DIFERENTEMENTE IGUALES

IGUALDAD Y EDUCACIÓN AFECTIVA – SEXUAL Y DE GÉNERO

DIFERENTEMENTE IGUALES

NÜSHU, la escritura secreta de las mujeres

El nüshu (女书) o “escritura de mujeres”, fue una herramienta de comunicación creada y utilizada exclusivamente por féminas en el condado de Jiangyong. A partir de la década de 1920, con la mejora de la situación social de la mujer, el nüshu perdió su funcionalidad y comenzó a caer en desuso, pero sigue captando la atención de numerosos investigadores.

En la década de 1960, una mujer resultó herida al ser arrollada por un tren en Shaoyang, (provincia de Hunan). Tras su traslado al hospital, los enfermeros se percataron de que era imposible comunicarse con ella. Tanto su pronunciación como su escritura no eran inteligibles. Aunque ninguno de ellos lo sabía, estaban ante un caso de un colosal interés lingüístico: la primera toma de contacto de la sociedad moderna con el nüshu (女书) o “escritura de mujeres”, una herramienta de comunicación creada y utilizada exclusivamente por féminas en el condado de Jiangyong.

En 1954, unos años antes del curioso suceso, Zhou Shuoyi, gerente del museo Cultural de Jiangyong, ya había descubierto, en una de sus visitas al condado, la existencia de un sistema de escritura diferente al utilizado comúnmente en chino. Sin embargo, aunque trató de comunicárselo al museo provincial de Hunan, no logró llamar la atención de sus superiores. No fue hasta 1983 que comenzó la investigación formal del nüshu. El responsable de ello fue Gong Zhebing, profesor de la South Central University for Nationalities, que se trasladó a Jiangyong para estudiar de cerca a las últimas hablantes del misterioso idioma.

Muestras de escritura Nüshu
Muestras de escritura Nüshu

De su experiencia proceden las primeras muestras de esta enigmática lengua recuperadas para su estudio, así como numerosas grabaciones de mujeres recitando los poemas que en ellas se representaban. Desde entonces, no son pocos los estudiosos que han dedicado gran parte de sus esfuerzos a desentrañar los secretos del idioma. La provincia de Hunan ha sido testigo de cómo investigadores procedentes de todas partes de China se han sumergido en sus lugares más recónditos para observar la actividad de las últimas usuarias de esta escritura, unas ahora ancianas que, en secreto, lograron mantener vivo el legado cultural que habían recibido de sus antepasadas.

Nushu
          Condado de Jiangyon

A pesar del avance en estas investigaciones, sigue sin haber consenso sobre el momento aproximado en el que el idioma pudo comenzar a utilizarse. De igual modo, no está claro si su desarrollo procede de la escritura en huesos oraculares, si fue una concubina imperial del siglo XI la que, encerrada en un palacio, inventó sus caracteres para poder comunicarse por cartas con su familia, o si realmente se trata de un residuo de la lengua de los yao, un pueblo que habitó la zona siglos atrás.

Mujer escribiendo en nüshu          Mujer escribiendo en nüshu

La mayor parte de las muestras de nüshu que aún se mantienen datan del siglo XIX, una época en la que las comunidades chinas estaban estructuradas bajo un férreo sistema patriarcal. Las mujeres debían su entera existencia al cumplimiento de las “tres obediencias”. Se trata de las conocidas normas morales confucianas según las cuales su rol en la sociedad era el de obedecer a su padre, a su marido y a su hijo. Debido a ello, la mujer tenía prohibido el acceso a la educación. Bajo estas circunstancias, las mujeres comenzaron a agruparse en hermandades, en las que las laotong (老同), es decir, hermanas no carnales, se unían en una relación dentro de la cual compartían sus sentimientos para ayudarse mutuamente a lidiar con las dificultades de la vida.

En ocasiones, las niñas eran hermanadas por sus respectivas familias antes de nacer, aunque también había en la comunidad personas cuya función era determinar el nivel de compatibilidad de las pequeñas y unirlas a otras vecinas con las que tuvieran características en común. Cuando las muchachas se casaban y daban a luz, debían marcharse a vivir al hogar de su marido para siempre, por lo que la única forma posible de mantener el vínculo que las había unido desde pequeñas era seguir comunicándose a través de cartas escritas en un idioma que los hombres no pudieran comprender.

