PRIMERA TRASHUMANCIA FEMENINA EN GRAN CANARIA

Un centenar de mujeres dirige por primera vez a las ovejas por Gáldar para celebrar la igualdad en el campo.

Es la primera vez que se realiza una trashumancia puramente femenina en la Isla, en el Archipiélago y probablemente en toda España. Un hecho histórico que congregó días atrás a un centenar de mujeres relacionadas no solo con el sector ganadero sino con todo el mundo rural.

La lucha por la igualdad y la visibilización de la mujer también se traslada a las montañas, y por primera vez fueron los hombres quienes esperaron pacientes la llegada de las ovejas. «Durante muchísimos años ha quedado cegado el trabajo de las mujeres en las fincas, quedando siempre retratado la imagen del hombre que cuida del ganado«, expresa Carmen y Paula Pérez Diaz, veinteañeras que se dedican al mundo de la quesería en la zona de Fontanales.

Reconocimiento social, inclusión y mejoras en los seguros agrarios, mayores ayudas para las actividades del campo; esos son algunas de las luchas en las que está enfrascado el colectivo femenino de ganaderas.

Con esta iniciativa, que se ha realizado mediante la colaboración del Cabildo de Gran Canaria y asociaciones como Proquenor y Asoquegran, además de la Confederación de Mujeres del Mundo Rural (Ceres) y Aider Gran Canaria, entre otros, buscan dar lugar a reflexión. «Las mujeres podemos hacer lo mismo que los hombres, y en muchas ocasiones nuestro trabajo en el campo es mucho más duro«, explican, no con ánimo de demostrar quién es mejor que quién, sino para manifestar que las generaciones de ganaderos se ha conseguido en mayor parte por las suma de ambos géneros, que complementan las tareas artesanas de las fincas. «Las mujeres hemos estado mucho tiempo trabajando tanto como los hombres y además cuidando de la casa, de los niños, lavando y limpiando«, expresan. «En muchos casos los hombres cuidan de los animales, mientras que las mujeres elaboramos el queso«, sostienen por otro lado las Pérez, que conocen el mundo del ganado desde la infancia y que realizan por primera la trashumancia.

Yohana Mendoza, ganadera de El Cortijo de El Pavón (hija del conocido Jose Mendoza, Pepe el del Pavón), fue la impulsora de esta trashumancia renovada. Hace un año que planean este trayecto femenino, pero los incendios del pasado mes de agosto obligaron a suspender el acto. Por el Día de la Mujer Rural (15 de octubre) retomaron la iniciativa y enfundadas en camisetas de color violeta tomaron rumbo desde El Agazal, situado cerca de la costa de Gáldar y en donde las ovejas han pastado desde el mes de junio, hasta las medianías del municipio.

Más de dos horas subiendo por tramos en pendientes de más de 30 grados, por camino reales y agrícolas que le llevaron a subir hasta Los Montañones, para pasar después por Samarrita, hasta llegar a su destino en Cueva Sosa (donde las más de 350 ovejas repasaron en el terreno de Felipe Mendoza, que realiza este trayecto cada año y que propuso dar el testigo a las mujeres al escuchar la propuesta de Yohana).

Belén Mendoza, hermana de la propulsora de la idea, asegura que «en este trabajo tenemos un papel fundamental las mujeres«, cuenta mientras camina sin dificultad por las laderas. Desde «que me salieron los dientes» está en contacto con los animales, con el campo y con la técnica de elaboración de queso. Asegura que su generación es la quinta en la familia en dedicarse a la ganadería, y puntualiza que aunque su padre es uno de los ganaderos más conocidos de la Isla, la tradición viene por parte de su madre, Ana María Vega Gil.

Sostiene que «es un trabajo muy complicado y sacrificado, es muy difícil que alguien que no se ha dedicado toda la vida a esto decida dejarlo todo para empezar una vida nueva rodeada de ovejas«, expresa la muchacha, aunque se equivoca. En la misma trashumancia se encuentra Esmeralda Santana, que desde hace solo siete años se dedica a la ganadería junto a su compañero, Airam Rivero, que tampoco había tenido contacto alguno con el mundo de los animales de granja. «Lo mio es vocacional, desde que le di el biberón a un cordero me di cuenta que me quería dedicar a esto«, expresa, añadiendo que es de las pocas ganaderas que realiza cada tres meses la trashumancia.

Y para apoyar este trabajo, decenas de mujeres de otros ámbitos profesionales acompañaron a las ganaderas en este viaje. Saro Miranda, artesana de Telde, se unió a la trashumancia «porque creo que es importante proteger a los animales y al medio ambiente; hay que potenciar el sector primario para renovar el ecosistema y alcanzar mejorjor calidad de vida«, expresa, incluyendo en esta ocasión la figura femenina como impulsora de este sector. «Las mujeres necesitamos más representación, y eso es un hecho«, sostiene convencida.

«Hemos avanzado mucho, pero aún nos queda camino«, expresan en mitad del trayecto, refiriéndose a su lucha por la visibilización del campo.

CANARIAS 7