lo que ingenuamente solemos llamar realidad? ¿Existe sólo una realidad, reflejo de verdades eternas y objetivas?.
El trayecto existencial que impregna la obra de Rivero sólo se ve interrumpido por los episodios de realidad que párrafo tras párrafo van quedando plasmados en el papel. La protagonista de esta obra se nos muestra imbuida en una religiosidad que la hace, utilizando la metáfora como figura literaria, mostrarse como alguien dependiente de los demás. Suyas son las palabras «conseguía por medio de los rezos, la oración, la acción, la meditación o mediante determinadas lecturas, alimento para mi mente y mi espíritu».
Con un lenguaje rico y un adecuado uso de los calificativos, la autora de la novela nos va introduciendo en ese mundo de difícil división entre lo imaginario y lo consciente. Va perfilando a lo largo del transcurrir de la obra la protagonista “seguiré soñando con imaginarias metas, seguiré soñando que pienso y por lo tanto que existo, seguiré creyendo que avanzo”.
Estas declaraciones de Rivero me hacen recordar una situación donde los protagonistas tienen puntos de vistas diferentes aunque los dos presenten la mejor de las visiones, una pareja de pie frente a la inmensidad del gran cañón: “¿Has visto algo más imponente?” dice él, ella distraída le muestra una pequeña flor que acaba de alzar del suelo: “Sí… ¿has visto algo más perfecto?”. Le responde.
Una vez que has leído la novela, seguro lector que te pasa lo que a mí, que a veces te vas trasladando en el espacio y en el tiempo y eso sólo se logra cuando quien encadena las palabras tiene la espiritualidad, la imaginación, la sensualidad y la sensibilidad de Balbina Rivero. Creo que estás preparado para adentrarte en el mundo real de la imaginación o en el mundo imaginario de la realidad, tú eliges cual quieres que sea tu mundo.
Juan Martínez Torvisco
en conversaciones íntimas la figura del Guía o Maestro se produce un momento que se da cuenta que tiene que ir sola y enfrentarse a sus propios miedos.
La autora Balbina Rivero utiliza este recurso de poner en primera persona todo el transcurrir de la acción de Lucía. Se plantea una especial forma de entender la realidad y la ficción, me viene a la memoria el libro de Paul Watzlawick, « Es real la realidad» que plantea ¿Hasta qué punto es real lo que ingenuamente solemos llamar realidad? ¿Existe sólo una realidad, reflejo de verdades eternas y objetivas?.
El trayecto existencial que impregna la obra de Rivero sólo se ve interrumpido por los episodios de realidad que párrafo tras párrafo van quedando plasmados en el papel. La protagonista de esta obra se nos muestra imbuida en una religiosidad que la hace, utilizando la metáfora como figura literaria, mostrarse como alguien dependiente de los demás. Suyas son las palabras «conseguía por medio de los rezos, la oración, la acción, la meditación o mediante determinadas lecturas, alimento para mi mente y mi espíritu».
Con un lenguaje rico y un adecuado uso de los calificativos, la autora de la novela nos va introduciendo en ese mundo de difícil división entre lo imaginario y lo consciente. Va perfilando a lo largo del transcurrir de la obra la protagonista “seguiré soñando con imaginarias metas, seguiré soñando que pienso y por lo tanto que existo, seguiré creyendo que avanzo”.
Estas declaraciones de Rivero me hacen recordar una situación donde los protagonistas tienen puntos de vistas diferentes aunque los dos presenten la mejor de las visiones, una pareja de pie frente a la inmensidad del gran cañón: “¿Has visto algo más imponente?” dice él, ella distraída le muestra una pequeña flor que acaba de alzar del suelo: “Sí… ¿has visto algo más perfecto?”. Le responde.
Una vez que has leído la novela, seguro lector que te pasa lo que a mí, que a veces te vas trasladando en el espacio y en el tiempo y eso sólo se logra cuando quien encadena las palabras tiene la espiritualidad, la imaginación, la sensualidad y la sensibilidad de Balbina Rivero. Creo que estás preparado para adentrarte en el mundo real de la imaginación o en el mundo imaginario de la realidad, tú eliges cual quieres que sea tu mundo.
Juan Martínez Torvisco
Psicólogo Social
Ser mujer es un handicap para cualquier proyecto en el que se aventure.Toda mujer habrá demostrar, una y otra vez, que tiene méritos más que suficientes para ello y, aún así, tendrá que probarlo a cada paso que da.
En la literatura, como en tantos otros campos, ha mantenido una dura lucha constante para ocupar el espacio que por derecho propio le corresponde y el que los hombres han considerado siempre eminentemente masculino.
Solo existe una Literatura: la buena, la bien hecha, se escriba en el punto cardinal que se escriba y la cree la pluma de una mujer o la de un hombre.
En la primera juventud de Balbina Rivero solo pudo leer textos de tres mujeres: Teresa de Ávila, Pearl S. Buck y algo de Emilia Pardo Bazán.
Actualmente, en Canarias, hay valiosas escritoras que merecen que su obra se proyecte fuera de nuestros límites isleños. A la península y, por qué no, más allá de nuestras fronteras.
Como experiencia personal, en la época que le tocó nacer a Balbina Rivero y ser niña, la condicionó brutalmente, ser la segunda de siete hermanos, también. Solo tenía preferencia a la hora de cargar con el pesado fardo del trabajo y la responsabilidad, sin posibilidad de reconocimiento alguno:
La sociedad, a lo largo de siglos, ha la encuadrado a la mujer en el papel de reproductora de hijos y la de fiel esposa (anteriormente, de buena hija), mentalidad que ha ido variando muy lentamente hasta conseguir derechos, sobre todo en occidente. Actualmente se viene notando un cierto retroceso por lo que la mujer debe seguir luchando si quiere mantener lo conseguido y seguir avanzando.
A la mujer la salva su fortaleza y su constancia en la lucha.
Prácticas Comunicativas y Creativas (PVY)
1º ESO