Alumnas de una escuela aprenden nüshu
 Alumnas de una escuela aprenden nüshu

Realmente, el nüshu es tan solo un sistema de escritura, ya que sus caracteres son una representación gráfica alternativa del dialecto local, cuya pronunciación sí que entienden los hombres. Conocido entre sus usuarias como “escritura de mosquitos” (蚊形字), el nüshu está compuesto por caracteres en forma de rombo alargado y de trazos suaves y delicados. Su parecido con la escritura del chino ha llevado a los expertos a pensar que su desarrollo pudo haber recibido una enorme influencia del estilo caligráfico regular (楷书). Sin embargo, a diferencia de los caracteres chinos, o hanzi, en su mayoría logográficos, los caracteres del nüshu son fonográficos, es decir, representan sonidos, tal y como ocurre con el alfabeto latino. Las muestras de textos que aún se conservan transmiten las reflexiones de sus escritoras sobre su propia vida, sobre el matrimonio o sobre la aflicción que sentían al separarse de sus laotong, narran eventos locales o expresan felicitaciones o condolencias por sucesos ocurridos en la vida de sus compañeras. Sus escritos tenían forma de poemas regulares de versos de cinco o siete caracteres, escritos a menudo sobre la superficie de hermosos abanicos, libros con una maquetación exquisita o en las cartas con las que se comunicaban con sus compañeras.

nüshu

Yang Huanyi fue la última mujer que pudo reconocer, leer, cantar y escribir nítidamente nüshu.

A partir de la década de 1920, con la mejora de la situación social de la mujer, el nüshu perdió su funcionalidad y comenzó a caer en desuso. En la actualidad, tan solo es posible encontrar señales del mismo en el pueblo de Puwei, un lugar que aún conserva la atmósfera natural que lo caracterizaba hace siglos. La cultura que ha dejado este singular sistema de comunicación gráfico se mantiene viva en el museo del Nüshu de Jiangyong, en el que se promociona y se enseña su escritura. En su interior, el espectador puede, además de contemplar el arte en su máximo esplendor, percibir la historia y el espíritu de superación de las mujeres de antaño.

Muestras de escritura Nüshu Muestra de escritura iNüshu

Hoy en día, el nüshu capta la atención de numerosos estudiosos y lingüistas que lo investigan. El interés que suscita le confiere un mérito y un valor que difícilmente hubieran podido imaginar las mujeres que lo usaban como la única forma posible de expresar sus sentimientos. Debido a su falta de uso en la actualidad, y a la evolución del papel de la mujer en la sociedad, es muy probable que se extinga algún día.

Mientras tanto, los turistas que deseen presenciar sus últimos vestigios hallarán mujeres para quienes el nüshu seguirá siempre representando la creatividad, el coraje y la incansable lucha por la igualdad de sus antepasadas.

Juan Diego Fernández Rosado
费英杰

ABDELÁ TAIA, el niño pobre que despertó la conciencia homosexual en Marruecos

El primer intelectual en salir del armario en su país es hoy un narrador sólido y prestigioso cuya obra trata de averiguar cómo ser marroquí y homosexual sin dejar de ser ninguna de las cosas.

Abdelá Taia (Salé, 1973) asegura que cuando era niño nunca pensó en convertirse en escritor, pero mucho menos en motivo de escándalo. El primer intelectual marroquí en salir del armario asumió su destino como algo dado. “Ser escritor era un sueño de niño pobre”, explica con motivo de la publicación de El que es digno de ser amado, una novela que, como gran parte de su obra, comienza en el Marruecos de su infancia. “Los sueños eran cosas que sucedían en la tele. Sabía que nunca se cumplirían, porque era verdaderamente muy pobre. Incluso cuando, más tarde, conocí a un suizo, ligué con él, terminé mis estudios de literatura francesa en Ginebra, me fui a París y empecé a escribir, seguí empeñado en la escritura, pero sin pensar que pudiera interesar a nadie”.

Todo cambió en verano de 2005. La televisión marroquí produjo una serie sobre artistas marroquíes en el extranjero, y Taia protagonizó un documental de 30 minutos. “Fue sensacional”, recuerda. “La gente en Marruecos vio que era un buen chico, humilde, sin arrogancia, que hablaba bien francés y había escrito un libro.Yo representaba un motivo de orgullo porque en el vídeo salía en París, en el Barrio Latino, paseando por el Louvre… Eso, para los marroquíes, son cosas importantes. Y pensaron que había triunfado. Así que pocos meses después, en enero de 2006, salió mi nuevo libro, fui a presentarlo a Marruecos y dije que era homosexual”. Y entonces el héroe se convirtió en escándalo.

Hace más de dos décadas que Taia vive autoexiliado en París, donde ha escrito y publicado una decena de novelas en francés, la mayoría de ellas publicadas en español en la editorial Cabaret Voltaire. Pero el desgarro, asegura, sigue intacto. “Cuando hice pública mi homosexualidad pasé mucho miedo. Un miedo físico, en las tripas, en la piel. Porque, en mi cabeza, los medios siempre están del lado del poder. En los medios solo hablan los poderosos, los ricos y algunos intelectuales muy asentados que son evidentemente burgueses”, denuncia. “Yo era pobre, hablaba de homosexualidad, de la sociedad marroquí, de supervivencia y de literatura, y de que estaba muy solo. Es cierto que la prensa marroquí estaba esforzándose por hablar objetivamente del tema, pero yo seguía estando solo”.

La situación paradójica de la vivencia homosexual en Marruecos es uno de los temas centrales de su obra. “En mi adolescencia algunas películas de Almodóvar se consideraban como porno soft, así que podían verse en salas de cine erótico a las que todo el mundo iba. Fue ahí donde vi, en programa doble, La ley del deseo y Átame, que fueron muy populares. Incluso recuerdo haber visto La ley del más fuerte de Fassbinder o Les nuits fauves. Películas que hablaban claramente de la homosexualidad. En un cine marroquí, en 1992. ¿Cómo llegaron allí? Es un misterio… pero hoy sería impensable”.

Desde su exilio parisino, Taia ha seguido de cerca la evolución del movimiento LGTB en Marruecos. “Para mí hay dos épocas bien diferenciadas”, explica. “A partir de 2004 o 2005, cuando yo empecé a hablar, hubo un periodo en que se permitió a la gente expresarse. Los periodistas marroquíes hacían autocrítica y comenzaban a hablar de forma objetiva de los homosexuales, la asociación LGTB fundó una revista en árabe y, en cierto modo, había una brisa de cambio que casi siempre procedía de la clase media o baja, a la que yo pertenecía”. El cambio llegó tras la primavera árabe de 2011, una época “de inmensa conciencia política”. “Posteriormente la sociedad evolucionó de otro modo, pero recuerdo que en Marruecos, durante el movimiento del 20 de febrero, una de las cosas que se pedían era la despenalización de la homosexualidad. Estaba en el programa. Hoy estamos en otro periodo en el que ha quedado claro que el poder, en Marruecos, no quiere cambios. Y no hablo del gobierno ni de los islamistas, sino de las estructuras de poder en general. De todos los poderosos. Antes del islamismo ya había una ley que criminalizaba la homosexualidad. Sin ir más lejos, los socialistas marroquíes no hicieron nada para cambiarla cuando gobernaron”.

Sin embargo, explica, la rígida legislación no impide una cierta libertad que ha encontrado un canal natural a través de las redes sociales. “Desde hace unos años hay algunas superestrellas de Youtube que son LGTB. Varios de ellos son transgénero. Para los legisladores, no existen. Pero hablan a millones de personas”. En los últimos tiempos, el activismo de Taia se ha vuelto más intenso. Especialmente desde la publicación, a finales del mes de julio de este año, de una tribuna en Le Monde donde abogaba a favor de la despenalización de la homosexualidad en Marruecos.

De ahí no es difícil saltar a otra cuestión espinosa: la del mito de Marruecos como paraíso homosexual, fomentado durante buena parte del siglo XX por occidentales que acudían al país magrebí atraídos por el la leyenda de la extrema liberalidad marroquí, especialmente de puertas adentro. “No sé si Marruecos es un paraíso homosexual, aunque quizás lo fuera para Paul Bowles, Tennessee Williams o Jack Kerouac”, responde. “Bowles me encanta, pero lo que dice sigue la estela del orientalismo y del colonialismo e incluso de una cierta depravación muy anglosajona que consiste en ir en busca de salvajespara experimentar el paraíso primitivo. Pero esa gente no hizo nada para ayudar a los marroquíes, y mucho menos para ayudar a los homosexuales marroquíes. Iban para tener sexo barato con jóvenes marroquíes y fumar hachís. Así de claro”. Le preguntamos por otro ardiente defensor de la cultura marroquí, Juan Goytisolo, a quien Taia conoció . “Bueno, es que Goytisolo era otra cosa. Siempre defendió la cultura árabe, la defendió por escrito, escribió muchísimo acerca de ella y se le atacó por ello. Y sus libros están tan impregnados de la estructura y la estética de la cultura árabe que creo que conocía la cultura árabe mejor que yo, por ejemplo. Goytisolo no tiene nada que ver con Bowles o Kerouac. Hay que ser justos con él”.

¿Qué hay entonces de esa afirmación de que la homosexualidad, en Marruecos, se practica pero no se menciona? “Todo ser humano tiene  necesidades, y da igual que esté en Sudán o en Austria o en Marruecos o en Chile. Así que uno se las apaña a pesar de la ley, las prohibiciones y los tabúes. Hay tabúes en todas partes, incluso en el mundillo literario de París, donde hay muchos homosexuales casados y en el armario. Los tabúes están mucho más arraigados en el alma humana que la ley. Luego están la ley y el poder, y la gente en Marruecos no es tonta. Sabe que si habla abiertamente va a la cárcel o se expone a las críticas. La ley no les obliga a ser hipócritas, sino a protegerse y a protegerse de la mirada de los otros, que podrían denunciarlos al poder. Así que, en lugar de hablar de sociedades musulmanas homófobas, porque no se puede tratar a toda una sociedad de un modo tan esencialista, hay que señalar a la ley. Y preguntarse por qué el poder no quiere dar la libertad a sus individuos, que deben robarla como pueden. Y no lo digo para defender a Marruecos. Pero un escritor debe profundizar y entender el contexto en el que se mueven las personas. Después de las revoluciones árabes han pasado muchas cosas, y ya no se puede hablar de estas sociedades del mismo modo que antes, desde ese cómodo orientalismo”.

Para existir tuve que dejar de existir, en cierto modo. Es algo muy propio de la vivencia homosexual, en la que a veces lo esencial no debe ser nombrado y la verdad no debe ser dicha para sobrevivir. A veces hay que inventar un espacio en el que existir sin existir

EL PAÍS

FEMINAIPES, la baraja de naipes feminista

Feminaipes es una baraja de cartas basada en la célebre baraja española, pero con una variable: las protagonistas son las mujeres. Pablo y Martina, una pareja argentina decidieron que ya era hora de incluir a la mujer en el mazo de cartas, y se pusieron manos a la obra para poner en marcha su proyecto.

La pareja es aficionada a los juegos de cartas, y en uno de los muchos juegos de ambos, Martina expresó su descontento con que la bajara española no tuviera figuras femeninas y todos fueran hombres. Según su parecer la baraja representaba un modelo «machista» y ya era hora de hacer una variante que tuviera mujeras. Así fue como nació la idea de la baraja feminista.

Algunas de las cartas de la baraja de Feminaipes

Primero realizaron comprobaciones para ver que la marca Feminaipe estaba libre, y posteriormente la resgistraron.

Después de esto, una amiga diseñadora se encargó del diseño de las diferentes figuras y cartas. Las cartas tienen mujeres de todas las etnias, edades y formas de cuerpos.

Algunas de las cartas de la baraja de Feminaipes

La caja de naipes cuesta al rededor de los 8 dólares y el principal canal de venta que utiliza la pareja es vía Instagram.

Algunas de las cartas de la baraja de Feminaipes

9 CUENTOS INFANTILES PARA EDUCAR NIÑAS EMPODERADAS Y SEGURAS DE SÍ MISMAS

Brujas, niñas que quieren ser bomberas, princesas que rescatan príncipes… las protagonistas de estas historias tienen un potente discurso que todos los estudiantes deberían escuchar con atención.

Las niñas visten de rosa, los hombres de azul”. “Los hombres son mejores para las ciencias y las mujeres tienen más desarrolladas las habilidades verbales o lingüísticas”. “Los hombres juegan con coches y las mujeres con muñecas”… en pleno siglo XXI, estas diferenciaciones que existen entre hombres y mujeres siguen estando muy marcadas, hecho que puede afectar la forma como los niños y niñas se enfrentan al aprendizaje.

Esto significa que la necesidad de acortar las brechas de género desde la sala de clase, promoviendo valores como el respeto y derribando estereotipos, sigue siendo una prioridad urgente.

Frente a esto, los educadores no son los únicos que están intentando cambiar el foco del discurso; algunos autores e ilustradores de cuentos infantiles también lo están haciendo a través de sus historias, modificando personajes y enfocando los cuentos en una dirección que permite a las niñas, a través de la lectura, sentirse grandes, poderosas y capaces. En ese sentido, frente al compromiso de trabajar por la igualdad de género y derribar los estereotipos de aprendizaje en las aulas y en los hogares, estos libros llegan para convertirse en los mejores aliados de educadores y padres que a diario trabajan por empoderar a sus hijos y estudiantes, mostrándoles que sin importar su género, todos están hechos para hacer grandes cosas.

1. MERCEDES QUIERE SER BOMBERA

Mercedes tiene un sueño: ser bombera, sin embargo, sus compañeros de clase se ríen de ella. El cuento muestra cómo se condiciona a la personas por su género, pero para contrarrestar esto, destaca también la importancia del apoyo de las familias y docentes frente a este tipo de situaciones.

2. OREJAS DE MARIPOSA

Su compañeros se burlan porque tiene grandes orejas, sin embargo, la protagonista de esta historia se quiere y se respeta. Su historia permite abordar de una forma positiva, cosas como el auto respeto, la aceptación y el acoso escolar.

3. LAS JIRAFAS NO PUEDEN BAILAR

¿Quién dijo que las jirafas no puede bailar? Esta historia es perfecta para recordar que no hay nadie que pueda decir qué pueden o no pueden hacer los niños. En otras palabras, rescata la importancia de empoderarlos y confiar en sus capacidades, pues de esta forma, ellos podrán confiar en sí mismos.

4.LA PRINCESA VESTIDA CON UNA BOLSA DE PAPEL

Robert Munsch quiso dar una vuelta de tuerca a las historias de los príncipes y princesas en este asombroso cuento. Rompe con los elemento usuales de los cuentos de hadas. En esta historia, la princesa es quien debe salvar al príncipe, la pareja enfrenta algunas dificultades y ella, debido a un incendio en el castillo, debe vestirse con un trozo de papel… otras particularidades suceden a través de un libro que con humor, rompe con los estereotipos.

5. MALENA BALLENA

Es la historia de una niña llamada Malena a quien le dicen “ballena”. Su historia es una lucha contra los complejos que surgen por los estereotipos de belleza. Un día, el profesor de natación de la niña le enseña un truco que le cambia su vida de forma positiva.

6. LAS PRINCESAS TAMBIÉN SE TIRAN PEDOS

Otro cuento que rompe con todos los estereotipos de la forma más divertida posible. Es una historia perfecta para enseñar a niños y niñas que la perfección es imposible y que hay cosas que son normales, válidas y sobre todo, humanas.

7. MUJERES

 

Isabel Ruiz Ruiz creó este libro para contar la historia de 18 mujeres luchadoras que son un ejemplo a seguir. En principio retrató a Virginia Woolf, a Frida Kahlo, a Isadora Duncan… Después comenzó a hacer una selección más equilibrada intentando abarcar mujeres de todos los ámbitos: científicas, políticas, deportistas, fotógrafas…

8. SALVAJE

Salvaje, de la autora hawaiana Emily Hughes cuenta la historia de una niña que vive feliz en la naturaleza, donde los osos le han enseñado a comer, los pájaros a hablar y los zorros a jugar. Como Mowgli en el libro de la selva… ella es audaz, valiente e increíblemente libre.

9. GUAPA

Una bruja tiene una cita con un ogro y se ve estupenda. Sin embargo, camino a su cita, algunas personas empiezan a mencionar todo lo que debería cambiar para verse realmente “Guapa”. El cuento rescata la importancia de que las niñas se sientan únicas y se quieran tal y como son.

FEMINISMOS REUNIDOS

Feminismos Reunidos. El trivial feminista de Sangre Fucsia

 

Feminismos reunidos. La revolución empieza en tu salón es un juego de mesa de preguntas y respuestas que pone a prueba tus conocimientos sobre pensamiento y práctica feminista, historia de las mujeres, diversidad sexual, cultura en femenino, activismo, etc.

 

No importa tu nivel académico, cuántos puntos tengas en tu carné activista, ni la tendencia feminista con la que más te identifiques. Aquí lo importante es aprender y divertirse, porque la lucha empieza jugando.

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La dinámica del juego se basa en el célebre Trivial y consta de 1.200 preguntas, englobadas en seis categorías. Cada categoría está representada por una figura icónica de ese campo:

  • Academia [Simone de Beauvoir]: grandes referentes teóricos de ayer y hoy.
  • Calle [Angela Davis]: movimientos sociales y activismo, también en Internet.
  • Cuerpos [Judith Butler]: sexualidad, salud, LGTBQ y transfeminismos.
  • Cultura [Frida Kahlo]: aportaciones femeninas y feministas a la historia de la literatura, música, bellas artes, cine, cómic, etc.
  • Derechos [Olympe de Gouges]: avances en materia de derechos (aborto, divorcio, voto…), política institucional, convenciones y legislación internacional
  • Herstory [Valentina Tereshkova]: ¿sabías que la historia está llena de mujeres que hacen cosas?

Sangre Fucsia - Feminismos Reunidos- tablero

Si te has  enterado tarde, no te preocupes, se han editado más ejemplares, ya va por la 3ª edición y se puede adquirir en cualquiera de estas librerías y puntos de venta afines.

LA HISTORIA DE LAS HERMANAS ESCOCESAS PIONERAS DEL ART NOUVEAU

Dos mujeres virtualmente olvidadas, Margaret y Frances MacDonald, estuvieron entre los artistas que sentaron los principios estéticos del Art Nouveau en los apasionantes primeros compases del siglo XX, el siglo de las grandes vanguardias en el arte.

Existe una femineidad casi esencial en el Art Nouveau. Por eso, no es una sorpresa que dos mujeres, provenientes de la ciudad escocesa de Glasgow, hayan estado entre los creadores que dictaron las bases estéticas de la corriente artística que iluminó Europa entre 1890 y 1915.

A pesar de que hoy Margaret y Frances MacDonald son poco conocidas, ellas formaron parte de la Escuela de Glasgow, un importante círculo de artistas modernos escoceses — al lado de Charles Rennie Mackintosh (quien dio vida a los muebles–fantasma) y Herbert MacNair, ambos esposos de las hermanas, respectivamente.

Mientras en Europa un nuevo arte (y de ahí su nombre) tomaba forma, una escuela que utilizaba elementos naturales, siluetas de plantas y motivos mitológicos como inspiración, los cuatro artistas escoceses estudiaban arte en la Escuela de Arte de Glasgow — de ahí su sobrenombre “los cuatro de Glasgow” (Glasgow four).

Inspirados, entre otras cosas, en la espiritualidad celta y el puritanismo victoriano, crearon piezas gráficas que abundaban en siluetas alargadas y graciosas, usando paletas oníricas y etéreas que además mostraban elementos tempranos del arte moderno, como el uso de simetrías y de figuras geométricas.

El arte de estas dos hermanas, la manera en que retratan a las figuras femeninas, era un eco de sus propias vidas.

Mientras que en aquella época las mujeres que estudiaban arte lo hacían por placer personal (o tal vez, para sostener charlas llevaderas a la hora del té), ellas hicieron de su arte una forma de vida, una actividad que las llevó a ser exitosas, tanto comercial como intelectualmente, y por lo tanto, profundamente revolucionarias.

Al terminar sus estudios, Frances y Margaret abrieron su propio taller; sus carteles, anuncios, acuarelas, su trabajo en metal y textiles se vendían prolíficamente, y sus piezas fueron expuestas en toda Europa. Además de deslumbrar por su trabajo, estas artistas también fueron conocidas por su fraternidad: muchas de sus obras tempranas están firmadas por ambas y, en el caso de algunas otras piezas, ellas nunca supieron decir quién de las dos la había hecho.

Más tarde, cuando las hermanas MacDonald se casaron, Frances y Herbert se mudaron a Liverpool donde hicieron una vida académica, familiar, y siguieron produciendo piezas casi exclusivamente para su hogar.

Por su parte, Margaret y Charles se quedaron en Glasgow, donde él habría de convertirse en un famoso arquitecto y diseñador de muebles. A pesar de que hoy en día la figura más recordada es, precisamente, Charles Mackintosh, él y Margaret, además de ser pareja, fueron colegas durante toda su vida.

Etéreas y casi místicas, las piezas de Margaret y Frances influenciaron profundamente la obra de otros artistas del periodo como Hoffmann, Moser e incluso, Gustav Klimt — hombres que hoy son mucho más conocidos que las hermanas MacDonald.

La cuna del Art Nouveau, entonces, era Viena y estas artistas vivían a una distancia demasiado grande para mantenerse en el centro del movimiento. Sin embargo, la delicadeza, fuerza y, sobre todo, la originalidad de sus creaciones fueron en parte responsables de uno de los estilos más encantadores de la modernidad europea.